La luna
En estas noches de verano, salimos a pasear buscando el frescor de la brisa, y en medio de la oscuridad, la Luna, ahí colgada en el cielo, nos fascina.
La Luna es el único satélite natural de la Tierra.
Tarda lo mismo en dar una vuelta sobre su eje que en dar una vuelta alrededor de la Tierra, por ello siempre nos muestra la misma cara.
Pero que la luna nos muestra la misma cara, no quiere decir que siempre nos diga la verdad.
Aquí, en el hemisferio norte la luna juega a engañarnos.
En sus fases, creciente y decreciente, intenta confundirnos, pues cuando Crece tiene forma de D y cuando Decrece tiene forma de C.
Así pues, esta gran embaucadora, protagonista de mitos y leyendas, ejerce una extraordinaria influencia sobre el planeta y sobre todos los que habitamos en él.
¿No has notado que cada cierto tiempo hay días en los que estás cansado, o días en los estás demasiado eufórico?
La luna, ese gran satélite que baila con la tierra y dependiendo de su angulación decora nuestras noches, es nuestra gran maestra. La luminaria que con su posición mueve mareas, emociones y por supuesto nuestro cuerpo, compuesto por un 70% de agua.
Las fases de la Luna son las diferentes iluminaciones que presenta nuestro satélite en el curso de un ciclo lunar.
La Luna Nueva o novilunio ocurre cuando la Luna está entre la Tierra y el Sol y, ahí se esconde, no la vemos, pero está ahí. En ese momento la cara que nos muestra no recibe luz del Sol y por ello somos incapaces de vislumbraba. Esta fase dura aproximadamente tres días
Se dice que es el momento indicado para desintoxicar el cuerpo y el inicio de cosas nuevas. Período ideal para la calma e introspección. Son días en los que nos sentiremos algo cansados y con menos flexibilidad por ello en asthanga yoga este día no se practica.
La Luna Llena o plenilunio ocurre cuando La Tierra se ubica entre el Sol y la Luna; esta recibe los rayos solares en su cara visible y se ve un círculo completo.
Esta fase es la más energética. Momento de expansión y eso nos lleva a estar menos centrados y un poco más reactivos a nivel emocional, pudiéndonos desbordar con tanta energía. Propicia cambios en el estado de ánimo.
La luna llena se asocia con la euforia y los excesos, pero también con la plenitud y el logro. En esta fase se tiene más energía y flexibilidad por ello en asthanga yoga ese día tampoco se practica.
«La luz de la luna ahoga todo, excepto a las estrellas más brillantes». J.R. Tolkien.
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