Aquí solo hay una Presencia, la Presencia de Dios.

¡Dios es!

Observa tu cuerpo como respira, quédate allí por un instante.

Presta atención a esto y si quieres que el mundo desaparezca, cierra los ojos de cuerpo.

El yo que crees que eres. Ese yo que habita en el mundo, que aparentemente se confunde con el cuerpo y experimenta dolor, agotamiento, temor y malestar. Es en realidad es un yo diminuto que habita en tú mente.

El Yo consciente que eres, no habita en la mente, eres consciencia en perfecta comunión, unicidad y armonía conmigo, Yo Soy tú Padre y creador.

Duermes sosegadamente en la creencia que haz fabricado en tu mente.

Crees ver otros cuerpos y apariencias. Tú que eres mi Amado Hijo, puedes bajo tu escepticismo cuestionar este mensaje confundiendo mis palabras y el Amor en ellas con la apariencia.

La mente es una caja, cuando la abres te muestra el Universo entero; más la puedes hacer tu cárcel, siendo tú el propio carcelero, fabricando un ego como guardián para las ideas y creencias que te mantienen condicionado y limitado.

¡OH, AMADO HIJO!

¿Como Podría querer destruir mi creación?

Cuando te he concedido el don de la vida, y toda vida está llena de Amor.

En el instante en que la vida se hace presente; es consciencia purainfinita e ilimitada. Desaparece la ilusión del mundo, contemplando mi presencia en todo lo que está más allá de lo que tu mente intenta comprender.

El odio, el resentimiento, el sufrimiento y apego son condiciones inexistentes en el cielo. El mundo no existe en la consciencia; el odio es una ilusión que te consume, te lleva a la oscuridad, alejándote de mí, que Soy tú Amor, tú Padre, tú Creador.

Obsérvate inocente por un instante. Inocente de haber fabricado una ilusión en tu mente. Una ilusión que llamas mundo, con el propósito de atacarme; contempla la belleza y el Amor de lo que has creado.

Tú eres la presencia de Dios, sé igual a tú Padre, sé Amor. No seas menos o más para el Amor no hay desigualdades, formas o ilusiones.

El Amor es ilimitado y está disponible para todos, ¿o es que algunos corazones laten más que otros?

Siempre he estado contigo, nunca has dejado el cielo. Tú que eres parte de mí, no has dejado a tú creador por un solo instante. Pero la mente con su brillo ofusco tú mirada, imaginando una aventura que te adormeció por un momento.

¡Te Amo Hijo Mio!

Eres tú el que decide cuando retornar al Cielo; las puertas están abiertas. los limites están en la mente.

La consciencia es eterna e infinita, aquiétate y sabe que YO Soy Dios.

  Pablo César Pastor Guerra

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