Nuevas lecciones de amor propio

El día de hoy les hablaré un poco sobre lecciones que he aprendido (que ya he platicado antes en mis redes) y que han sido mis guías durante este año tan cambiante y retador. Y es que simplemente uno puede llegar a perder el rumbo, pero seguir siendo fieles a nosotros mismos es un poder que cuesta disciplina y trabajo personal constante. He aquí mis aprendizajes:

“Evolucionamos constantemente pero jamás olvidamos de dónde venimos”.

1- Aceptar que cometo errores.

Una de las cosas más difíciles que me ha tocado aceptar, es entender que soy humana. A veces nos toca juzgarnos demasiado y presionarnos por resultados que no sabemos si van a ocurrir o no. Sin embargo, los retos constantes nos dejan experiencias que permiten que también continuemos con nuestra vida.

2- Acercarme a mis personas de confianza.

Generar redes de apoyo son bastante útiles para entender perspectivas diferentes a nuestros problemas. No obstante, algo que he aprendido también y es un nuevo conocimiento que les quiero compartir, es que aprender también a lidiar con mis propios problemas me ha hecho más fuerte.

No estoy diciendo que no podemos contar con nadie o pedir ayuda, pero a pesar de ello, procuremos siempre tener presente nuestra independencia emocional.

3- Agradecer por las cosas que sí tengo.

Al igual que en mi artículo anterior (que les dejo aquí), hacer un “top 5” siempre puede ser de mucha ayuda para aclarar nuestra cabeza. Centremos la mente en las cosas que tenemos por el momento y agradezcamos por ello

4- Recordar mis metas y prioridades.

Siguiendo con la técnica de las listas, en este paso haremos una de 10 cosas (que si lo desean pueden ser menos, la lista queda a libre elección) por las cuales seguimos viviendo cada día. Esto es para recordarnos que la vida sigue, y podría ser un ancla muy grande para superar el pasado.

5- Vivir un día a la vez.

Este es un consejo de “AA” pero he encontrado muy útil entender que me hace falta identificar mis pensamientos y situaciones durante el día para comprenderme a mí misma y aceptar que no todo está perdido.

6- Dejar que las emociones fluyan.

Repito, y más bien cito textualmente lo que compartí porque siento que es la mejor manera de decirlo:

 Me permito sentir y procesar las cosas difíciles para continuar con mi vida y poder darle paso a las experiencias buenas.

 “Aceptar que somos humanos y dejar el ego de lado, nos abre puertas positivas”.

¡Paz!

-Andy.