“(…) no trates de fingir, porque tarde o temprano sabrán quién eres en verdad”.  – Gary Vaynerchuck. (“Hazla en grande”, 2018).

Hace unas semanas tuve la oportunidad de conocer a una persona dedicada al empoderamiento de su público, quien me recomendó un libro titulado “Hazla en grande” escrito por Gary V., el cual está revelándome secretos que probablemente se encontraban muy escondidos en mi cabeza acerca de el verdadero motivo de las cosas.

En un capítulo titulado “Autenticidad” me encontré reflexionando acerca del verdadero motivo de mis acciones, y en base a lo que llevo aprendiendo de esta lectura, he aquí algunas conclusiones:

Intención

Algo que también he practicado desde que comencé a ir a psicoterapia, es desafiarme cuando estoy con los demás. Es decir, identificando las cosas que me gustan, las que no, mis creencias y las interacciones sociales que tengo en el día a día.

Me lo he cuestionado ahora que dedico más tiempo a compartir momentos en internet, ya que, si hay algo que no sólo pasa en redes o en medios de comunicación, sino en la vida diaria, es la actuación constante.

Nuestras interacciones se ven comprometidas muchas veces por lo que pueden pensar los demás o por lo que ellos obtendrán de nosotros (o viceversa). Esto llega a ser tan cotidiano y normalizado, que solemos perder el verdadero espíritu y esencia de lo que compartimos mutuamente para poder identificar el verdadero motivo de las cosas. Les dejo las siguientes preguntas para tal vez darme a entender un poco mejor:

Lo que haces, ¿lo haces porque disfrutas o porque es para los demás? Lo que es para los demás, ¿es sólo para recibir algo a cambio, o para compartir de manera genuina?

Mentores y actores de la era digital

Creo que este punto es un poco más complejo de platicar, aunque no descarto su importancia en cuanto a nuevas formas de interactuar con el público. Me refiero a que, también en la vida en general, existen aquellos personajes a quienes podemos llamar mentores, quienes son los que realmente nos brindan aprendizajes a través de sus errores y experiencia.

Después tenemos a los actores, quienes son tan increíblemente hábiles con lo que hacen y comparten, que llegan a tocar un punto inflexible entre la ética y sus intenciones con los negocios que emprenden. Gary V. lo platica perfecto en su libro con las siguientes palabras:

“Para los consumidores que viven en una sociedad en la que constantemente sienten que se aprovechan de ellos o que sólo les cuentan una parte de la historia, la autenticidad es una bocanada de aire fresco”. 

Sé 100% tú, siempre

No importa lo que hagas o digas, de cualquier forma puede que vayas a “regarla” (como diríamos en México), así que más vale que todo el tiempo seas tú.

Recordemos que sernos fieles siempre es todo un desafío pues, tenemos que dejar atrás las etiquetas de la sociedad e incluso las que nosotros nos ponemos para justificar nuestro pasado o “nuestra historia”. Entonces, ¿cómo soltar esta carga involuntaria? 

Para la respuesta larga, puedo compartirles algunos decretos o lecciones basadas en el amor propio que personalmente aprendí a manejar cometiendo mis propios errores, te dejo el link de este texto aquí.

Para la respuesta corta, pensemos si nuestras decisiones las basamos desde el ego o desde el amor. Identifiquemos las sensaciones que nuestro propio cuerpo nos dice: ¿es gozo?, ¿es miedo?, cuál es mi emoción, qué pensamientos me detonan, y sobre todo, ¿qué es lo que voy a hacer con eso?

Respeto para ti y respeto para tu público (pero también fuera del escenario)

Este valor lo he aprendido tantas veces y se me ha presentado más de una a lo largo de mi carrera. Desde mis inicios en el teatro, también participando en proyectos creativos, leyendo el libro de Gary V., y justo hoy que les escribo esto, por eso siento como si fuera mi obligación compartirlo con ustedes. 

Primeramente, entendamos que no vamos a gustarle a todos, habrán miradas y comentarios negativos ante aquello que hacemos y al mismo tiempo tendremos elogios y admiración de otros. ¿Qué importa realmente?

Más ahora con internet, cualquiera, sí, cualquiera puede acceder a nuestro contenido, a nuestro mensaje y sobre todo, a lo que creamos con el corazón. Todo esto es real y permanece aunque el telón se cierre, si las luces y las cámaras se apagan o si nos deslogueamos de las aplicaciones. 

Nuestra esencia es muy poderosa y puede aportar o restar a la vida de otros; todo lo que compartimos mediante el arte y la comunicación, los demás lo perciben, lo sienten. Pensemos, a nadie nos gusta ser tratado como un tonto, por lo tanto el respeto al prójimo es un valor que en mi perspectiva debería estar presente desde el inicio hasta el final de cualquier proceso creativo.

¿Ustedes qué piensan? ¡Escríbelo en los comentarios! Siempre me da gusto aprender y leer desde sus perspectivas.

“En primer lugar, me importa un comino lo que la gente piense, en segundo lugar, me importa muchísimo lo que piensan”.

Gary V. (“Hazla en grande”, 2018).

¡Paz!

Dedicado a la memoria de Enrique Medellín Delgado, uno de mis mentores en el mundo de la creatividad (D.E.P.).

-Andy.