El trabajo: prioridad e importancia.
Ganar dinero a cambio de nuestro tiempo.
Brindar nuestros conocimientos a una empresa a cambio de una remuneración.
Esas son algunos de los significados de una actividad que consume gran parte de nuestra energía, condiciona nuestra vida y ocupa gran parte del tiempo diario.
Tener un trabajo debería de brindarnos cierto equilibrio para satisfacer nuestras necesidades y las de nuestra familia. (por lo menos en Occidente, aunque no es la realidad de todos los sectores de nuestros “avanzados territorios”).
Cada persona ha generado a lo largo de su vida creencias muy arraigadas con respecto al trabajo. Depende de dónde nos hayamos criado y que relación tenía nuestra familia con el trabajo y el dinero.
Lo que hemos vivido en nuestra infancia sin duda nos condiciona.
Hay quienes buscan seguridad de por vida, comodidad, asegurarse un futuro en un sitio concreto.
Hay quienes se mueven más por la búsqueda de satisfacción personal, y buscan seguir un camino donde la motivación sea su principal motor.
Creo que estudiar y adquirir conocimientos y experiencias vitales como viajar, realizar servicios comunitarios, que nos enseñen a pensar marcaría sin duda un antes y un después; (estaría genial que desde las instituciones nos enseñaran filosofía, nos enseñaran a pensar y a decidir, así como a relacionarnos con el dinero, a generar autoestima, a detectar la toxicidad y respetar todo lo que nos rodea, etc).
Hay personas que, como yo, piensan que es preferible emprender y ser tu propio jefe. Ir buscando el camino de la auto realización y la conciliación familiar sin tener horarios establecidos.
Enfrentándote a periodos de incertidumbre, carencia y zozobra. Pero teniendo siempre la organización del tiempo en tus manos.
Pienso que trabajar en aquello que te apasiona y que es tu motor, debería de ser nuestro lema para el autodesarrollo personal, y para poder ser más felices y transmitirlo. Cambiar en cierta manera el paradigma del trabajo, que muchas veces va unido a embrutecernos como sociedad.
¿Por qué de dónde ha salido que el trabajo es salud? Observemos a nuestro alrededor. Cada oficio tiene a medio y largo plazo consecuencias en nuestra mente y nuestro cuerpo.
Vivimos atemorizados de quedarnos sin trabajo y vivimos estresados cuando lo tenemos.
Ansiedad, Burnout, Adicción al trabajo, síndrome del túnel carpían, lumbalgias, insomnio, problemas gástricos, cardiovasculares, presión, distrés, y un largo etc. recorren nuestras vidas laborales.
Tenemos que modificar el chip y estar dispuestos a cambiar. Nuestro motor y nuestra pasión irá transformándose con el paso del tiempo. En cualquier caso, seguro que evolucionará, igual que nosotros y lo que hagamos con nuestra vida.
Ya no tiene cabida el mismo trabajo para toda la vida, porque si seguimos nuestras pasiones nuestro interior mandará mensaje de que cambiemos.
Es decir, lo ideal es que nos hagamos caso (para eso debemos de saber escucharnos). Y vivir en consonancia con esta área que ocupa gran parte de nuestro tiempo y energía. Reflexiona un instante cuanto tiempo pasas en tu trabajo, seguro será igual o más tiempo que en tu propia casa.
Yo emigré de Uruguay y nunca consideré seriamente trabajar para nadie. Siempre trabajé muchas más horas que un trabajo “normal” y no siempre tuve el “éxito” esperado en muchos emprendimientos. Si llamamos éxito al resultado económico.
Pero siempre me sentí muy afortunada, porque logré criar sola a dos hijos, disfrutando de estar muy presente y en casa, mientras trabajaba.
Realizaba todas la tareas de producción, venta y reparto y, puede que se vea poco lucrativo, pero yo adoraba la íntima relación familiar que teníamos y no quise nunca sacrificar mi tiempo en familia.
El tema horas trabajada es, en muchos lugares lo que más se computa. A lo que se le da más importancia. Sin embargo, he tenido la suerte de trabajar décadas con las manos, he realizado artesanías, he fabricado ropa, he hecho masajes, estas actividades me permitían ser creativa y organizar mi día a día. Cuando algo te apasiona el tiempo vuela y se relativiza.
Una vez más, reflexionando llegamos a la conclusión de que NO se nos enseña a decidir qué tipo de vida laboral queremos vivir, desde la escucha y la consciencia.
Simplemente nos han enseñado a repetir patrones,
Somos herederos de una cultura que ha venerado el trabajo como algo saludable y digno de ser bendecido.
Se anima desde las familias a estudiar algo que te dirija más a un buen trabajo (buena remuneración y poco horario), que a escuchar aquello que te motiva, aquello que te apasiona y aquello a lo que dedicarías tu vida sin sentir que estás trabajando.
