El secreto del cuerpo definitivo: la insulina
Sí, sí… sé que has escuchado sobre ello, no solo los diabéticos dependen de la insulina, todo mortal es esclavo de la querida y odiada hormona llamada insulina (del latín insula, “isla”, descubierta en 1921)
La insulina interviene en el metabolismo de los carbohidratos, hidratos de carbono o comúnmente conocido como azúcares. Nos centraremos en el tejido adiposo, esa grasa que nos rodea la zona abdominal y nos impide ver la tableta de chocolate. No quiero entrar en tecnicismos, me entenderéis a la perfección:
[+ Carbohidratos = + Insulina = +Grasa]
Esto es una regla directamente proporcional al consumir pan, pasta, arroz, legumbres, harina, patata, dulces… ¡todo lo que está rico!
Si nos planteamos el siguiente: dejo de comer estos ingredientes y bajaré de peso la respuesta es sí, pero el problema es que estos ingredientes están hasta en el jamón cocido del Mercadona (en forma de féculas y almidón = patata)
Si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él; utiliza la insulina a tu favor sabiendo esta fórmula inicial y sencilla.
No es cuestión de dieta sino de un elemento que has de conocer sobre la comida que ingieres día a día: el índice glucémico (IG) (David J. Jenkins, 1981). Los que dependen de insulina exógena viven pendiente de ello, es decir; es un sistema para calcular la respuesta glucémica de tu organismo al ingerir un alimento que contiene la misma cantidad de carbohidratos (“azúcares”) que otro de referencia. A continuación, te lo explico con los alimentos con unas tablas de referencia utilizando patrones como la glucosa (IG1) y el pan blanco (IG2) para algunos alimentos consumidos habitualmente en nuestra dieta:
Si comes un plato de pasta con tomate en formato Popeye, mayor será la insulina liberada a la sangre para contrarrestar esa bomba de carbohidratos… ¿y qué pasa con esos hidratos? Se trasforman en grasa (lipogénesis) y volvemos al círculo vicioso inicial, la historia sin final.
Las carnes, huevos, pescado son ricos en proteínas y muy bajos en carbohidratos es por ello por lo que la mayor parte de las dietas incluyen en su menú, en casi todas las colaciones una buena proporción de proteínas acompañado con ensalada o verdura. Una dieta proteica y con un consumo razonable de grasas insaturadas (aceite de oliva) te ayudará a controlar la figura.
¿Si es tan sencillo por qué la obesidad es la enfermedad del siglo XXI?
Porque somos adictos al azúcar desde pequeños hasta el punto de asociar problemas emocionales y hormonales con la ingesta de azúcares, premio-recompensa lo que dificulta aún más abandonar el consumo de hidratos simples y refinados.
¡Te reto!
Te planteo 15 – 21días con un consumo de hidratos de carbono a razón de 1 g/Kg (80 kg de peso corporal = 80 g de carbohidratos) tu cuerpo no necesita más cantidad. Las proteínas y las verduras pueden comer libremente (con cabeza) y 2-3 cucharadas soperas de aceite de oliva al día. Así de sencillo.