¿Alguna vez te has preguntado sobre «La verdad»? ¿O qué es la verdad?
Déjame decirte algo: la verdad no existe.
No hay verdad más incómoda que ésta (valga la redundancia)
Ya que es un golpe fuerte para nuestro ego.
Pero en realidad el ahondar en este tema y llegar a asimilarlo y comprenderlo nos va dando una herramienta maravillosa he importante para nuestra madurez espiritual, emocional e incluso social, ya que nos lleva a la aceptación y luego a la empatía con las distintas verdades y creencias de las demás personas.
Más allá de nuestras creencias firmes, entender que cada ser humano está compuesto de un sinfín de experiencias, ideas, miradas y culturas diferentes es lo que hace que cada uno intérprete la vida de distintas formas, por ende, que se identifique con diferentes verdades es un paso a ser más flexibles, empáticos, centrados y equilibrados.
Existen distintos conceptos de verdades, como verdad absoluta o la última verdad, pero a lo que cada uno concierne, nuestra verdad personal es lo que marca nuestra experiencia en la vida, respetar las decisiones de los demás es un reto vital de estos últimos tiempos.
Cada uno tiene su verdad
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