¡Renacer! ¿Cuántas veces renacemos en esta vida? Seguramente más de una, o al menos desde mi experiencia vital así lo siento y lo he vivido.
Renacer se define literalmente como: ¨nacer de nuevo (un ser vivo) después de la muerte real o aparente¨ o ¨recuperar (una cosa) la vigencia o la importancia que había tenido en otro tiempo¨.
Comparo la vida con una rosa, tiene un aroma agradable, textura y apariencia, pero recorriendo su largo y carnoso tallo no faltan las espinas o acúleos. Estos yo los relaciono con las experiencias y/o circunstancias que nos mueven de la ¨zona de confort¨ y que nos impulsan a seguir avanzando en nuestra evolución.
¿Y los acúleos son necesarios? Si seguimos con la analogía de la rosa, esta no podría mostrar todo su esplendor si los acúleos no la protegieran de esos bichejos hambrientos que quieren dañarla, que además le permiten trepar sobre los arbustos para que puedan expandirse y que curiosamente muchas personas colocan rosas en sus jardines para protegerse de aquellos que le gusta lo ajeno, y no precisamente por su aroma.
Un tanto de lo mismo ocurre con nosotros, las experiencias que vivimos a lo largo de nuestra vida representan estos acúleos, en donde muchas veces sentimos morir, nos sentimos desesperanzados y el dolor puede ser desgarrador, pareciera que no vemos esa luz al final del túnel, pero es que son vivencias necesarias para poder mostrar nuestro esplendor, renacer y reconocernos cada vez un poco más. Recordemos que el ser humano a causa de nuestra ignorancia aprendemos las lecciones a través del sufrimiento.
Venimos a esta vida para acabar con esa ignorancia, trabajando el autoconocimiento, renacer tantas veces como sea necesario, hasta encontrarnos y vibrar tan alto en nuestra esencia para ser libres y felices, como cuando la rosa sale de su capullo, embriagándonos con su aroma sin igual, ella también tuvo que pasar todas sus facetas para mostrar su esencia.
En el proceso de renacer es normal sentir miedo, pero no quedarnos en él, movernos es necesario para crecer y avanzar en todos los aspectos de la vida, para darle dinamismo y alegría, recordemos que la alegría nos conecta con el amor y este a su vez lo mueve todo en perfecta armonía.
Puede que algunas espinas o acúleos nos corten el aliento, entonces justo en ese momento es cuando más amorosos somos hacia nosotros y nos permitimos una pausa, respiramos, sonreímos y tenemos presente que nuestra mente la que no está jugando esa pasada, el ego en su máxima expresión, detente y toma el camino de regreso a tú corazón.
Nada es ¨malo¨ y nada es ¨bueno¨, estas son simplemente etiquetas que se han creado en nuestra sociedad, simplemente es y forma parte de esta travesía. La diferencia radica en la consciencia con la que afrontamos cada situación, y si tenemos que ¨morir¨ dejarlo ser, porque entonces se tiene la oportunidad renacer.
Nacimos para morir un poquito cada día, pero entre tanto renacemos dándonos la oportunidad de aventurarnos a cada episodio de la vida, liberándonos de prejuicios, estando en el presente, el regalo más valioso hermoso de esta experiencia terrenal.
Si me preguntas ¿qué es necesario para renacer? Por supuesto querer hacerlo, mucho amor propio, silenciar los gritos del ego y escuchar nadie más que a ti mismo y la voz de tu corazón.
Al otro del lado del miedo está la vida y la oportunidad de renacer cuantas veces sea necesario.
Respira y sonríe
¡¡Precioso!!!
Como la mujer que lo lee. Gracias por siempre estar Yolanda. Un abrazo enorme.
Loredana Settimo Falsitta gracias por escribir estos relatos que nos dan aliento y nos hacen reflexionar sobre la vida en si misma, un camino difícil, pero que merece la pena recorrer para encontrarse con uno mismo ?❤️
Sin duda alguna merece la pena, la vida es un regalo donde nos enriquecemos mutuamente y para mi es un placer compartir desde mi propia experiencia. Gracias por leerme.