La creencia en el futbol
Llamamos creencias a este filtro de percepciones de la realidad que cada quien aplica a cada hecho y que es lo que finalmente determina nuestra reacción intelectual.
Las creencias son como una mochila que llevamos a cuestas, que vamos llenando desde nuestra más tierna infancia con multitud de elementos que van definiendo, poco a poco, el observador de la realidad que estamos siendo y que determina nuestra manera de ser y de estar en el mundo. Parece bastante absurdo, soberbio y vanidoso esforzarse tanto en imponer siempre nuestra verdad, es decir, nuestra interpretación, sobre las otras personas. Lo importante no debería ser discutir para tener razón, sino dialogar para alcanzar el objetivo.
Las creencias son inconscientes, pero son tan ciertas para nosotros que ni siquiera somos capaces de cuestionárnoslas, a través de nuestro lenguaje, decisiones, acciones y comportamientos, se van revelando y las declaramos como si fueran verdades.
De hecho, todas mis acciones, incluido el lenguaje, dependen del tipo de observador de la realidad que estoy siendo. Si quiero cambiarlas necesito aprender a ser un observador diferente, revisar como me cuento las cosas y como me explico la realidad, revisando mi filtro de percepciones, mis gafas de ver. Necesito desmontar mis creencias limitantes, repletas de juicios infundados, prejuicios colectivos, afirmaciones falsas y lugares comunes a los que en demasiadas ocasiones acudimos para formar parte de la masa, para sentirnos normales y aceptados por la tribu.
A menudos nos convertimos en esclavos de nuestras creencias limitantes, de nuestras verdades, que nos hacen sufrir, toca desmontarlas, redefinirlas y transformarlas para que nos ayuden a saltar el foso que separa lo que estamos siendo de lo que podríamos llegar a ser.
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