Mantener nuestras raíces en la mente mientras vamos avanzando por la vida es necesario pues nos ayuda a seguir enfocados en nuestro propósito.
Mantener nuestras raíces en la mente es no olvidar de dónde venimos y por qué hacemos lo que hacemos; es no dejar atrás lo que hay detrás de nuestras metas. Cuando miremos atrás que sea solo para revisar el camino andado y seguir avanzando.
No importa que tan alto subas, nunca olvides dónde comenzaste es importante no olvidar de dónde venimos para saber hacia dónde vamos, y valorar lo que hoy tenemos, lo que somos…siente orgullo de ser lo que eres…sin olvidar lo que te ha costado estar donde estás.
Somos hoy parte de lo que éramos ayer. No pierdas la humildad, la sencillez, pues un nuevo estilo de vida no nos hace una mejor persona. Nunca olvides quién eres cuando triunfes en la vida.
Un día los recuerdos nos harán volver a nuestras raíces no importa si son buenas o malas, volver es ser agradecidos por haber podido avanzar y lograr la meta propuesta.
Volver es humildad, el agradecimiento es la memoria del corazón. A veces recordar nuestras raíces puede ser doloroso y quisiéramos rechazar de plano nuestros recuerdos, pero siempre nuestras raíces nos seguirán a donde quiera que vayamos.
Podemos cambiar el equipaje, las opiniones, pero nunca cambiar los valores y principios que recibimos de nuestras raíces. Sigamos nuestras metas, cumplamos nuestros sueños pero que nuestras acciones y nuestros hechos hablen por si solos.
Hay que sentirnos orgullosos de nuestros orígenes ya que somos el resultado del ayer, de ese principio que marca tu nacimiento. Somos como un árbol con las raíces profundas y si no sabemos a dónde vamos, mirar atrás para recordar las raíces nos muestra el camino.
Siempre podemos volver al principio…
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