¿Cómo podría emprender en la actualidad sin saber de redes sociales?

Para nadie es un secreto que el mundo va a una velocidad que a veces nos avasalla, que las nuevas tecnologías, sus avances y hallazgos no son de fácil adopción para todo el mundo, que existen miles de profesionales que no son de la generación millennial que tienen mucho que ofrecer en el mercado laboral, para los cuales las nuevas tecnologías no sólo los retan, sino que además los exasperan.

Pero, si quieres tener un negocio y necesitas hacer un uso eficiente de tus recursos para promocionarte, no deberías abstenerte de hacer uso del marketing digital con sus grandes beneficios, como, por ejemplo: hablarle directamente a tu cliente objetivo, desarrollar campañas focalizadas, construir contenidos a la medida y por supuesto hacer inversiones publicitarias de un presupuesto, sin duda, más bajo que el requerido para medios masivos.

¿Qué hacer para superar las creencias limitantes en torno a este tema y reinventarnos como profesionales?

Con frecuencia me encuentro con colegas contemporáneos que me expresan – “Yo nací en la generación análoga, me siento sumamente torpe con lo digital”. Y esta expresión viene a veces cargada de frustración al verse fácilmente suplantados en sus empleos por profesionales más jóvenes o incluso boicotear sus proyectos de emprendimiento al experimentarse ignorantes y bloqueados con la tecnología.

Estos pensamientos están sumamente ligados a algo que se denomina la mentalidad fija, tema desarrollado por la profesora de Psicología en la Universidad Stanford, Carol Dweck, quien afirma que para algunas personas sus competencias y talentos personales se limitan a aquellos que les vienen de nacimiento o de su formación de base. Esta mentalidad conlleva una mirada estática frente a nuestras capacidades, que desencadena temores como el miedo al fracaso, a enfrentarse a nuevos retos, a tomar riesgos, salir del terreno conocido o incluso recibir críticas.

Lo contrario a esta manera de encarar aquellos temas que no conocemos o en los cuales nos sentimos ignorantes, es la mentalidad de crecimiento, aquella que predomina en las personas que se atreven a lo desconocido, que confían en su capacidad para aprender cosas nuevas, fruto de la dedicación y la disciplina, que sienten que su potencial es ilimitado y que, por consiguiente, tienden a estar en constante aprendizaje.

Lo que podría ser el telón de fondo frente a afirmaciones como:

  • Las redes sociales son una pérdida de tiempo.
  • Me parece que las redes se crearon para entrometerse en la vida de los demás.
  • Ya me quedé del bus con estos temas digitales.

Es una mentalidad fija, una gran dosis de inseguridad frente a nuestra capacidad de exponernos a nuevos retos, abrirnos a aprender y desaprender y salir de la zona cómoda.

¿Cómo transformar la mentalidad fija?

Conservar una mentalidad fija tiene grandes precios personales y profesionales.

Esta manera de ver la vida podría, hasta cierto punto, conservarse si no tuviéramos interés en conservar nuestro trabajo, buscar empleo, emprender, posicionar una marca, vender algún producto o servicio, todos escenarios comunes al menos para los individuos en edad laboral.

Como quien dice, si aún necesitas ganarte la vida y piensas de esta manera, pues mejor ¡apague y vámonos!

De manera que atraparte con estos pensamientos y trabajar en suplantarlos por un nuevo conjunto de creencias se hace imperativo.

Además, si lo tuyo es el emprendimiento o quieres lanzarte a vender productos u ofertar tus servicios profesionales, pues puede que la mentalidad fija no esté asentada con tanta fuerza en tu mindset, pero de haber algunos elementos de ella, conviene que los aceptes y transformes.

Para eso te dejo tres buenas preguntas:

  • ¿Qué es lo peor que podría pasar si no transformas esa mentalidad fija? ¿Te inquieta?
  • ¿Qué podrías ganar si te atreves a aprender y salirte del terreno de lo que ya conoces y dominas?
  • ¿Acaso nunca fuiste un aprendiz o un novato? ¡Todos, lo hemos sido!

Los beneficios innegables

Las redes sociales y el mercadeo digital hoy son grandes herramientas de promoción, mucho más al alcance de cualquier individuo que la publicidad masiva.

Se podría decir que un buen mix de comunicaciones de marca debería tener elementos de:

  • Relaciones públicas (relacionamiento con colegas, asociaciones profesionales y educativas, cobertura de prensa, academia, entre otros).
  • Mercadeo directo (catálogos de ventas, presentaciones de servicios, email marketing, contactos personalizados telefónicamente, entre otros).
  • Ventas personales (lo que en Colombia llamamos coloquialmente salir a maletear).
  • Promociones de ventas (ofrecimiento de descuentos en tus productos o servicios).
  • Y pauta (publicidad en medios de comunicación que tengan dentro de su público tu audiencia objetivo).

Pero la apuesta de generación de contenido de valor, para crear comunidad y atraer una red de seguidores que posiblemente puedan convertirse en potenciales clientes, es de lejos la más económica, la que requiere menor presupuesto, así demande grande dosis de dedicación y tiempo.

    En conclusión…

    Para los que se sienten quedados del bus, se hace indispensable correr a alcanzarlo, con la profusión de contenido gratuito, cursos en línea con o sin cobro, no debiera ser una barrera infranqueable la brecha tecnológica y generacional.

    El pánico a lo digital, a las redes, a los sistemas, a las nuevas maneras de llegarle a tu público, jamás debería ser el obstáculo para que no compartas lo que sea que tengas para compartir.

    Todo lo contrario, es un derecho y una responsabilidad de todos los profesionales que consideren puedan generar valor, apropiarse de las redes y ofrecerle un mejor tour de contenido a todos los consumidores.

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    Catalina Vega

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