Karma quiere decir causa y efecto, todo acción tiene su consecuencia y eres el responsable de lo que haces y te sucede. El karma se aplica a todo lo que sucede en el mundo exterior y está relacionado con el cuerpo y la mente.
Dharma quiere decir causa y efecto. Está relacionado desde lo que haces de adentro hacia afuera, inspirado por tu Ser interior, amable, amoroso y bondadoso hacia afuera.
Tal y como piensas vives, de acuerdo a esto se puede decir que, si en tus pensamientos hay odio, vivirás con odio; atrayendo odio y desarrollando karma negativo.
Muchas son las vidas y apariencias que se han recorrido, somos la imagen de los ancestros, el mismo Ser, vistiendo una apariencia diferente.
Es por eso que debemos empezar por sanar el karma propio, el del odio hacia ti mismo. Sanando tu karma haces dharma, extendiendo el dharma desde dentro de ti hacia afuera.
Cuando vivimos de forma humana mantenemos los vicios capitales. Son pensamientos y actos llenos de odio, nacemos con ellos, soberbia, avaricia, lujuria, envidia, gula, ira, y pereza. Se expresan tanto de forma emocional como física.
Es nuestro deber transformar o realizar Dharma de estos vicios a virtudes que obran con la verdad; el bien, la justicia y belleza, los ideales de la vida amorosa, bondadosa y dichosa.
Estas virtudes son:
Humildad para transformar la soberbia.
Generosidad para contrarrestar la avaricia.
Castidad para sanar la lujuria
Paciencia para liberarse de la ira.
Templanza para evitar la gula.
Caridad para sanar la envidia.
Diligencia para corregir la pereza.
El pensamiento religioso…
Para las religiones monoteístas como el cristianismo, judaísmo e islam, este concepto es denominado retribución.
Está relacionado con la responsabilidad de las acciones con el mérito para las buenas acciones y demérito para las malas.
A esto también se le conoce como la “ley del ojo por ojo y diente por diente”; obteniendo violencia a través de la violencia y venganza a través de la venganza.
Siempre se nos ha enseñado a transformar el odio y lo humano, en amor y en Ser.
«Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado. Si una persona habla o actúa con astucia, le sigue el dolor. Si lo hace con un pensamiento puro, la felicidad lo sigue como una sombra que nunca lo abandona». Dhammapda
«Para tener buena salud, encontrar la felicidad verdadera y traer paz a todos, las personas deben primero controlar su propia mente. Si lo logran, habrán llegado a la iluminación y toda la sabiduría y virtud vendrán naturalmente» Dhammapda
El apego material y los vicios a las sensaciones corporales te mantienen sujeto y adormecido a la ilusión física; actuando e identificándote constantemente con lo emocional.
Cuando Jesucristo y buda realizaron sus trabajos proféticos, su misión fue la de desbloquear los centros energéticos cuarto, quinto y sexto.
Los centros cuarto y quinto están relacionados con el amor y la verdad, con el corazón y la voz. El sexto chakra se relaciona con la mente. Desbloqueando la mente, preparándola para el despertar de la consciencia y el espíritu.
Es por eso que sus enseñanzas siempre han sido sobre la compasión, bondad, amor, humildad y virtudes; caminando en un mundo lleno de odio hacia sí mismo.
Dejaron una huella imborrable de amor, manteniendo de forma constante y recordando la ley del amor.
“No hagas lo que no te gustaría que te hiciesen”.
“Amate a ti mismo, ama a tus hermanos al igual que tú te amas; y por sobre todo ama a Dios nuestro padre por sobre todas las cosas”.
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