El arte de tocar-se

Las caricias, los masajes, los abrazos, el contacto es algo que definitivamente nos sana y hace que nuestros sentidos se activen, para bien o para mal. Porque para tocar bien, hay que estar en plena consciencia y amor. La tendencia siempre es a tocar a otra persona o que otra persona nos toque a nosotros. A todos nos gusta recibir un mimo, es una forma de sentirnos queridos. Como siempre, una vez más, buscamos afuera lo que podemos, necesitamos y debemos hacer por nosotros mismos.

Si buscamos siempre que alguien sea el que active nuestro mecanismo sensitivo, dependeremos de esa persona para tener consciencia de nuestro propio cuerpo, emociones o sensaciones. Además, estaremos abriendo las puertas a las tensiones, emociones o vacíos que tenga la persona que nos toca. Hay un intercambio energético muy fuerte cuando tenemos o mantenemos contacto físico con otro ser. Da igual que sea un amigo, tu pareja, tu madre o cualquier desconocido, el caso es que se produce una corriente eléctrica entre ambas personas y ese canal que abrimos es por donde podemos recibir la parte positiva del contacto físico y la parte negativa también.

Lo positivo:

  • Reduce el estrés, disminuye la producción de serotonina, hormona relacionada con el estrés.
  • Mejora el estado de ánimo, aumenta la producción de oxitocina, hormona relacionada con el afecto.
  • Mejora la salud física, disminuye la presión sanguínea, el ritmo cardíaco y fortalece el sistema inmune.
  • Propicia nuevos aprendizajes a través de estímulos táctiles, corporales, emocionales, afectivos.
  • Reduce la percepción del dolor, es un analgésico natural gracias a la oxitocina.
  • Enfermedades como la fibromialgia, mejoran significativamente con abrazos, caricias y besos.
  • Mejora nuestra seguridad personal, refuerza la autoestima y también la de los demás.
El arte de tocar-se

Todos estos beneficios positivos y reconfortantes para nosotros, pueden girarse totalmente en contra si la persona de la que recibimos el contacto está:

  • Estresada.
  • Con depresión.
  • Ansiedad.
  • En procesos de transformación y cambio.
  • Con alguna patología grave.
  • Con dolores fuertes.
  • Con baja autoestima.
  • O en duelo por pérdida de un ser querido.
El arte de tocar-se

Hablo de la persona que nos toca, pero el que toca también debe cuidarse de todas estas cosas, puesto que como he comentado antes, esto es un canal bidireccional y un intercambio constante de energías y con ello todo lo que la persona traiga consigo.

 Por eso es tan importante el arte de tocar-se, el autocuidado es tan necesario y liberador que deberíamos practicarlo a diario. Protegiéndonos así de las energías ajenas y procurando mantener los aspectos positivos del contacto. Nadie nos enseña a tocar y mucho menos a tocarnos.

La auto caricia, el auto amor, siempre se relaciona con un contexto sexual. Pero hay muchas maneras de tocarse, no todo tiene que ver con el sexo. La caricia consciente, nada tiene que ver con la búsqueda de placer sexual. A la hora de tener sexo también deberíamos ser muy conscientes de a quién dejamos entrar de manera directa en nuestro refugio. Cada día más en esta sociedad tan desubicada existe más sexo vacío.

El sexo vacío es el que se realiza cuando:

  • Necesitamos placer momentáneo y rápido.
  • Estamos carentes de autoestima y tener sexo con alguien nos da una falsa seguridad.
  • La necesidad de atraer, seducir o sentirnos queridos por alguien, aunque sea mentira.
  • Por soledad, carencia y vacío interior.

Este tipo de contacto, en el momento, te hace sentir bien, pero al finalizar, entras de nuevo en tus mismas oscuridades. No va a aportarte nada sano ni reparador. No va a cambiar nada en tu interior y quizá haga que tu vacío crezca cada vez más hasta el punto de no valorarte, quererte y respetarte como mereces.

Por eso, para tener un contacto sano deberíamos estar atentos y conscientes de quien y porque nos toca, de cómo nos sentimos nosotros y de cómo está la otra persona.

Sin embargo, para tocarnos lo único que necesitamos es querer hacerlo y sentirlo con amor. Crear a nuestro alrededor un ambiente apropiado y sentirnos cómodos para recibir nuestras caricias, para así, sanar nuestras heridas y dejar de buscar en los demás la aprobación y empezar a querernos, valorarnos y respetarnos como nos merecemos, creando así una luz cegadora que hará que brillemos y resurjamos de nuestras oscuridades.

Alejarnos de nuestro autocuidado consciente es:

  • Alejarnos de nuestro cuerpo físico
  • Una forma de no aceptarnos.
  • Vivir siempre esperando que los demás nos saquen del abismo.
  • No estar en consciencia.
  • Vivir fuera de nuestra realidad interior.

El autocuidado puede convertirse en una bonita forma de meditar en movimiento y conciencia, dándote amor, un amor que hará sanar tus males emocionales, te hará reconciliarte con tu cuerpo, te despejará la mente y hará que tu energía se renueve y purifique otorgándote la fuerza necesaria para saber que es lo que quieres y necesitas en tu vida para ser fiel a tus instintos, no conformándote con nada que no te haga vibrar alto.

Tócate.

Ámate.

Libera ese bello potencial que hay en tu interior.

No necesitas de nadie, tú eres tú gurú, maestro, guía y ángel protector.

Namasté.

 Adriana.

E-mail: adriana_casanovas@yahoo.es

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