Mientras algunos se atemorizan, otros ven oportunidades. Y aclaro, esta frase no viene cargada de juicio para los que temen perder su sueldo.

La crisis derivada de la pandemia por Covid 19, que al menos en Colombia ya va para un año y dos meses, ha traído múltiples consecuencias en materia laboral y ocupacional, fenómenos como:

  • El desempleo
  • El trabajo a distancia
  • La excesiva carga laboral por congelamiento de nóminas o head count
  • El freno de ascensos o incrementos salariales
  • El deterioro de las finanzas personales y familiares
  • La sensación de desconexión o reconexión con el trabajo
  • La búsqueda de nuevas oportunidades laborales
  • El aumento de la contratación de servicios freelance
  • Así como el incremento de los trabajadores freelancers

Son tan sólo algunas de las realidades que vienen claras a mi mente.

Muy probablemente se pueda estar en dos extremos: feliz y agradecido de aún tener trabajo y buscar conservarlo con dedicación y compromiso, o haber identificado que estás listo para un cambio y que quieres buscar condiciones para hacerlo.

Ese cambio puede tener muchos matices:

  • Ansias de cambiar de empleo como tal (entiéndase empresa o empleador).
  • De modalidad de trabajo (tiempo completo, tiempo parcial, con flexibilidad de horario, entre otros).
  • O incluso de actividad profesional (cambio de ocupación).

Para muchas personas la convivencia en el lugar del trabajo y el compartir con colegas era un motivo de satisfacción en sí mismo y un estímulo para elegir su empleo, colegaje y experiencia que se vio enormemente vulnerado en la pandemia, dando paso consigo a la reconexión con nosotros mismos o en casa, con familia o pareja.  

Estos últimos catorce meses considero han sido muy propicios para preguntarse: ¿Me gusta realmente lo que hago? ¿Puedo hacerlo igual de bien desde casa? ¿Lo disfruto incluso trabajando a distancia y suprimiendo muchos espacios de relacionamiento? ¿Me motiva a reinventarme en términos del cómo hago las cosas, dadas las actuales circunstancias? ¿Me experimentaría más motivado en otra actividad? ¿Necesito o no necesito más dinero para cubrir mis necesidades? ¿Estoy ávido de un cambio?

En el marco de todas estas reflexiones, las respuestas son infinitas. No obstante, creo que la vida nunca nos había empujado tanto a reflexionar sobre nosotros mismos y lo que hacemos, a rebuscarnos como decimos en mi tierra la vida y las oportunidades y a valorar lo que sea que tengamos: trabajo, salario, familia, salud, comida en la nevera, entre otras muchas cosas más.

Si usted sabe que no está en el lugar donde quiere estar prepare una estrategia, sea una búsqueda activa de empleo, sea la estructuración de su práctica freelance o su emprendimiento.

Ya se que es un cliché la famosa frase de que cada crisis viene cargada de oportunidades, por eso yo añadiría: cada crisis viene cargada de temores y preguntas, que nos llevan a cuestionarnos medularmente, al punto de motivar nuestros autoconocimiento y evolución. Y una de tantas posibles respuestas puede ser, mi salario no me ata, o debiera atarme, necesito mejores motivos para realmente vincularme a un trabajo y elegirlo a mediano y largo plazo. ¿Lo has pensado?

Si te gusta este contenido, visita mi página web www.catalinavega.co y suscríbete a mi newsletter semanal.

Catalina Vega

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *