Ahimsa y la lucha no violenta
Tal como lo evocamos al analizar el Bhagavad Gita[1], de la persona, del yogui, se espera que actúe bien, para que pueda alcanzar la meta más alta, es esa la enseñanza del Bhakti Yoga, que se engrana con la idea de Dharma, es decir, con el actuar debido y justo, sin vacilación, que constituye el Karma Yoga y en donde sin apegos reside la felicidad.
Luego, con un mayor nivel de detalles, al revisar el Raja Yoga[2], y específicamente el Asthanga Yoga o yoga de los ocho pasos o Yoga Sutras de Patanjali, nos encontramos con el primer y fundamental paso de todo buen yogui en busca de esa meta más alta y, por tanto, del buen y justo actuar, conocido como Yama, el cual a su vez, estando referido a nuestra conducta hacia los demás, nos presenta en puesto destacado lo que se conoce como Ahimsa, es decir, nuestro compromiso con la no violencia, en el sentido de no matar ni lastimar en forma alguna a ninguna criatura y especialmente a otras personas. Se puede entonces afirmar que esta es la expresión, dentro de la filosofía hinduista tradicional, de la idea contemporánea de pacifismo[3].
De esa forma se aprecia la presencia milenaria e intercultural de valores trascendentales dentro de los que se destaca en crucial posición la dignidad humana, fundamento de los derechos humanos, y de mandatos de convivencia dentro de la fraternidad, como la Declaración de Principios sobre la Tolerancia[4].
Si vamos hilando adecuadamente estos aspectos, centrados en el actuar debido, bueno y justo, desechando entonces las actitudes pasivas, conformistas, la ausencia de autoestima y la capacidad de afectarse por la situación del otro, entonces asumimos que nuestra naturaleza humana implica fraternal o solidariamente obrar por el bienestar de las personas, de la sociedad, para de ese modo alcanzar la meta mas alta, y con ella, la felicidad (tuya, mía, nuestra, de todos).
En consecuencia, la exclusión de la libertad o su drástico menoscabo por parte de gobiernos ha de impulsar a la persona a escapar de la apatía y la dejadez (que de todas formas son conductas con repercusiones políticas favorables a lo arbitrario), invitándola a asumir su compromiso del buen y justo actuar, en procura de la libertad, en el entendido de que ese buen y justo actuar implica indefectiblemente su carácter desarmado y no violento. Convencer es la mejor forma de vencer.
Ahora bien, mucho se ha hablado acerca de la idea de “resistencia civil” o “resistencia no-violenta”[5], sin que a ciencia cierta se sepa el alcance de su significación, aunque haya consenso sobre su carácter de derecho humano, enunciado como el derecho a la resistencia civil, o el derecho a la desobediencia civil, o el derecho a la rebelión, o el derecho a la resistencia a la opresión[6].
Cuando un pueblo se organiza creando un Estado, acepta someterse a las autoridades, sí, pero de manera condicionada. Vale decir, que la legitimidad del poder existe sólo si los gobernantes actúan con plena sujeción a la Constitución que fue votada por todos, dentro del ámbito de un verdadero estado social y democrático de derecho, y se dedican con exclusividad a la mejora continua de las condiciones de vida de las personas, estando a su servicio. En este sentido la Declaración Universal de los Derechos Humanos[7] resulta primordial, especialmente al considerar esencial: “que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión”.
En los casos en los que las autoridades olvidan lo anterior y se divorcian de las limitaciones jurídico-filosóficas del ejercicio del poder, incluso tomando a los ciudadanos como meros súbditos obligados a obedecer sus caprichos, como tantas veces ha ocurrido y sucede hoy en día en el mundo, la sociedad civil[8] está llamada a reivindicar el respeto de los derechos humanos, dentro de diversos grados existentes de control social (legales o no) y hasta de represión (desapariciones, arrestos ilegítimos, incomunicación, torturas, ejecuciones…).
Desde el mismo derecho a la paz[9], los derechos humanos son entonces reivindicados, exigidos, a través de medios ineluctablemente no armados ni violentos, sean de naturaleza política, económica, sindical, jurídica, mediática (fundamentalmente por medio de internet y las redes sociales), cultural y hasta artística, tales como las manifestaciones, las reuniones, la educación crítica y el uso de la libertad de expresión (precisamente también derechos humanos), a través de vías artísticas como la literatura, el cine analítico y cine-foros, los debates en clase, la pintura, y tantos de otras índoles, cuyo objetivo común va, según las circunstancias específicas, desde el derrocamiento[10] del poder tiránico, autocrático o totalitario, instaurado en detrimento del mandato constitucional, hasta la denuncia y paralización de sofisticadas, subliminales y populistas técnicas manipuladoras diversas en clara vía de sustitución de la democracia por un verdadero autoritarismo[11], de modo de restablecer el imperio de la carta fundamental, el respeto de la voluntad popular y del principio democrático, y el goce efectivo de las libertades individuales y colectivas.
