ANDE YO CALIENTE Y RÍASE LA GENTE
Este refrán lo he escuchado desde niña. No entendía del todo su significado. No sabía de quién era.
Cuando crecí entendí a la perfección el refrán. Es más, intento llevarlo a cabo siempre que puedo.
Es parte de un poema del escritor Luis de Góngora. Conocido por sus famosas sátiras.
El tono burlesco de sus poemas es bien conocido. La frase original es “Ándeme yo caliente y ríase la gente”.
Cuántas veces en la vida nos quedamos con las ganas. De hablar, de vestir como queramos, andar sin zapatos. Llevar ese sombrero guardado.
Nos importa y mucho, la opinión de los demás. Sobre lo que decimos o hacemos. De nuestro aspecto. Si subimos o bajamos. Si vamos o venimos.
En fin, que vivimos en la era de las redes sociales. Todo se publica. Todo se ve. ¿O no?
El famoso postureo. Vendo una vida que para mi quisiera. La gente auténtica no interesa tanto. LA moda y la tendencia es lo que importa.
¡Ojo! Está muy bien. Nos entretenemos y compartimos sueños y deseos. Conoces gente interesante. Incluso haces amistades. Aprendes cosas nuevas.
Pero volviendo a la frase “Ande yo caliente y ríase la gente”. Si nos acordáramos más de ella, seríamos por lo menos, un poquitín más felices.
Si te gusta hacer algo, aunque no esté de moda. Aunque a los demás les parezca una horterada. Si a ti te hace feliz. Que se rían si quieren. Como cantaba el Gran Raphael “Digan lo que digan los demás”.
Mientras no dañemos a nadie y cumplamos las normas de la sociedad. Dejemos de pensar tanto en lo externo. En qué pensarán de mí si hago esto o si digo aquello.
Si yo estuviera pendiente de lo qué puedan pensar de mí. No hubiera hecho casi nada en la vida. Sería en definitiva más infeliz.
Cuando me dicen que me consideran valiente por realizar lo que me propongo. Por hacer lo que me gusta y lo que quiero. Les contesto: “Al que le guste bien y al que no también”.
Hace tiempo que decidí que apostaría por mí. Que lucharía por mis deseos y por mi propósito de vida. Puede estar bien o en alguna ocasión puede ser el camino equivocado. Pero lo tomo como un aprendizaje y me ayuda a seguir adelante.
Por supuesto, que los consejos de las personas que me rodean y que me quieren, son muy valiosos para mí. Lo que intento apartar son las críticas sin motivo.
No voy a decir que soy una mujer de hierro. Para nada. Que no me afecte lo que se pueda decir de mí. Sobre todo si es en tono hiriente. No somos de piedra.
Pero aprendí que perder el tiempo en lo que no me hace feliz. Es tiempo perdido.
En la vida ya nos encontramos muchas piedras en el trayecto. Quiero vivir sin piedras en mis zapatos y disfrutar del camino.
Y tú ¿te atreves a andar caliente con riesgo a que se ría la gente?
Da miedito al principio pero lo recomiendo 100%
Si ya lo haces te felicito.
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