Meditar no es religión ni droga
En la búsqueda de la objetividad en la precisión de las definiciones, yendo de lo general a lo particular o especializado, nos corresponde partir del Diccionario de la real Academia de la Lengua Española, al objeto de afinar el entendimiento de los vocablos “meditar” y “meditación”.
Meditar es entonces: “Pensar atenta y detenidamente sobre algo”[1], mientras que meditación es simplemente: “Acción y efecto de meditar”[2], vale decir, que es el acto, situación o actitud en que la persona piensa atenta y detenidamente en algo. Y si nos conformamos con estos propósitos, habríamos de concluir que meditar, a los ojos de los académicos del idioma, sería sinónimo de pensar[3] y de reflexionar[4], pero eso sí, con atención plena.
Se trata del sentido que comúnmente la gente le suele aplicar a estas palabras. Pensar o reflexionar profundamente sobre algo. Por ejemplo: debes meditar acerca de si te conviene o no ese trabajo.
Sin embargo, si nos dirigimos a la psicología (ya que se habla de pensar lo cual es función de la mente), nos encontramos con algo sorprendente, que nos lleva más lejos: “Proceso mental a través del cual el sujeto alcanza su yo más profundo”[5], y “Práctica mental que, mediante ejercicios especiales, lleva a traspasar la experiencia habitual de tipo egocéntrico y racional con miras a la asimilación con una conciencia más amplia que permite experimentar el propio sí más profundo y en armonía con el todo…”[6].
Y lo realmente remarcable es que estas ideas sobre la meditación nos vienen de la ciencia, a través de la psicología, y no de nada metafísico ni esotérico.
Si colocas meditar o meditación en un buscador de Internet pueden anunciarte más de 23 millones de resultados. Quizás una de las más claras ideas, es una que proviene también del mundo de la ciencia, esta vez de la medicina: “Práctica de la mente y el cuerpo por la que una persona enfoca su atención en algo, como un objeto, una palabra, una frase o la respiración, para reducir al mínimo pensamientos o sentimientos que distraen el cuerpo y la mente, y mejorar el estado general de salud y el bienestar. Se usa para aliviar el estrés, el dolor, la ansiedad y la depresión y ayuda a aliviar los síntomas relacionados con enfermedades…”[7].
En todo caso, sintéticamente la meditación constituye una serie de técnicas ancestrales que nos permiten reencontrarnos con nosotros mismos, descubrirnos desde nuestro interior, comprender todo lo que ocurre en nosotros, para poder reconocerlo y aceptarlo[8], liberarnos del sufrimiento, superar el estrés y encontrar la serenidad, desarrollar una apertura hacia los demás, con empatía, tolerancia y compasión, y mejorar la capacidad de concentración.
Y dentro de esa serie de técnicas, que las hay muchas, nos topamos con una en especial, de las más conocidas y practicadas en el mundo, que se conoce como Meditación de Plena Consciencia (MPC) o Mindfulness, y que persigue permitirnos escapar de nuestro habitual modo de funcionamiento automático, al objeto de facilitarnos estar conscientes del momento presente.
Si bien la MPC se inspira en la meditación budista tibetana, esencialmente analítica y contemplativa, es lo cierto que fue concebida y desarrollada en los Estados Unidos de América y Canadá, por Jon Kabat-Zinn, profesor de medicina, con su programa MBSR (Mindfulness Based Stress Reduction), desde la Clínica de Reducción del Estrés y el Centro para la Plena Consciencia en Medicina de la Universidad Médica de Massachusetts, y Zindel Segal, doctor en psicología cognitiva, profesor e investigador, en la Universidad de Toronto, con su programa MBCT (Mindfulness Based Cognitive Therapy).
Estos profesionales de la salud preconizan que la persona, en lugar de buscar distraer la mente de sus angustias, mediando la realización de actividades diversas, de trabajo o recreación, más bien sea capaz de acoger el estrés, reconocerlo como tal, y observarlo, para no dejarse perturbar por él, generando enfermedades y otros malestares. La persona comienza por analizar su problema; determinar las causas que lo inducen; crear nuevos hábitos positivos de pensamientos y conductas; y efectuar ejercicios de plena consciencia para aprender a estar más presente y calmada.
¿Acaso no fue Albert Einstein quien dijo que la locura estaba en hacer siempre lo mismo y esperar un resultado diferente? Pues la MPC nos lleva a precisar situaciones que nos afectan o limitan, de manera de enfrentarlas por medio de estrategias diversas, a partir de esa herramienta tan certera y científicamente demostrada que es la intuición, y la capacidad de poder analizar desde la imparcialidad, sin juzgar. Recordemos que la racionalidad, tan festejada en occidente por pretendidamente objetiva y “científica”, suele verse empañada por las emociones, los prejuicios y los pensamientos negativos, al no estar atentos a lo que sentimos, hundidos en lo que pensamos (o prepensamos).
