Dios vive en mi

“Padre, Madre,

En el momento en que olvidaste llamarme hijo,

Mi corazón se entristeció,

El SER se separó de DIOS,

Y se ocultó tras una máscara humana.

Escrita con un símbolo por el cual me nombras,

Temiendo que me olvidaras,

Me esclavicé a ti,

Siendo dependientes olvidamos SER,

Me llamaste como a cualquier otra cosa,

Y solo cuando te intereso,

Recodaste llamarme tu hijo nuevamente,

Mi corazón se alegró,

Supe que tu afecto y amor no se habían perdido,

La carencia desapareció por un instante,

Pero tu amor no fue sincero,

Pues el enojo oculto aún seguía allí,

Tras la máscara de tu vanidad,

Aun así,

Halle la fortaleza en mí,

Y al perdonarte,

Mi SER se iluminó,

Encontrando a DIOS en el mismo lugar donde lo oculte,

Dentro de mí”.

 Pablo César Pastor Guerra

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *