¿Te empodera la palabra DIOSA?

A mí, si te soy sincera me resonó durante un tiempo, sin embargo, últimamente ya no me resuena. Me he dado cuenta de que realmente no quiero ser una DIOSA

En cualquier caso, me identifico sólo con la cara más “imperfecta” de las diosas.

El arquetipo de diosa es interesante, sólo si utiliza para identificar el desarrollo de las áreas que representan importantes talentos y cualidades que nosotras, aquí y ahora, en este momento de nuestra historia, podemos adquirir y desarrollar.

Socialmente se espera de nosotras que seamos diosas, se utiliza en muchas campañas publicitarios, incluso en muchos libros.

 El mercado está orientado a la eterna juventud y parece que al envejecer perdemos identidad, volviéndonos invisibles.

Diosas todopoderosas con doble sentido “marketiniano”, viene a decir lo que se espera de nosotras, como debemos de estar al 100% las 24/7, y esto, pesa mucho.

Tenemos que liberarnos y sacudir ataduras socialmente impuestas para poder volar.

No tenemos por qué ser diosas, ¿quién nos lo dijo?… espléndidas todo el día, dispuestas en la noche.

 Ama de casa, amiga, madre, trabajadora, emprendedora, amante y todo sin que merme nuestra energía.

Te has preguntado por qué y para qué. y sobre todo a quien se lo tenemos que demostrar?

Yo misma viví durante años en esa lucha, sin expresarme, sin conectar de manera sana y sabia con mi lado femenino.

Actuaba como una auténtica amazona omnipotente, era mi armadura para sacar adelante a mí prole.

Libré mil batallas, (y lo volvería a hacer, sin dudarlo un instante), pero la contienda me pasó factura.

Me desconecté de mí misma.

Me perdí más de una vez.

Solté una relación maravillosa, por no saber gestionar mis emociones (en las batallas es mejor no dejarlas a flor de piel). Por tener heridas abiertas, por no haber aprendido a comunicarme, ni a pedir… (la vida me concedió una segunda oportunidad con la misma persona. pero eso, es otro capítulo) …

Volviendo al inicio estoy convencida de que nuestro empoderamiento pasa por las alianzas que construyamos con nosotras mismas y las estrategias que tracemos para reivindicar nuestros derechos.

En definitiva:  lo que yo quiero es: ¡ser lo que soy!

Una mujer de carne y hueso, humana, finita.

 NO SOY, NI QUIERO ser todopoderosa, omnipotente e inmortal. yo SIENTO, me CANSO, y también ENVEJEZCO y…… es maravilloso!

Sin necesidad de qué me veneren quiero ir por la vida despeinada, moviéndome apasionadamente.

Quiero ser GRANDIOSA. PERO NO DIOSA.

Quiero sentirme enérgicamente radiante. Implicada con otras mujeres y con la sociedad en general, en compromisos que me entusiasmen y llevando adelante mi vida personal como un proyecto lleno de sentido.

Quiero vivir con más plenitud y consciencia haciéndome cargo de mi vida y reconociendo mi existencia como propia.

Quiero vivir conectada con mi esencia. Honrar a mis ancestros. Transmitir y trascender, sin tener que ser una divinidad.

Quiero seguir madurando de manera fresca y esplendorosa.

Soy humana, además de mujer. Como ser vivo siento, a veces me quiebro, me canso, lloro, y necesito ayuda.

Deseo cumplir sueños, expresarme con libertad, equidad y ecuanimidad.

Quiero desarrollarme y nutrirme aplicando lo aprendido.

Quiero un tiempo para mí, un espacio para vivir conectada a mis necesidades. Desde el lugar que me merezco, sin prepotencia, y en igualdad de condiciones, sin más. Sin tener que reivindicar mis derechos todos los años, y sin tener que recordar a quien está a mi lado que somos maravillosamente diferentes, pero tengo el derecho de VIVIR, sin andar pidiendo permiso.

Quiero vivir sin negar mi edad, orgullosa de mi paso por esta vida. Pisando fuerte sin pisar a nadie. Luciendo mis cicatrices, mis arrugas, mis estrías, y mis kilos de más.

Quiero celebrar cada nuevo cumpleaños a los cuatro vientos…saludando la posibilidad propia y ajena de vivir vibrando utilizando todo el potencial que ido adquiriendo y alimentando.

Quiero seguir emprendiendo y aprendiendo. Marcarme metas y proyectos de vida diversos.

Quiero seguir divirtiéndome, riendo y gozando a pesar de todo y de todos.

Quiero vivir aceptando que soy tanto mis luces como mis sombras, siempre en proceso de crecimiento y manteniendo la sorpresa. Maravillada por la vida.

Quiero convertirme en una vieja querida, teniendo la posibilidad de seguir creando espacios amorosos, de seguir entretejiendo relaciones basadas en la confianza, la comprensión, la empatía, la tolerancia y el respeto.

Creando nuevas posibilidades de conexión para mí misma y para los demás, con empeño y amor.

Y quiero morir en paz, sabiendo que he dado lo mejor de mí, que me he movido apasionadamente por la vida, desde mi corazón.

¿Y TÚ? ¿DIOSA O GRANDIOSA?

Como siempre muy agradecida a quienes os tomáis la molestia de leerme, de comentar y de compartir.

Os abrazo,  Gra

Os invito a leer mi último artículo sobre el envejecimiento activo, sano y saludable. “LA MARAVILLA DE ENVEJECER”.

También me podeis encontrar en:

www.yogasohamgraciela.com

2 Comentarios

  1. MARGARET

    Está claro que tú eres grandiosa porque esres una mujer fuerte que actúa según sus principios.

    Responder
  2. Susana

    Maravilloso todo lo que trasmites. ??

    Responder

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