¿COMO PODEMOS RECUPERAR NUESTRA SALUD Y NUESTRA FUERZA INTERNA?

Ante el desafío que estamos atravesando actualmente no sólo como individuos sino como humanidad. Ante el constante bombardeo externo de los medios que parecieran dirigir todos sus intentos a hablar de enfermedad, dolor e implantarnos miedo, es menester enfocarnos en nuestra salud física y emocional.

Es de suma importancia fortalecer nuestro sistema inmunológico – por cierto, tan inteligente – y recordar lo sabio que es nuestro cuerpo, siempre trabajando a nuestro favor y respondiendo a nuestras emociones.

Muchas veces el origen real de nuestros males físicos, nuestras patologías, se debe simplemente a pensamientos y emociones negativas, malas digestiones, acumulación de residuos tóxicos en el organismo, y – así – la consecuente falla metabólica. También falta de vitaminas y de, como no, los tan olvidados minerales!

Pero… ¿Cómo podemos recuperar nuestra salud, nuestra fuerza interna y Paz interior, y mejorar nuestros hábitos diarios fortaleciendo a la vez nuestro sistema de defensas?

RECUPERAR NUESTRA SALUD Y FUERZA INTERNA

A continuación, les comparto algunos tips tan básicos como claves para empezar con un cambio de hábitos hoy mismo:

¿NOS HIDRATAMOS MAS Y NOS ALIMENTAMOS MEJOR?

  • Mantenernos hidratados es vital, nuestro cuerpo es 70-80 por ciento agua… como nuestro planeta! Debemos asegurarnos el consumo diario de agua pura filtrada/destilada, aproximadamente 8 vasos de agua por día. Se puede también establecer un requerimiento más preciso para cada uno, en base al peso en kg para así establecer la necesidad diaria acorde. Es importante tener en cuenta que bebidas como el mate, el café y otras NO reemplazan el agua.
  • Complementar la alimentación con especias y plantas como cúrcuma, jengibre, ortiga, diente de león, cola de caballo, cardo mariano, etc.
  • Incorporar más “superalimentos” – alimentos con una comprobada mayor densidad nutricional – como el kale, la palta, el pepino, la maca, la espirulina, etc.
  • Aprender sobre la procedencia de los alimentos y leer las etiquetas de los productos… a mayor cantidad de ingredientes y agregados artificiales, menor salud!
  • Consumir más alimentos y platos caseros con ingredientes reales. Manos a la obra… la salud empieza en nuestra cocina! Y, en términos más fisiológicos, en el colon!
  • Reducir el consumo – hasta eliminar – de azucares, harinas y sales refinadas, lácteos, embutidos, productos enlatados, etc. (El tema de los “4 venenos blancos” lo ahondaré en otro artículo). Estos mal llamados “alimentos”, carentes de nutrientes reales, resultan tóxicos para nuestro organismo, y, simplemente, acaban por interferir en el óptimo funcionamiento y la respuesta de nuestro sistema de defensas.
  • Aumentar el consumo de alimentos frescos, frutas, hortalizas, semillas y, en lo posible, productos orgánicos y/o agroecológicos.

¿NOS MOVEMOS MAS? Una rutina diaria de ejercicios adaptada a cada uno es clave. Podemos combinarla con alguna sesión de yoga y meditación. Esto, a su vez, ayudará a fomentar pensamientos positivos y mantener el foco. Otro excelente hábito, sería cambiar el coche por la bicicleta para trasladarse al trabajo, por ejemplo.

RESPIREMOS CONSCIENTEMENTE! Muchas veces respiramos de forma mecánica e inconsciente y no nos detenemos a pensar si lo hacemos correctamente. Hacerlo de una forma errada y restringida, hará que falle la oxigenación resintiendo nuestra salud… ¿Quién puede vivir sin oxígeno?

Por último, considerar incorporar una buena suplementación: vitamina C, B, D3, magnesio, selenio, zinc, etc. (Consulta antes con tu médico/ terapeuta).

“Tus fuerzas naturales, las que están dentro de ti, serán las que curarán tus enfermedades.” – Hipócrates

Luciana Viale

Holistic Health Coach – Master Nutrición & Terapias Holísticas

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1 Comentario

  1. Isabel

    Artículo muy completo y fácil de comprender.

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