La infidelidad
La infidelidad, que gran tema. “Sé infiel y no mires con quién”, es algo que deberíamos analizar con mucho más detenimiento ¿no crees? Cuando alguien es infiel, ¿a quién crees que está engañando? A la primera persona que engaña es a sí mismo, puesto que no es honesto con lo que hace, siente y piensa. Hay muchas clases de infidelidad, está la física, la emocional, la mental y la energética.
Es curioso que de la que más se habla es de la física, es la que más nos duele y en realidad lo que está doliendo ahí es el ego. Normalmente en una infidelidad física, el que la comete, se cree que así rellenará vacíos que existen en su vida, creando morbo y adrenalina con esa pequeña aventura, que su mente hará que le quite importancia para así sentirse mucho mejor.
Dentro de las infidelidades físicas, están las esporádicas y las que se convierten en una relación paralela a la vida real que uno tiene. De estas dos clases de infidelidades créeme que la peor es la que se convierte en una segunda vida para el que la realiza. Llevar dos relaciones paralelas, supone un desgaste brutal a todos los niveles, haciendo entrar a esa persona en un bucle de malas ideas una tras otra, por no tener el valor suficiente de afrontar su verdad.
Esa persona se convierte en dependiente de esa forma de vida a la que no pone fin por el simple hecho de la falta de empatía, egoísmo y sangre fría. Estas personas, normalmente no se quieren a sí mismos y tampoco a los que engañan, solo es una manera de sobrellevar mejor su triste existencia. Normalmente son los que más juzgan a los otros, poniendo en su boca palabras que no existen en su vida. Autoengañándose así para justificar una y mil veces lo que hacen aun sabiendo que no es lo correcto.
Plantarle cara a su verdad es algo que nunca estará en sus planes. Puesto que ser las personas juzgadas es un papel que no quieren asumir bajo ninguna circunstancia. No seré yo tampoco quién juzgue este comportamiento, puesto que sinceramente creo que los más infelices en todo esto son ellos mismos.
¿Quién puede ser feliz cuando tu vida es una caja de mentiras?
Solo le diría a modo de consejo: libérate y vive la vida que quieres vivir. No pierdas tu tiempo ni se lo hagas perder a los demás. La vida es una maravilla para desperdiciarla atrapado durante años en una gran mentira.
Hablemos ahora de las infidelidades físicas esporádicas, vulgarmente conocidas como “aquí te pillo, aquí te mato”. Este tipo de infidelidades tiene un matiz diferente puesto que los que lo realizan se creen con el poder máximo de pasar a la acción sin que les suponga un trastorno a su vida familiar o personal. Puesto que tienen mucho cuidado de con quién y donde lo hacen y así una vez terminado, no tener nada que ver con la persona con la que han cometido esa infidelidad.
Se sienten con el derecho de, de vez en cuando, comerse un bombón para endulzar su vida. Sin tener en cuenta que quizá la persona con la que comparte su día a día también tenga la necesitad de comer bombones de vez en cuando. Esta clase de personas creen que ellos son los únicos capaces de cometer estos actos esporádicos de infidelidad, creyendo firmemente que sus parejas no serían capaces de hacerlo nunca jamás.
Eso les hace sentir aún más poderosos, se ven por encima de la persona con la que comparten vida y eso, es sin duda tener un complejo de inferioridad muy grande que suplen haciendo algo que les hace aumentar su ego, aun sabiendo que sin la persona que tienen al lado no serían nadie puesto que ellos tienen la autoestima muy baja.
Qué pena que sentirnos vulnerables nos haga cometer tantos errores que a los que más perjudican son a uno mismo.
En las infidelidades físicas, sean cual sean, siempre hay varias personas implicadas. La otra parte también tiene un papel importante. Muchas veces estas personas, son conscientes de que sus parejas les están engañando, pero prefieren mirar hacia otra parte y seguir con su falsa vida creyéndose que así no han fracasado en su planteamiento de familia o relación amorosa. Consentir se convierte entonces en vivir en silencio, ese mal estar que te generará saber algo así y no tener la fuerza de ponerle fin por miedo, o dependencia del otro.
Aquí pueden pasar varias cosas, que se convierten también en infieles, porque se siente con el derecho de hacerlo, aunque la mayoría de las veces, aman a su pareja, pero solo lo hacen para sentir que de alguna manera están equilibrando la balanza. Otra forma de autoengañarse.
Están los que realmente viven sin saber todo lo que está ocurriendo a sus espaldas y no pueden decidir puesto que viven engañados, aunque en su foro interno algo les dice que no está todo como debería ser. Pero prefieren seguir su camino sin hacerse muchas más preguntas.
Sea cual sea el caso, el miedo tanto en una parte como en otra es la que acompaña la cadena de errores cometidos. El miedo, la inseguridad, el egoísmo o un ego desmedido, nos llevan por una vida muy alejada de nuestra verdad. Por eso es tan importante estar en equilibrio interno, siendo conscientes al 100% de la vida que llevamos y la que vinimos a vivir. Buscando la forma correcta de seguir nuestro camino sin perjudicar a nadie que se cruce en nuestra vida.
Yo no diré qué es lo que está bien o mal. Solo digo que hay que ir con la verdad por delante siempre y ser consecuente con los actos cometidos. Puesto que los mayores perjudicados siempre seremos nosotros mismos. Vivir en nuestra verdad nos hará libres. Dentro de una relación puede haber un sinfín de formas diferentes de amarse siempre y cuando las personas implicadas sean conscientes y estén de acuerdo con lo que se ha hablado en común sobre su relación en concreto.
Viva la gente que va con la verdad por la vida y sobre todo son fieles a sí mismos, más que a nadie. El amor comienza por quererse, amarse, escucharse y así estar en equilibrio para dar a los demás lo bonito que habita en nosotros.
E-mail: adriana_casanovas@yahoo.es
Que gran tema Adri. La infidelidad en realidad es otra palabra que le ponemos al miedo. Sobre éste tema tenemos que hablar.
Un besito y gracias ?? ?