¿QUÉ ES EL AUTOCUIDADO??
El autocuidado es la práctica de actividades que los individuos realizan en favor de sí mismos para mantener la vida, la salud y el bienestar.
AUTOCUIDADO COMO RESPUESTA AL ESTRÉS
La percepción del estrés es única e individual, siendo producida en ocasiones por la carga de trabajo, el listado de asuntos que tenemos pendientes y hasta nuestros pensamientos.
El estrés tiene dos partes, aquello que percibimos como estresor y la respuesta del cuerpo ante esos estresores. Esas reacciones del cuerpo son necesarias para activarnos y realizar tareas, lograr metas y hasta salvaguardar nuestras vidas en caso de una emergencia. Sin embargo, cuando esta respuesta natural se da en exceso, se produce una sobrecarga de tensión que provoca la aparición de enfermedades y anomalías patológicas que impiden el normal desarrollo y funcionamiento del cuerpo humano. Algunas pueden ser infarto, ansiedad, depresión, dolores musculares, insomnio, trastornos de atención, trastornos digestivos, etc.
Cuando una persona está experimentando estrés constante, el cerebro puede presentar dificultad en identificar las situaciones peligrosas de las que no lo son. El sistema de alarma en tu cerebro reacciona de la misma forma a las situaciones que representan un peligro real y a las que no. No distingue entre unas y otras. Cuando el sistema de alarma se queda activado, se produce una sobrecarga de estrés. Esto significa que tu cuerpo está esforzándose mucho más para manejar el estrés.
La respuesta de estrés se puede activar tanto por situaciones reales como por pensamientos o emociones. Así como se activa la respuesta de estrés, de igual modo se puede desactivar cuando logramos provocar la respuesta de relajación.
No todas las personas sienten el estrés igual y pueden presentar diferentes señales. Es importante crear consciencia de cuáles son nuestras señales de estrés para poder identificarlas y manejarlas, comenzando a crear la consciencia de cómo reaccionas y cuáles son las señales que experimentas. De esta forma, puedes usar esas señales como avisos.
Algunas de estas señales pueden ser desde dolores de cabeza, de espalda, estomacales, tensión en hombros, inquietud, sudoración de las manos. También pensamientos obsesivos, irritabilidad, tristeza, nerviosismo, intolerancia, comer en exceso, pérdida del sueño, apretar los dientes y un buen número más.
Para combatir el estrés se suelen recomendar los EJERCICIOS RESPIRATORIOS. El objetivo es ejercer un control voluntario sobre la respiración de manera que la utilicemos como calmante cuando nos abrumen las situaciones de estrés. La idea es comenzar a llevar la atención hacia ella, como se hace en Mindfulness o meditación, prestando atención al momento presente sin emitir juicios. Requiere tiempo y esfuerzo, es necesario practicar.
Una de las formas de conectar con la respiración es llevar una mano a tu abdomen y la otra a tu corazón, e inhalar contando del uno al cuatro y exhalar contando del uno al seis o del uno al cuatro si seis te resulta dificil. Es posible que experimentes algún nivel de dificultad en hacer esto, es normal, pero inténtalo, verás que poco a poco esa conexión con tu respiración comenzará antes y podrás volver a ella siempre que lo necesites.
Feliz práctica.
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