VISIÓN.

“Todo bien, gracias”, así solemos decir cuando las cosas marchan en nuestra vida sin sobresaltos. Es decir, si no hay grandes problemas en cuanto a salud, dinero o amor, las personas tendemos a decir que todo va bien.

Es lógico porque, a priori, no nos gusta pasarlo mal. Sin embargo, a menudo la vida nos sorprende con algo con lo que no contábamos y que hace asomar algún miedo. Y entonces, se disparan las alarmas. Los pensamientos empiezan a dar vueltas de forma repetitiva, lo que repercute en nuestras emociones y por descontado, en nuestro físico y energía. Hasta aquí seguro que reconoces ese circuito bastante habitual en nuestras vidas.

Ocurre algo en lo externo y pone en marcha una serie de efectos en tu mundo interno, sin apenas darte cuenta.

Lo que te propongo es empezar a invertir las cosas: surge cualquier situación en tu día y aunque no te guste, aprendes a utilizarla a tu favor. Debes estar seguro de que cada disgusto, desencuentro o mala notica puede traer un beneficio oculto.

Aquí va una primera clave fundamental para despertar a un nuevo conocimiento que te va a permitir crear la realidad que SI quieres. Y no rebotar en situaciones que te hacen sentir que vives en un bucle indeseado.

Te lo menciono porque somos creadores de realidad sin saberlo. Somos consciencia, y tenemos nuestra experiencia en un soporte, nuestro cuerpo, que funciona como un robot biológico.

En este tiempo se hace imperioso aprender a activar nuestra tecnología humana: Ser. Una tecnología de potencial inimaginable, que activa funciones de nuestra mente que estaban latentes

En mi vida he pasado por varias crisis, y aunque de entrada no me han caído bien, he aprendido a mirarlas de un modo diferente. Tengo nuevos ojos para observar.

Confieso que gracias a esta variación en mi enfoque he podido sorprenderme con el giro que han dado las cosas en numerosas ocasiones. Cuando he dejado de luchar con lo que ya estaba sucediendo y he pasado a aceptar la situación con confianza….algo se ha abierto. Un nuevo potencial.

Ahí va otra clave: no gastes energía en vano. Guárdala para sostener tu visión.

La realidad inmediata ya es, acéptala y enfócate en las próximas diapositivas que están por venir. A esto lo llamo convertirse en visionario, y consiste en crear tu vida desde el futuro.

La mente funciona con imágenes secuenciales, como si se tratara de una película. Sacar conclusiones en automático, sobre todo negativas, hace que actives los potenciales de vida que no deseas y temes.

He constatado que cada vida sigue un “guión”, predecible si observamos la actitud, creencias y pensamientos de la persona. Digamos que hay una inercia inconsciente que nos lleva a la carrera hacia un destino, del que no podemos despegarnos de repente. Pero SI podemos cambiar el destino inconsciente gracias a mantener una intención inquebrantable en el futuro o dispositiva final que elijamos.

Es necesario darse cuenta de esto a través de una autoobservación lo más constante posible. Esta actividad de acecharnos amorosamente irá despertando nuestra conciencia y poder de creación.

Te pongo un ejemplo. Imagina que te das cuenta de que cada día te cuesta más ir a trabajar porque te aburre enormemente lo que haces en la oficina. Esto puede hacerte sentir mal, negativizarte. En tu cabeza da vueltas la idea de mandar el trabajo a la porra, pero también aparece el dato de todos los gastos fijos mensuales que tienes. Pensamientos rumiantes se enroscan a lo largo de tu día y aumentan el ruido mental. Después de un sueño poco reparador, al día siguiente tienes menos energía y peor humor, posiblemente.

 ¿Te suena? Es habitual cuando vivimos algo que nos preocupa, cuando sufrimos.

Como estamos metidos de lleno en el guión de la película nos tomamos todo muy a pecho. Nos sentimos en supervivencia y con emociones de baja frecuencia. En este caso, de nuestro poder de creación no hay ni rastro: En modo estrés no podemos crear.

En el ejemplo anterior, si no reaccionas y despiertas, el guión te llevará en automático a permanecer en el mismo sitio.

Y es que: o te transformas, o repites y repites. Como en El día de la Marmota, vamos.

Cuando le damos a algo una importancia excesiva, nos apegamos y limitamos nuestros potenciales.

Si te preocupa demasiado un tema, en realidad estás dirigiendo tu energía directamente para activar ese futuro no deseado.  Esto es de vital importancia saberlo.

 Ya lo dijo Calderón de la Barca: “La vida es sueño” -y tenía razón.

Por eso, lo primero es despertar, afinar la atención. “¿Qué lectura estoy haciendo de esta situación? ¿Puedo hacer algo para cambiarlo?” La respuesta casi siempre va a ser que sí, que puedes hacer algo.

¿Qué crees que es?

Piensa, imagina.

Sobre todo, lo segundo.

Debes preguntarte “¿Cuál es el anhelo de mi corazón? ¿Cuál es mi visión de vida?”

Si no tienes, ponte las pilas para recordar con que soñabas cuando eras niña o niño.

¿Qué imagen ideal se te presenta cuando piensas en tu futuro?

A mi me encantaba verme dando charlas en diferentes lugares. Me veía hablando del poder innato del Ser, de cómo hacer Alquimia Emocional, rodeada de personas. Observaba una diapositiva muy viva donde sucedía todo esto que te he contado.

Este ejercicio de visualización ha sido un faro para mi intención, lanzando destellos e iluminando momentos de duda y cierta oscuridad.

Hasta aquí quería que vinieras, para hablarte de la importancia de tener visión en la vida. Si no la generamos, somos como un barco al que le da igual por donde le sople el viento.

Lo que te mueve y te inspira puede ser un proyecto de familia, unos estudios, una actividad artística o emprendedora, viajes, etc. Conviértete en visionario, visionaria; atrévete a mover el engranaje de tu poder creativo.

Sueña, imagina, intuye, y que sea a lo grande. Es el miedoso ego el que se empeña en aferrarse a lo seguro, a la poca cosa.

No te creas aquello de “más vale pájaro en mano que ciento volando.” ¡Vete a por los 100 pájaros!

Ve creando esa diapositiva hermosa del futuro que eliges para ti. Imagina y sostén la visión. Si no la tienes ¡Créala!

 (To be continued)