Escrito por Adriana Casanovas
¿Te escuchas? ¿Sabes cuando estás de verdad conectado a tu ser? Muchas personas confunden su mente con su corazón, esto nos lleva al caos en la mayoría de los casos. La escucha de verdad en la sociedad en la que vivimos, se nos torna prácticamente imposible. Como escucharnos si tenemos tanto ruido a nuestro alrededor, tantas opciones y distracciones. Realmente hay que ser muy valiente para apagar todo eso:
- Apagar tu móvil.
- Apagar la televisión.
- Apagar la radio.
- Apagar tu portátil.
- Apagar la luz.
¿Lo hiciste? Bien, pues ahora solo siéntate cómodamente. ¿Qué oyes? Esa es tu mente, poniendo pensamientos aquí y allá, incomodándote, diciéndote que vuelvas a encender todo, que menuda tontería, que tú sabes escucharte. La mente, que tan fuertemente nos domina a lo largo de nuestra vida, engañándonos, complicándonos, distorsionando y dramatizando la verdad. Nos vuelve adictos a la sensación de poder, ambición, orgullo y ego que nos aleja de nuestro sentir más profundo, el único que, de verdad nos guiaría hacia la paz interior. Claro que, si quisiéramos apagar nuestra mente, todos y cada uno de nosotros seríamos capaces. Lógicamente no hay un interruptor para encender o apagar, ni píldoras mágicas, ni conjuros. Lo único que tenemos contra la mente es nuestro amor propio, nuestra voluntad, nuestro valor y nuestra intuición.
Estas 4 cosas son las que pueden combatir a tu incansable mente deseosa de hacerte infeliz:
Amor Propio:
¿Te amas?, ¿Sientes en tu interior ese amor profundo y sincero hacia ti mismo? Para hacer crecer ese amor propio, tenemos que mirarnos, hablarnos y sentirnos con dulzura, delicadeza y respeto. ¿Cuántas veces te dijiste hoy lo guapo/a que estás?, ¿Cuántas veces te dijiste hoy lo bien que lo has hecho?, ¿Cuántas caricias te dedicaste hoy? Si uno no cultiva el amor propio, como nutrir nuestro corazón, si no tenemos el suficiente amor ni siquiera para regarnos a nosotros mismos.
Voluntad:
La voluntad muchas veces se nos queda en nada, empezamos con mucho ímpetu algo, pero poco a poco se nos va aflojando esa energía hasta que desaparece casi por completo. Sin voluntad dejamos de tener constancia, dedicación y entrega. Sin voluntad, nos vamos apagando despacio, hasta que un día nos quedamos totalmente quietos, paralizados, sin rumbo. La voluntad es lo que nos mantiene motivados, apasionados, activos.
Valor:
Hay que tener valor para salirse del molde social y decir “¡Basta!, ya no puedo más, me bajo aquí y sigo mi camino libremente desde mis propias creencias”. si no tenemos valor, los miedos se apoderan de nosotros y nos hacen ser limitados, tristes y sin luz. Darle valor a nuestra vida, a nuestro existir, a lo que verdaderamente importa y aporta. Eso debería ser nuestro mantra diario: “ponle ganas, ponle valor”.
Intuición:
Esa que nos avisa, nos pone señales claras, nos estremece y da sensatez a lo que hacemos, decimos y vivimos. Pero ¿Cuántas veces no hiciste caso de tu intuición? La intuición no sirve de nada si tú no tienes amor propio, voluntad o valor. Ella te necesita reforzado, fuerte y convencido. Ella te da lo necesario para acallar a tu mente siempre que tu hayas hecho tu trabajo de darte lo que mereces. Sin tu intuición nunca podrás llegar a estar en escucha profunda de tu corazón, puesto que tu mente seguirá callándola para seguir manejándote allá por donde vayas. El camino está claro, los pasos a seguir también, solo queda que tú cojas las riendas de tu vida, ésta que tú estás viviendo en el presente y la dirijas hacia donde tiene que estar para sentirte así completo, satisfecho y en una escucha real y sincera de tu ser.
Recuerda esto:
Tú y solo tú, eres capaz de ser en consciencia todo aquello que te propongas. Lo que tu proyectes a tu mente será lo que ella ejecute, pero para eso tendrás que estar en conexión con tu corazón, para que esa proyección te lleve hasta la cima de tu felicidad y realización más absoluta.
E-mail: adriana_casanovas@yahoo.es
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