Sobre Francis
Quiso la vida que lleve el nombre de mi padre: Francisca, que significa «persona libre».
A los 12 años algunas personas empezaban a llamarme Paquita, pero en seguida dije a todos que mi nombre era «Francis». Por aquel entonces, ya daba muestras de ser bastante autorreferente.
Vine al mundo en un bello lugar de la costa del norte de España, y debo decir que me hice preguntas acerca del sentido de la vida desde pequeña. Las explicaciones que escuchaba a los mayores, la verdad, no me convencían.
Intuía que detrás de lo aparente había un mundo sutil, y durante años leí e investigué para comprender que es lo que llamamos realidad. Descubrí el poder de la percepción que tenemos de las cosas y la capacidad de hacer alquimia con los estados emocionales.
Francis Lamadrid
Más sobre Francis
Mi formación académica es: soy Licenciada en Derecho, y en Ciencias Políticas, Mediadora familiar, civil y mercantil. Ejercí al frente de un despacho jurídico propio como asesora y mediadora durante muchos años. Actualmente estoy realizando estudios de Psicología en la universidad.
Fuera del ámbito académico, me he formado en Coaching, PNL, sanación energética, Liberación de Memoria celular, y Biomagnetismo, entre otras cosas. He formado parte de una escuela de Cuarto Camino, basado en el método de Gurdjieff, es decir el Desarrollo Armónico del Ser, durante varios años.
«Soy alguien que inspira a las personas a conectar con su visión y a crear su realidad basándose en su misión y propósito.
Tengo claro que cuando estamos desconectados de nuestra esencia, vivimos en supervivencia, con sufrimiento y faltos de sentido. El ser humano anhela trascendencia; estamos diseñados para crecer e ir recuperando nuestra divinidad latente. Por lo tanto, se trata de reconocer la naturaleza que tenemos que es
Desde niña tuve una marcada autorreferencia. Me siento eterna aprendiz y soy una audaz exploradora. Me gusta aventurarme en lo desconocido, verificar y encarnar lo que aprendo, ponerme a prueba, asumir retos…estamos en la vida para eso.
Tengo una máxima desde que era adolescente y la sigo siempre «Haz lo que temas hacer», como dijo Emerson.
Los miedos nos marcan el camino a seguir, si queremos crecer y vivir el propósito por el que hemos encarnado. El miedo es el plomo que puede ser transformado en oro (consciencia) gracias a hacer Alquimia con nuestras percepciones; en eso baso mi método de trabajo.
Tuve una experiencia en mi vida que fue dura y fue mi encuentro con la enfermedad. Cuando tenía 28 años me diagnosticaron un cuadro severo de fibromialgia y fatiga crónica. Me costaba levantarme de la cama, me dolía todo el cuerpo y lo peor era que no podía concentrarme en leer o estudiar ni dos páginas. Sufrí, bajé a los infiernos y como Ave Fénix, resurgí.
Hice un cambio de mente, Metanoia; me mudé de ciudad, dejé una relación tóxica, cambié la dieta, empecé a meditar y sobre todo, dejé ir algunos rencores y malos rollos que había en mi corazón. El resultado fue espectacular; en un año recuperé mi salud. Siento mucha gratitud cuando relato este episodio, que fue muy importante para mi despertar y evolución desde el Ser.
Nuestro cuerpo es un catalizador para la expansión de la conciencia y la enfermedad es una guía para conectar con el alma.
Desde hace siete años soy mentora y dirijo programas de Transformación y Desarrollo Humano. Tengo experiencia acompañando a emprendedores y a personas que desean mejorar su Mindset.
Realizo entrenamientos online dirigidos a activar el poder personal y doy las claves para moldear la realidad según nuestra visión.
Me encanta comunicar y empoderar a las personas; sumar Belleza al mundo.
Aquí estoy para servir».