Entonces, la MPC nos lleva a estar atentos o concentrados en nuestras sensaciones exteriores e interiores, y en lo que percibimos o resentimos en el momento presente, aquí y ahora, dejando de lado el ayer y el mañana. Así, partimos de escoger el objeto de la concentración, que puede ser la respiración, sensaciones corporales (dolor, cosquillas, hormigueo, incomodidades…), pensamientos, emociones, sensaciones provenientes de uno o varios de los cinco sentidos, etc. Y esto lo hacemos durante un tiempo preconcebido, si es posible en un lugar destinado a ello y lo más posible libre de elementos de distracción, aunque se puede practicar caminando, comiendo, trasladándose al trabajo o escuela, haciendo las labores domésticas, jardineando, etc.
Y su práctica regular, mejor si es cotidiana, genera múltiples beneficios, como lo son: mayor capacidad de atención y concentración; mayor eficacia en el trabajo y el estudio; mayor control de las emociones; sensación de calma; mejor regulación del estrés y la ansiedad; estar a la escucha de sí mismo en lo físico, lo mental, lo emocional, lo intelectual; control de dolor; claridad en el discernimiento y agudeza analítica; mayor consciencia de sí mismo; actitud empática y solidaria; y muchos otros.
Veamos un ejemplo de un ejercicio de MPC al comer: Elije un alimento que te gusta, una fruta o un chocolate. Imagina que nunca lo habías visto y explóralo con los ojos, mientras palpas su textura y su forma. Inhala su olor. Colócalo en tu boca, pero no lo muerdas aún. Hazlo rodar alrededor de tu lengua notando las sensaciones. Muérdelo lentamente, mientras lo degustas al mínimo detalle. No tragues todavía, tómate el tiempo de saborearlo. Finalmente, traga bien consciente de la sensación que experimentes al deglutir. Esto es comer en plena consciencia. Fíjate como durante todo ese proceso no había espacio para ayer ni para mañana, y que pudo haber pensamientos acerca de recuerdos de haber sentido ese sabor o alguno parecido, o, todo lo contrario, así como emociones de gozo o incluso de rechazo, pero que no te apegaste a esos pensamientos y emociones, sino que los notaste y los dejaste pasar, consciente de tus sensaciones físicas.
Pues bien, esto es la MPC, y hemos evocado su origen en la actividad médica y psicológica norteamericana, y no en elementos de tipo religioso. Claro que estos investigadores, como lo indicamos, se inspiraron de la meditación budista tibetana, en donde seguramente está muy presente lo espiritual, e incluso lo filosófico, cosmovisiones y hasta lo religioso.
Pero pretender que la MPC es una práctica religiosa por tal inspiración, sería como asumir que los Códigos Penales de los países implican prácticas religiosas, en razón de que se inspiran en mandatos ancestrales judíos, cristianos y musulmanes, como los de no matar, ni robar, ni mentir, preceptos que también están presentes en el Budismo y en las pautas éticas de Yamas y Niyamas del Hinduismo. ¿Acaso un ateo o un agnóstico no puede ser pacifista porque la no violencia fue predicada por profetas y monjes diversos?
O que incluso, hablando de meditación, sería ella, en cualquiera de sus manifestaciones, una práctica religiosa o en todo caso espiritual, por ser parte del Hinduismo, concretamente dentro de los ocho pasos del yoga de Patanjali.
Sin duda el yoga es en sí una técnica meditativa, si recordamos precisamente con Patanjali, que el yoga no es otra cosa que el estado en el cual la actividad mental y emocional se ha calmado.
En todo caso, los beneficios de la meditación y particularmente de la MPC, en lo corporal, mental e intelectual, hoy en día han sido enumerados y comprobados por la ciencia, y su práctica, que bien puede estar circunscrita dentro de actividades y creencias espirituales o religiosas, en la actualidad y especial pero no únicamente en el mundo occidental, es ejercitada tanto por creyentes de diversas culturas y filosofías de vida, como por ateos y agnósticos.
Todo lo anterior ha incidido en que, dentro de los sistemas educativos de diversos países, desde los niveles más jóvenes, se haya venido generalizando la práctica de MPC en las escuelas, jardines de infancia y universidades[9].
Uno de esos países es Francia, presente en más de 425 escuelas. Sin embargo, sorprendentemente instituciones como la Liga de los Derechos Humanos se han opuesto recientemente al desarrollo de los programas de MPC en las escuelas, so pretexto de que pone en peligro la libertad de pensamiento, violando uno de los principios republicanos fundamentales que es la laicidad, por asumir que es fomentada por el Budismo, y con ello desacatando la Ley de 9 de diciembre de 1909 sobre la Separación de las Iglesias y del Estado[10], que garantiza la libertad de consciencia y prohíbe toda manifestación religiosa al interior de las escuelas públicas. No faltará el momento de que también pidan que no se enseñe yoga en las escuelas, por tener el mismo origen de la meditación. Y eso que el yoga y la meditación son hoy en día patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la UNESCO[11].
