El tiempo no borra…ubica a cada uno en su lugar, a pesar de que para muchos parece tener efectos mágicos y poderes increíbles el tiempo no borra…ubica, por eso al pasar el tiempo algunas cosas toman sentido, logramos explicarnos otras y algunas simplemente pasan a ocupar otro lugar en la lista de nuestras prioridades.
No podemos borrar nada, pero si podemos aprovechar el paso del tiempo para que todo se ubique en dónde debe estar. Todo funciona a través de engranajes mentales y aun cuando el tiempo no se detiene, está en nosotros el permitirle actuar de manera eficiente. Si vivimos lamentando algo que nos ocurrió, reviviendo el dolor día a día, solo estaremos cerrando las puertas a algo diferente.
Aprender a filtrar que nos conviene guardar y que mantener fuera para no colocarle ningún obstáculo y así el tiempo pueda hacer lo suyo. El tiempo va ordenando, va restando u otorgando importancia, si nosotros lo permitimos.
Cuando aprendemos a confiar, y a fluir con cada experiencia de nuestras vidas estamos dejando que el tiempo haga lo suyo, ordenando y ubicando las piezas dónde corresponde. No mirar atrás es confiar que hay cosas que no deben ocupar un instante de nuestro presente.
La vida puede ser sencilla o muy compleja todo depende de nosotros, no le pongas dramas a la vida. Cada amanecer es una oportunidad para ver las cosas de otro modo, de procesarlas de dejarlas atrás. Tú decides.
Cuando algo se hace eterno en la vida, es que nuestro pensamiento lo está convirtiendo en eterno. Aprendamos a controlar la mente que ella no nos controle, que la mente nos ayude a crear la vida que nos gustaría disfrutar. Deja que las cosas corran como el río que no vuelve atrás, el río siempre seguirá su curso sin detenerse.
Deja que el tiempo corra y sane las heridas, pero el tiempo solo no las puede sanar. Fluye con el tiempo, deja que el pasado se diluya y tú presente sea limpio y sano.
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