La Sangre de la Vida
Este es un artículo tanto para hombres como para mujeres, puesto que deberíamos empatizar los unos con los otros en cualquier aspecto fundamental de nuestra vida. La sangre siempre es causa de polémica, miedo, incluso rechazo. ¿Por qué será que algo que fluye por nuestro cuerpo despierta tantas inquietudes?
La sangre que mayor controversia crea es la que nos da la vida, la que hace que las mujeres se conecten con la esencia femenina. Sus ciclos y etapas, es la que nos hace ser especiales, sensibles, intuitivas, creadoras y maternales. Cada día más, observo lo muy desconectadas que están una gran parte de la población femenina con sus ciclos. Nos han inculcado un montón de creencias erróneas que lo único que han hecho es olvidarnos de que si volvimos a este plano dimensional desde un ser femenino era para explotar todos los dones que una mujer tiene.
El cuerpo de la mujer y su ciclo están conectados con la luna y la tierra. La mujer, a través de su ciclo menstrual, transita por las diferentes energías lunares (creciente, llena, menguante y oscura). Estas, a su vez, se conectan con las diferentes estaciones (primavera, verano, otoño e invierno). Antiguamente, en la cultura y costumbres, se incluía este vínculo de la mujer con la naturaleza. Se realizaban ritos y se contaban historias explicando esta relación. Entonces, desde bien pequeñas, las niñas tenían otra comprensión de sí mismas, de su cuerpo y de su menstruación. La entendían como algo sagrado y no como algo sucio, molesto o desagradable.
Actualmente, en la mayoría de los países, las mujeres no suelen prestar mucha atención a sus cambios emocionales o energéticos que se generan durante su menstruación. Muchas veces viven como si estos ciclos no fueran o estuvieran en su cuerpo, esto supone una desconexión brutal con su esencia y sentir más íntimo, desaprovechando todos sus potenciales.
Luna y mujer son iguales. Ambas son femeninas, cíclicas y dadoras de vida. Hoy en día en esta sociedad materialista, superficial e insensible, en gran proporción, es casi imposible establecer conexiones personales, puesto que para que eso ocurra tenemos que dedicarnos tiempo de calidad a sentirnos, escucharnos y respetar lo que en cada momento necesitamos para un mayor equilibrio emocional y una plena salud mental.
Creo que hemos ido involucionando sobre este tema que es tan puramente natural, animal e incluso diría salvaje. En esto de querer la igualdad, se nos olvidó que realmente no somos iguales. Hay diferencias entre hombres y mujeres, y esas diferencias marcan la unión que necesitamos los unos de los otros. No hay mejor ni peor, no existe el fuerte o débil. Solo hay seres con diferentes necesidades, pensamientos y sensaciones y eso es algo que no deberíamos olvidar bajo ningún concepto.
Distorsionar la verdad solo nos confunde. Hay unos pasos que deberían estar bien marcados, como un pequeño manual para poder tener una buena salud emocional y energética:
1- Escúchate
2- Ámate
3- Háblate con amor
4- Entrégate a dar, para poder recibir
5- Respira conscientemente
6- Conéctate con la naturaleza
7- Vive y deja vivir
Si todos realizáramos estas 7 prácticas, seguramente el mundo giraría entorno al amor incondicional.
Estar en conflicto eterno con lo que somos, solo crea caos, descontrol y miedo. A la sangre de la vida hay que dejarla fluir, sentir su calor y abrirle las puertas de nuestro cuerpo para que se derrame libre hasta formar parte de nuevo de la madre tierra (Pachamama, Gaia). Sentir nuestro ciclo como vida, nos aporta vida a nosotras, pero también otorgará mayor entendimiento en los hombres y sabremos conectar mejor los unos con los otros.
¿Cómo vamos a formar parte de un todo, si ni siquiera en nuestro propio ser estamos al 100% unidas con nosotras mismas?
Dejemos de proyectar negatividad hacia algo tan hermoso. Dejemos de sentirnos incómodos ante algo tan grandioso. Dejemos de estar enfadadas ante algo tan delicado y frágil. Dejemos de querer evitarla, taponarla o esconderla. La sangre de la vida es necesaria nos guste más o menos. Sin ella la tierra de nuestro vientre no nutriría nuestro organismo, aportando tanto a hombres, como mujeres el milagro de la vida. Así que, basándonos en esto, el ciclo menstrual es algo físico, emocional y energético para la mujer. Pero se hace también algo mental para el hombre ya que, en muchas ocasiones, por no comprender esas etapas, mentalmente no entienden y puesto que hay una gran desinformación y las mujeres están tan sumamente desconectadas, ellos suelen estar perdidos. Basándose en absurdas teorías que nada tienen que ver con la realidad.
Para comprender a una mujer solo hay que querer escuchar. Pero para ello, esa mujer debe escucharse primero a sí misma.
E-mail: adriana_casanovas@yahoo.es
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