Para ellos, aunque sólo lo argumentan sin demostración, la MPC genera ataques de pánico, episodios psicóticos y disociación, hace a los niños susceptibles de manipulaciones mentales, haciendo perder el espíritu crítico, y promueve el sectarismo[12], por lo que han solicitado del Ministerio de la Educación Nacional la cesación de todos los programas de meditación y en especial de MPC en las escuelas.
Queridos lectores, es curioso que, en la cuna del racionalismo cartesiano, no obstante los resultados de los experimentos científicos en el mundo demostrativos de los múltiples beneficios de la MPC, practicada además fuera de todo contexto de credo religioso o ritual espiritual alguno, como terapia médica o psicológica, o como medio de incrementar la concentración y el carácter analítico del cerebro, se levanten voces que falsamente alertan desde el desconocimiento y la ausencia de método científico. Pareciera que ven el sectarismo por la actitud sectaria o fanática antirreligiosa con la que presentan el tema, por prejuiciadamente desconocer de lo que se trata.
Realmente es un tema para meditar, o al menos para ser reflexionado o pensado atenta y detenidamente.
8 Comentarios
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[1] https://dle.rae.es/meditar?m=form
[2] https://dle.rae.es/meditaci%C3%B3n?m=form
[3] https://dle.rae.es/pensar?m=form : “Examinar mentalmente algo con atención para formar un juicio”.
[4] https://dle.rae.es/reflexionar?m=form : “Pensar atenta y detenidamente sobre algo”.
[5] http://www.verticespsicologos.com/agora-psicologia/diccionario/m
[6] https://saberespsi.files.wordpress.com/2016/09/galimberti-umberto-diccionario-de-psicologc3ada.pdf
[7] https://www.cancer.gov/espanol/publicaciones/diccionarios/diccionario-cancer/def/meditacion
[8] http://websmbook.com/aceptar-o-resignarse/
[9] Argentina: https://www.artofliving.org/ar-es/la-meditaci%C3%B3n-en-la-escuela y https://www.youtube.com/watch?v=pFnfyJqiWsI
Chile: https://educrea.cl/proyecto-para-la-implementacion-de-mindfulness-en-las-escuelas/
España: https://www.elmundo.es/espana/2015/06/15/556f439c268e3e9e438b459a.html
Estados Unidos: https://www.mindful.org/mindfulness-in-education/
Finlandia: https://hundred.org/en/articles/the-rise-of-well-being-and-mindfulness-in-schools
México: https://www.muyinteresante.com.mx/ciencia-tecnologia/meditacion-jovenes-resultados-exitosos/
[10] https://www.legifrance.gouv.fr/loda/id/JORFTEXT000000508749/
[11] https://ich.unesco.org/es/RL/el-yoga-01163
[12] https://www.liberation.fr/idees-et-debats/la-meditation-de-pleine-conscience-porte-gravement-atteinte-a-la-laicite-pour-le-president-de-la-ligue-des-droits-de-lhomme-20210712_7BQJ5QRAPBFGLIHVMOL3P557IM/
Bueno, pareciera que se oponen a ello o por ignorancia total sobre la materia o por un gran miedo de que el ser humano, al estar en contacto con su yo más profundo, descubra su poder.
Por miedo al cambio de un ser humano más consciente.
Concuerdo plenamente! Sin dudas!
Hola Luciana, gracias por tu comentario. Honrado de compartir puntos de vista
Ese es, respetada Yomy, uno de los temores mas irracionales y reales que existen. Gracias
La verdad, querida Lilo, es que se trata de una mezcla de ambas cosas. Decretemos la luz para todos. Gracias
Dentro de esta nueva guía social impuesta en las redes y acatadas por casi toda la sociedad de solo aceptar lo «políticamente correcto», es decir, evitar políticas,lenguaje, comportamientos que puedan verse excluyentes, marginados o insultantes de grupos considerados desfavorecidos y/o marginados; están sucumbiendo un sin fin de realidades dejándonos desnudos y sin defensa ante estás prácticas.Lo cierto que si la Sociedad no defiende la Libertad en todas sus formas se irán censurando, bajo ese concepto, toda forma de manifestación cultural,social, científica.Basta ya!!!
Es así efectivamente, querido amigo. Y lo tragicómico es que este evidente ataque a la libertad de las personas proviene de gente o asociaciones paradójica o tragicómicamente dedicadas a la defensa de las libertades. Afortunadamente se alzan voces en contra de estas injusticias