“Estudia lo que quieras, busca tu sueño Vs. Estudia algo que tenga salida…”
¿¿Cuál es la frase que has escuchado más?? Sin duda será la segunda. en la mayoría de los hogares de manera sutil o enérgica se plasma la idea de que hay que ser prácticos. Estudiar algo que no tiene salida es perder el tiempo, lo mejor es formarse en algo rápido y efectivo para ponerse a trabajar y comprarse una casa y un coche a la brevedad.
¿Es la única ecuación válida? Sin duda alguna rotundamente no. Sin embargo, el deseo de acceder a determinados preceptos materiales se ha ido mecanizando en nuestro inconsciente.
De ahí las crisis a determinadas edades y, el romper con lo establecido en el mejor de los casos pasadas algunas décadas. Y digo en el mejor de los casos porque son muchas las personas en el mundo que vivirán sus mejores años obsesionados con una empresa que no heredarán, ni responderá por ellos.
Los mejores años pasarán estresados por cumplir objetivos y metas que otros necesitan que se lleven a cabo.
Enfermando de ansiedad, distrés y viviendo el día a día sin rumbo, embarcado en préstamos personales y pagos en cuotas, añorando el mes de descanso, para no pensar y desconectar y descansar. Como si eso fuera lo normal.
Es importante comprender que cuando trabajas en algo que es tuyo, (y que te gusta), quizás pases demasiado tiempo en tu propio negocio y puedas cometer excesos que tampoco son saludables a lo largo de los meses/ años, sin embargo, hay que procurar buscar el equilibrio.
Sobre todas las cosas creo que es indispensable que empecemos a darnos cuenta de la vida que estamos viviendo, que nos prestemos atención y que nos preguntemos qué es lo que nos motiva. Qué es lo que queremos. Preguntarnos “Para que” y “Por qué”, debería de ser obligatorio.
Si tenemos hijos procurar animarlos a que sigan aquello que les apasione. Ya que ese es nuestro verdadero motor.
- Atención
- Conciencia
- Autoestima
- Autoexcluya
- Auto respeto.
- Movimiento
- Búsqueda
- Crear
- Cambiar Movernos
Son algunas de las palabras claves para:
- Buscar un trabajo con el que te sientas satisfecha y te realice. (¡¡Y comprender que tú vas evolucionando con la vida por lo tanto tu trabajo y tus pasiones también así que prepárate para cambiar!!).
- NO quedarte en un sitio a disgusto y en la queja permanente.
- Comprender que se pasan demasiadas horas en un trabajo para estar a disgusto
- Agradecer el tener herramientas, conocimiento y posibilidades de cambiar de rumbo, la mayoría de las personas no las tienen por el lugar donde viven, por no disponer de otras posibilidades.
Al final todo se trata y quizás se resume en vivir con más plenitud y consciencia es la única manera creo que podremos cambiar nuestra esencia y a partir de ahí creo que el cambio incluso en las empresas será posible. Pero será desde cambios individuales y desde allí vendrán los cambios sociales. (Mientras no comprendamos que es una sola vida y que es un deber vivirla a tope en todos los campos, muchos de nosotros simplemente sobreviviremos).
Las empresas están demasiados cómodas para cambiar.
Conocernos cada vez más, escucharnos y respetarnos nos da herramientas para enfrentarnos al día a día mientras cogemos fuerza para gestionar el mundo laboral que nos rodea y realizar cambios, aunque tengamos miedo. El miedo es normal y sano pues nos envía información. El miedo solo es negativo si nos paraliza.
Una de las maneras más efectivas para conocernos es el yoga y la meditación.
Su práctica constante y habitual nos permite entender cómo se comporta nuestro cuerpo y nuestra mente ante determinados retos, nos ayuda a atravesar nuestros propios límites.
Nos enseña a respirar y gestionar mejor nuestras emociones comprendiendo el porqué de muchas d nuestras conductas.
En la esterilla nuestro cuerpo y mente se reeducan, y cambiamos la dirección de la mirada, percibiendo otro tipo de realidades,
Cuando aprendemos a movilizar con consciencia nuestro cuerpo, cuando aprendemos a estar con nosotros mismos, cuando aprendemos a respirar empieza a generarse la necesidad de cuidarnos por encima de todo. A partir de ahí queremos una vida mejor para nosotros, nuestros seres queridos y nuestro entorno.
Si practicamos de manera habitual habrá un antes y un después. Poco a poco buscaremos cambios en todas las áreas demuestra vida.
Muchas gracias Gra
Te invito a escuchar y compartir un podcast sobre este tema con Eva de @evabelen. yoga
Graciela Vicario
Instructora yoga Iyengar
Experta yoga Terapéutico
Diplomada Terapia Ocupacional
Máster en Profesorado
®yogasohamgraciela
@yogasohamgraciela
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