Media naranja

Desde niños/as aprendemos sobre el amor de distintas maneras. Pero hay una que suele predominar, y es ésta idea del amor romántico. Generalmente, lo vemos representado en telenovelas o películas. También en películas de dibujos animados en las que la princesa es rescatada por un príncipe.

Además, esta idea es potenciada por publicidades en distintos medios de difusión, novelas, y hasta suelen haber casos de este tipo de amor en las historias familiares. Pero ¿Qué hay en el trasfondo de todo esto?

Por un lado, creencias muy arraigadas, familiares, sociales, culturales. Por otro, la propia necesidad del ser humano de estar en ese estado de enamoramiento que acelera las hormonas de la felicidad.

Distintas voces

Hay quienes sostienen que el amor romántico es un amor con apego, en el que casi siempre la mujer se sacrifica por el otro. Podríamos pensar en un amor en el cual hay una dependencia emocional. En este tipo de relaciones, una de las personas sacrifica sus sueños, y hasta su amor propio, en pos de mantener esa relación. ¿Cuántas/os han crecido con esta idea de que «el amor todo lo soporta»? Y, ¿Cuántos sueños murieron bajo ese lema?

Hay otros autores que se refieren al amor romántico como la «mentira romántica», tal como afirma el psicólogo y escritor del Libro «Las cinco trampas del amor», Iñaki Piñuel.

«La gente confunde amor y enamoramiento; en la especie humana, el enamoramiento dura entre nueve y dieciocho meses y después da lugar a la experiencia del verdadero amor, basado en la reciprocidad y que está muy lejos de ser lo que se presenta en los medios de comunicación, las novelas, las películas y las canciones románticas», dice Piñuel.

Orígenes del amor romántico

El concepto proviene del romanticismo, el período inmediatamente posterior a la Revolución Francesa, entre finales del siglo XVIII y principios del XIX.  Los románticos aceptaron uno de los principios de la revolución democrática, la idea de que uno tiene derecho a elegir tanto la propia profesión como a la propia pareja.

Aunque el amor romántico comienza a desarrollarse en las novelas de caballería, se pone de moda a finales del siglo XIX de la mano de la burguesía, lo que dio lugar al concepto de noviazgo.

Derribando mitos

De la influencia de los medios de comunicación hemos aprendido que el amor implica sufrimiento, que el amor duele. Además, que debemos encontrar a nuestra «media naranja» como si no fuéramos personas completas por nosotros mismos.

Lo cierto es que todas estas ideas han ido cayendo con el correr de los años. Aunque se siguen utilizando como recurso que vende, hoy por hoy se habla más de amor propio y de autoestima. Ambos conceptos fundamentales para desarrollar y no «caer» en esta idea de que necesito a un otro para ser en la vida.

El amor es…

Uno de los grandes referentes del desarrollo personal, y quien tiene una voz con autoridad en este tema del amor, es sin dudas Walter Riso.

«El amor no es sufrimiento, no debemos morir de amor. El amor romántico que todo lo puede, que todo lo vence, es un ideal que es conveniente verlo desde un punto de vista más racional. Es compartir, es ser nosotros mismos y que la otra persona nos respete, es ser independientes y a la vez tener algo en común. El amor es un difícil equilibrio entre el yo y el nosotros», afirma Riso.

Creo que, como la mayoría, crecí con esta idea del amor romántico. Esa ilusión de pasar el resto de los días, de compartir felicidad, de crecer juntos. Sin embargo, eso se fue diluyendo con las experiencias vividas. Cuánto daño emocional pueden hacerse dos personas que no comprenden el valor real del amor.

Me costó muchos «golpes emocionales» entenderlo, pero al fin supe que el amor es libre. No se elige, sucede como magia. Se da a quien desee recibirlo, y donde no hay reciprocidad, es mejor emprender la retirada. Pero, sobre todo, aprendí que el amor me lo debo de dar primero a mí misma/o. Para después, compartir-se. Es importante que sepamos que no somos medias naranjas, sino naranjas completas.

Hoy me encontré con esta frase que me resonó mucho: «Cada pedazo que se rompe de nuestro corazón, es un recuerdo de que alguna vez sentimos algo». Y qué es el amor sino la posibilidad de expandirse, de crecer, de sentir…

«El fin de amar, es sentirse más vivo…» (Gustavo Cerati)

#poradultossanosemocionalmente

Con amor,

Deby Q.

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2 Comentarios

  1. Fabian

    Que buen artículo Deby!! Gracias por compartir tan profundas reflexiones.
    Cambiar la mirada y poder entender esto es lo que se necesita en estos tiempos. Ese concepto de media naranja nos ha hecho cometer tantos errores…

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  2. Débora Quilaqueo

    Así es, lo bueno es poder ir dándose cuenta y cambiar esas creencias, fortaleciendo ante todo el amor propio. Muchas gracias por tu comentario de mucho valor!!!

    Responder

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