Sankalpa, la intención.
En muchas clases de yoga, cuando no en todas, escuchamos a nuestro profesor decirnos al inicio y luego del relax inicial o regreso a la calma, que no olvidemos fijar o formular mentalmente una intención para la práctica de ese día, y que la recordemos o evoquemos a lo largo de la sesión.
En algunas ocasiones el profesor agrega que la intención es lo que en sánscrito se denomina Sankalpa.
Lo cierto es que como el yoga es un proceso interno de cada persona, a más de que cada alumno, según sus circunstancias, puede estar en mayor o menor grado consciente de su momento presente, de su aquí y ahora, en mayor o menor dominio de su concentración o Dharana, atento a sus sensaciones, emociones y pensamientos como simple observador y plenamente unido al control de su respiración o pranayama, es habitual que los profesores dejen enteramente la elección de la intención a la decisión personal de cada uno, según sus necesidades y búsquedas propias. Así, la determinación de la intención suele ser, y en su oportunidad habría siempre de ser, un acto mental de naturaleza individual.
Claro que por mental, en este caso, no aludimos a intelectual o reflexivo, sino a interno, exclusivo y silente, desde el sentir.
Sin embargo, en particular con alumnos que inician su camino en el yoga y muchas veces también con alumnos un poco más avanzados, se hace menester que el profesor sugiera algunos ejemplos o simplemente indique que la intención de la clase del día será una en particular, para todos los alumnos, acorde a cuál sea el objetivo energético de la clase.
Ahora bien, ¿qué debemos entender por intención? Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la intención es la “determinación de la voluntad en orden a un fin”[1]. Esta idea es la propugnada por el yoga, aunque no siempre sea coincidente con la forma en que esa palabra es comúnmente utilizada. Ella involucra entonces dos extremos fundamentales e inseparables, que son por un parte un objetivo o finalidad que se persigue, y por la otra la firme declaración de voluntad de lograrlo.
En consecuencia, no se trata de la mera formulación de un deseo o de una añoranza, cosa que ya admite solapada o tácitamente la posibilidad de que no se produzca. Es decir, algo tipo “ojalá que sostenga bien el equilibrio”, “espero que no me hiperventile hoy”, “tengo que olvidar mis pensamientos”, etc. Si observamos bien frases como esas, podemos apreciar que no hay un compromiso consigo mismo de obtener un fin, a sabiendas de que ello sólo depende de la propia acción y particularmente de la propia actitud, sino que todo se deja al azar, a la suerte, a factores externos de lo imponderable. Implícitamente está el fracaso allí, pues se le está convocando en una obvia desconfianza hacia sí mismo.
No debemos confundir un anhelo con un propósito, cuando en realidad existe la voluntad o firme convicción de conseguir lo que se propone. Cuando se obra de esa forma, con la voluntad de por medio, la persona está declarando lo que va a ocurrir, y no pasivamente esperando a ver qué pasa.
En consecuencia, estamos frente a otro empleo que evidencia el poder de la palabra. La ley de la atracción hace que una declaración de voluntad efectiva se transforme en hechos concretos. Es pues una orden precisa al subconsciente.
Así, la voz sánscrita Sankalpa, viene de Kalpa, que alude al designio que con prioridad habrá de acontecer antes de toda otra cosa, y de San, que se refiere a la conexión energética existente entre el ser y el Absoluto Universal. Para encontrarlo basta con mirar en su interior con toda honestidad y pureza, y desde allí creamos un cambio en nosotros mismos, desde nuestro campo o círculo de energía.
De manera que es la voluntad lo que está de por medio, y en el plano energético ella está asociada al tercer chakra, chakra solar o Manipura Chakra, centro de la voluntad, de la autoestima, del poder interior, ubicado en el plexo solar, a la base de la caja torácica, tres dedos sobre el ombligo. En ese espacio reside el fuego de la voluntad, por lo que su color es el amarillo.
Esta voluntad emerge así desde nuestro interior, en conexión con nuestro verdadero “yo”, libre de influencias provenientes de la sociedad, las creencias y las culturas.
La formulación del Sankalpa o intención siempre ha de ser en tiempo presente y sin uso de la negación, corta, simple y precisa, y capaz de resonar en tu interior.
Y si bien es cierto que se pueda percibir tras la clase que el fin no ha sido plenamente logrado, uno podrá sentir que avanzó en ese sentido, y es de eso de lo que se trata, pues, insistimos, el yoga en un proceso, a más de no limitarse a las posturas o asana, ni al trabajo sobre la esterilla.
De este modo, ejemplos de intención o Sankalpa podrían ser: Yo estoy sereno; yo soy libre; yo soy. Muchos ejemplos podemos encontrar en Internet, pero cuidado, si usamos alguno de ellos debe ser porque en efecto lo sentimos vibrar dentro de nosotros. Así:
. “Yo gozo de muy buena salud.
. Yo despierto mi potencia espiritual.
. Armonía y paz en toda mi vida.
. Yo tengo éxito en todo lo que empiezo.
. Yo termino todo lo que empiezo.
. Tengo confianza y seguridad en mí mismo.
. Yo soy una persona equilibrada.
. Yo soy fuerte y comprometido”[2].
. “Soy grandioso y estable.
. Tengo todas las respuestas en mi interior.
. Soy amado y estoy apoyado.
. Estoy enamorado de la vida.
. Estoy conectado al amor.
. Soy único y esa es mi mayor fortaleza”[3].
Solo recuerda que para cualquier cosa que vayas a hacer, incluso al levantarte en la mañana, dedícate un instante y formula tu intención. Construye y ofrécete de ese modo la vida que estimas mereces en la paz, la abundancia y la felicidad.
Excelente!
La seguridad en sí mismo da bases para afrontar cualquier obstáculo en la vida. Sin buenas bases cualquier construcción se tambalea.
Gracias Ana, ese es el punto. Cuando confias en ti confias en el universo y te regocijas en abundancia, y cuando digo abundancia no me refiero nada mas a lo material, sino al bienestar y a la felicidad, en gratitud. Un abrazo
Excelente tus artículos me van acercándo a conocer más profundamente la disciplina del yoga …..que confieso que nunca había profundizado en conocer ….gracias .
Hola Olga, me encanta que te estés convirtiendo en una asidua lectora y que te estés interesando por el yoga. Gracias por tus comentarios siempre bienvenidos. Namasté