Esto ocurrió, por ejemplo, en la vieja Europa comunista, con la toma masiva de calles en Polonia por parte de las personas liderizadas por el movimiento sindical Solidaridad, que dirigía Lesh Wallesa[12]; también en Filipinas, en 1986, se pudo observar el movimiento de masas, que sin importarles estar amenazadoramente rodeadas de tanques de guerra, protestaron contra el Presidente Marcos[13]; y, entre tantos otros sucesos mundiales, como las manifestaciones en Túnez y Egipto[14] y, particularmente en Venezuela, donde a pesar de su carácter pacífico, fueron y siguen fuerte y sistemáticamente reprimidas[15], con saldo de estudiantes fallecidos con bombas lacrimógenas disparadas directamente contra el pecho de la persona[16], y tiros de bala contra las viviendas donde haya gente simplemente caceroleando contra las arbitrariedades del poder; por supuesto, sin olvidar la lucha pacifista por la que Mahatma Gandhi logró la independencia de la India, del Imperio Británico[17].
En los supuestos citados, excluyendo lamentablemente aún el caso de Venezuela, la sociedad civil triunfó. Y, como en Venezuela, en muchos otros supuestos, tristemente, aunque sin perder la esencia libertaria de estos movimientos de la sociedad civil, la correlación de fuerzas favoreció al, o ha jugado a favor del, régimen opresor, como se pudo apreciar en las huelgas de la antigua Alemania del Este o en la Primavera de Praga, cuando los tanques de guerra soviéticos aplastaron las esperanzas alemanas y checoeslovacas, en los años 50 y 60[18]; con el asesinato del líder de los derechos civiles Martin Luther King, en los Estados Unidos de América, en los años 60; con el asesinato del líder ecologista defensor de la Amazonía Chico Mendes, en Brasil, en 1988[19]; igualmente, en la masacre de la Plaza de Tiananmen, cuando el gobierno chino asesinó centenares de estudiantes manifestantes en el año 1989[20]; también en la represión a los georgianos, a manos de los nuevos rusos en el año 2003; y hasta con lo que se ha visto pasar en Siria no hace tanto.
En todos estos casos, el denominador común es un pueblo que, con independencia del color del régimen opresor, y de sus propios orígenes culturales, lucha pacíficamente por la libertad.
Este derecho humano a la resistencia civil ha venido siendo muy seriamente estudiado y reconducido a la idea, más amplia, de derecho a la desobediencia civil, como se puede observar de los trabajos emprendidos por filósofos políticos de la envergadura de Hannah Arendt[21], John Rawls[22] y Jürgen Habermas[23], siendo de particular importancia resaltar que la nueva filosofía política presupone la posibilidad del ejercicio de este derecho por la sociedad civil, incluso en presencia de un régimen de origen y desempeño democrático, en la medida en que los gobernantes se separen de su compromiso de total apego al derecho. Es en semejante orden de ideas que, a título ilustrativo, observamos que la Constitución de Venezuela, en su artículo 350 (casualmente no incluido en las ediciones oficiales del gobierno) expresa que: “El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos”.
Ahora bien, debe ponerse de relieve que este asunto de la lucha pacifista, materializada en la resistencia y la desobediencia civiles, que mundialmente desde los años 80 se viene denominando “people power” (“poder popular”, aunque se debe tener cuidado pues esa denominación es frecuentemente usada con fines muy diferentes), ha escapado de los linderos de la poesía y de la fantasía, para convertirse en un instrumento eficaz de lucha contra la opresión, el autoritarismo y el totalitarismo existiendo en la actualidad métodos que responden a estrategias serias y factibles de la lucha no violenta.
En este orden de ideas, conviene citar el manual “De La Dictadura a la Democracia. Un Sistema Conceptual para la Liberación” (“From Dictatorship to Democracy”)[24], escrito por Gene Sharp, quien, estando reputado como el gran teórico de las revoluciones pacíficas, aconseja a los pueblos que desean desembarazarse de las dictaduras y demás formas autoritarias del poder. Según este autor, para que una lucha no violenta sea eficaz, la misma debe responder a una planificación estratégica y no a la mera espontaneidad. Es decir, desde Ahimsa y el Dharma, un actuar debido, bueno y justo.
