La obesidad es un problema de salud pública, aunque pudiera parecer poco empático no es para nada romántico ni de decir… «me acepto como soy».
Qué es la obesidad
La obesidad es un exceso de grasa corporal (subcutánea y visceral) que provoca un aumento de peso en relación al que corresponde a una persona.
El peso correspondiente a cada persona se mide en función de variables como la talla, edad y género, cabe resaltar que son mediciones estándares (sedentarismo).
La obesidad es un problema de salud pública que afecta a un porcentaje elevado de la población occidental y que cada vez más aumenta considerablemente.
Este aumento de la obesidad trae consigo aumento de la morbimortalidad de las personas que la padecen, por eso no aplica «me acepto como soy».
La prevalencia de obesidad en Estados Unidos en el año de 1994 era del 20,6% en hombre y 26% en mujeres (afectando más a mujeres).
Según una investigación que fue realizada por la National Center for Health Statistics el intervalo de edad comienza desde los 20 hasta los 74 años.
Indicadores de obesidad
Para que el personal médico considere que una persona padece obesidad, su índice de masa corporal (IMC) debe ser igual o también superior a 30.
En el año 1997 en España la prevalencia de personas obesas fue del 11,5% en hombre y del 15,2% en mujeres (mayor vulnerabilidad en mujeres).
La Sociedad Española para el Estudio De la Obesidad (SEEDO) revela que el intervalo de edad esta entre 25 a 60 años, IMC en 30.
Efectos de la obesidad
La obesidad es un problema de salud pública (hay que aceptarlo) puesto que es desencadenante otras enfermedades mortales entre las cuales se encuentran algunas comunes:
Metabólicas (diabetes, dislipemias, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, etc.) motoras, como la artrosis de rodilla, cadera, tobillo y psicológicas (debido a la discriminación y las burlas).
La causa de la obesidad es un desbalance energético positivo que puede ser debido a factores como los genéticos, ambientales, psíquicos, endocrinos o fármacos.
Algunos de los factores ambientales son: aumento de la ingesta calórica y el consiguiente exceso de energía que de no gastarse se almacena como grasa.
La reducción de la actividad física contribuye en la ralentización del metabolismo energético, malos hábitos alimenticios, consumo de alimentos refinados, poca frutas, verduras y legumbres.
El consumo excesivo de alimentos de origen animal es otro factor ambiental desencadenante que favorece la aparición de la obesidad (es más saludable comer variado).
Se pueden utilizar diferentes métodos para determinar el peso de la persona obesa pero el índice de Quetelet o (IMC) es reconocido como referencia internacional.
La obesidad es un problema de salud pública y quienes la padecen necesitan ayuda nutricional, física y en la mayoría de los casos también psicológica.