LA EMPATÍA E INTEGRIDAD VERDADERAS.

Empatía e integridad son dos símbolos o palabras que se utilizan desde una perspectiva individual, sin observar desde una perspectiva consciente y verdadera que todo el entorno que observo a través del cuerpo Soy Yo mismo.

Esto provee de una visión global y general, uniendo el todo con el todo, conformando así un universo.

Un mundo unido por una sola fuente y extendiendo el Amor que está en mí mismo.

Por creencia, se ha enseñado que la integridad son todos aquellos prejuicios y valores morales que un individuo en su mente considera acerca de sí mismo.

Sin embargo, esto conlleva a criticar y a enjuiciar a un aparente otro que realiza un acción contraria a lo que considero que Soy.

Esta forma de pensamiento, es un pensamiento egoísta, te lleva a identificarte con el cuerpo y una personalidad aparente, creyendo que tú eres tú y el otro es alguien distinto.

En realidad, todos somos uno, en cada uno de los aparentes individuos y animales que conforman al mundo, hay una mente; y al prestar atención con más detalle, observas que todos son iguales.

Esto lleva a observar que hay una singularidad constante, todos tienen un cuerpo, una apariencia, un ego y una mente, siendo todos una sola consciencia.

El error esta cuando permites dirigir a tu ego la vida y lo alimentas con un sistema de creencias que se enfoca en la sustentación del ego.

El ego se sustenta en hacerte creer que lo humano es lo único real, existente y posible, y que todo lo contrario a su vorágine modelo de vida que se considera normal, es producto de una mente enferma.

Por lo que, permanecer en un estado de paz y felicidad constante; relajarte y permitir a la vida fluir sin preocupaciones, es lo contrario al ego.

LA MENTE EGOÍSTA

Para la mente egoísta la empatía consiste en simpatizar con el aparente sufrimiento del otro, manteniendo así la idea de que hay separación y diferencias entre un «Tú y un Yo»; sin percibir que ambos son uno.

El sufrimiento es producido por la mentalidad egoísta, una mentalidad que desea poseer, que cree carecer y que quiere mantener una identidad humana, sin importar si destruye la vida.

Su único propósito es destruir a Dios y al Espíritu, sabe que si estos dirigen la mente, inevitablemente su reino en el mundo humano se extinguirá.

Con esta ilusión, te hace creer que la muerte existe, produciendo temor, sin embargo, en realidad, el cuerpo es el que experimenta dicho proceso de transformación.

Es imposible que mueras, no eres un cuerpo, eres una consciencia, un Ser y un Espíritu, eres la vida que da vida al cuerpo y al mundo.

La verdadera empatía consiste en unirte a la vida, a la mentalidad espiritual y no a la del ego, víctima y sufrido del mundo.

Comprender que cada aparente otro que llega a ti, es tu propia versión de tu ego; que se ha vestido con otra piel, pero que eres tú.

Recordar a cada instante que no estás solo, que eres uno con Dios y con todo el mundo, que no existe un asesino o un corrupto, que es un prejuicio elaborado desde tú ego.

Aceptar que en tus pensamientos ego-maniacos eres el asesino, el corrupto, el paciente con cáncer que se está auto suicidando, al vivir aferrado a su mente ego.

No hay otros, no hay diferencias, solo hay igualdad y abundancia, la miseria que observo afuera es mi propia miseria; al igual que la riqueza que observo afuera es mi propia riqueza interna.

 Pablo César Pastor Guerra

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