Por último, atendiendo al principio contenido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, según el cual todos nacemos libres e iguales, y percatándonos de que la historia muestra que la resistencia civil no siempre conduce al establecimiento de una verdadera democracia, es necesario que las personas sean lo suficientemente advertidas al respecto, de manera de evitar las desviaciones conscientes o inconscientes de algunos líderes manipuladores con apetencias personalistas disimuladas con el maquillaje del populismo[25].
La libertad debe ser protegida en todo instante por su doliente, cuando ella está ausente, que no es otro que la persona, desde su imaginación, pasando por su concepción y hasta su pleno disfrute, constantemente y mediando su evaluación en sana crítica.
Solo la persona sensibilizada socialmente y afectada directa o indirectamente por situaciones opresivas o autoritarias que lesionan su libertad y su goce de los derechos humanos, puede con sus pares de la sociedad civil y con vista de una calidad de vida intergeneracional en provecho de quienes vendrán, asumir su compromiso de lucha en el espíritu de Ahimsa, es decir, no violenta, pero no por ello menos efectiva, en el actuar debido, bueno, justo y racional, en el camino alto de la luz y en el sentir desde ya de la felicidad.
[1] http://websmbook.com/un-yogui-segun-bhagavad-gita/
[2] http://websmbook.com/raja-yoga-una-experiencia-vital/
[3] https://es.wikipedia.org/wiki/Pacifismo
[4] http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ID=13175&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html
[5] https://es.wikipedia.org/wiki/Resistencia_civil
[6] https://es.wikipedia.org/wiki/Derecho_de_rebeli%C3%B3n
[7 https://www.un.org/es/universal-declaration-human-rights/
[8] https://es.wikipedia.org/wiki/Sociedad_civil_(ciencia_pol%C3%ADtica)
[9] https://www.ohchr.org/SP/ProfessionalInterest/Pages/RightOfPeoplesToPeace.aspx
[10] Advierto que si bien todo esto comprende el derecho a la revolución, que suele emplear medios violentos, nos estamos refiriendo ahora a la lucha no violenta.
[11] https://es.wikipedia.org/wiki/Autoritarismo
[12] https://es.wikipedia.org/wiki/Lech_Wa%C5%82%C4%99sa
[13] https://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_presidenciales_de_Filipinas_de_1986
[14] https://laicismo.org/disturbios-en-tunez-y-egipto-el-comienzo-o-el-fin-de-las-revoluciones
[15] https://qc.answers.yahoo.com/question/index?qid=20070605085447AApuOkt
[16] Caso por ejemplo del estudiante Juan Pablo Pernalete https://www.bing.com/videos/search?q=pernalete+estudiante+asesinado&pc=COS2&ptag=D111020-N0640A61949FD931084F97B1F&conlogo=CT3332000&ru=%2fsearch%3fq%3dpernalete%2bestudiante%2basesinado%26pc%3dCOS2%26ptag%3dD111020-N0640A61949FD931084F97B1F%26form%3dCONBDF%26conlogo%3dCT3332000&view=detail&mmscn=vwrc&mid=88C515A7E4E7E916E8F288C515A7E4E7E916E8F2&FORM=WRVORC
https://www.youtube.com/watch?v=AOA1JxqCfSg
[17] https://es.wikipedia.org/wiki/Mahatma_Gandhi
[18] https://www.bing.com/videos/search?q=invasion+primavera+de+praga&docid=608036386116010597&mid=1C6A757CD91C7360AE081C6A757CD91C7360AE08&view=detail&FORM=VIRE
[19] https://es-us.noticias.yahoo.com/conmemoran-brasil-25-a%C3%B1os-asesinato-activista-ambiental-chico-174933394.html
[20] https://es.wikipedia.org/wiki/Protestas_de_la_plaza_de_Tiananm%C3%A9n_de_1989
[21] https://www.lanacion.com.ar/opinion/hannah-arendt-fenomeno-desobediencia-civil-nid2460189
[22] https://pdfs.semanticscholar.org/ff08/53c9add78234e3acb9c20238f461d57d8fcb.pdf
[23] https://www.uv.es/cefd/11/carabante.pdf
[24] https://www.academia.edu/11742854/De_la_dictadura_a_la_democracia_Gene_Sharp