Cansancio, calidad de vida y yoga
El cansancio o la fatiga es una sensación que muchas veces se asocia a un estado de ánimo negativo, que suele impulsarnos a buscar un supuesto nada hacer. Creemos que la pasividad es la manera de descansar y reponerse para estar de nuevo en forma. Entonces posponemos la actividad física o intelectual que podamos (lo cual no siempre es dado con los compromisos laborales o profesionales o con los estudios), donde incluimos tareas domésticas, diligencias, deporte, paseos, etc.
Solo deseamos estar acostados en la cama o en el sofá, apoltronados en la hamaca o en el sillón, durmiendo o pretendidamente reposando sin más, quizás leyendo un libro o pendientes de las redes sociales con nuestro smartphone o amarrados a alguna serie de Netflix. Y olvidamos que si el origen del cansancio es intelectual o emocional el reposo físico será impertinente, y que, si proviene de fuente física, la actividad mental puede incomodar el descanso. Y ni se diga si el cansancio es a la vez de uno y otro tipo.
Curiosamente, cuantiosas veces la mejor forma de descansar es haciendo algo, desarrollar una actividad, pero una que no sea susceptible de alterarnos claro está.
Por otro lado, debemos tener claro que el cansancio o la fatiga no son necesariamente “síntomas” de algo malo y, por el contrario, pueden ser señales de nuestro ser que nos habla en provecho de nuestro bienestar.
Entonces, lo que debemos hacer, en primer lugar, es evitar llegar al agotamiento o a la extenuación, a fuerza de no escuchar esas señales. Y para ello, lo mas recomendable es hacer pequeñas pausas a lo largo del día, para desconectarnos de las actividades obligatorias habituales o cotidianas, así sea por 5 o 15 minutos, dedicados a simplemente reposar, efectivamente desconectados de toda fuente de preocupación o angustia. Tomar un momentito para ti mismo, para entrar en contacto con tu interior, en tranquilidad, sosegado, incluso meditando o con una caminata en simple actitud contemplativa, antes de proseguir.
Si en ese momento que debe ser para ti, te pones a hurgar las redes sociales, a tropezarte con noticias malas, muchas veces fake news; a fumar, que luego del instante pretendidamente calmante genera a plenitud su efecto angustiante; a atender obligaciones de cualquier índole; etc., entonces no habrás descansado, no te habrás repuesto, pero si habrás incrementado tu estado de cansancio.
Del mismo modo, trata de conciliar un buen sueño nocturno, lo que no significa dormir mucho, sino dormir bien y suficiente (para lo que es necesario cenar temprano y frugalmente), y cuando despiertes en la mañana, evita saltar desaforadamente de la cama, toma tu tiempo, bosteza, estírate a gusto, busca sentir todo tu cuerpo, levántate calmadamente, agradece un nuevo día de oportunidades, con una sonrisa y con la intención decidida de estar y durante el día continuar bien.
Por supuesto, para ese bien dormir, es menester que apaguemos el smartphone, o al menos lo pongamos en silencio. En una ocasión, formando yo parte de un grupo de WhatsApp al que pertenecen personas que se ubican en distintos usos horarios (con 6 y más horas de diferencia), envié un mensaje y una persona que estaba durmiendo se tomó la molestia de responder que yo había sido desconsiderado al irrespetar su sueño. Yo me limité a invitarle a reflexionar acerca de que muchos miembros del grupo por los horarios distintos dormían cuando él escribía, y que lo mejor y saludable, al irse a dormir, era apagar el aparato o poner a los grupos en silencio. Jamás replicó…
La moraleja es que somos dueños de nuestra vida y los únicos que podemos vivirla del modo que queramos, buscando ese concepto de calidad de vida, que obviamente excluye el cansancio crónico. Entonces, siguiendo con los smartphones, te invito a quitar las notificaciones de las redes sociales, correos electrónicos, etc., de modo que seas tú (y no él) quien decida entrar en el mundo virtual cuando lo desees, y no que te esclavices mirando cada vez que suena o vibra. Sentirás una paz insospechada y tendrás una vida más sosegada. Esto te lo garantizo.
Desde otra perspectiva, es recomendable que no le tengas aversión al cansancio, pues él no es siempre señal de circunstancias negativas como las comentadas anteriormente. En efecto, cuando ese cansancio es el resultado de la realización de actividades que gustan, por exigentes que sean física o intelectualmente, como la participación en un partido de futbol o la práctica de cualquier otro deporte en o fuera del gimnasio, un paseo de 2 horas en bicicleta, una fiesta con varias horas de baile, un concierto, una larga y entretenida obra de teatro, etc., ese cansancio que todos hemos vivido es desde el punto de vista del animo de vida casi imperceptible y hasta celebrado, desaparece rápidamente y se traduce en sensación de bienestar.
En otro orden de ideas, con referencia a la práctica del yoga, como profesor muchas veces algún alumno me ha dicho que no podrá ir a clase ese día porque se siente muy cansado. Y en líneas generales puede afirmarse que, si se tiene cansancio o fatiga, es fácil y común sentirse justificado socialmente y hasta irreflexivamente con uno mismo, para faltar a la clase correspondiente. Esto, además, a riesgo de perder progresivamente el hábito benefactor.
Ahora bien, desde el punto de vista del yoga, en el que nos estamos ubicando, en semejante y recurrente situación lo cierto es que no nos estamos aceptando. Es decir, no nos hemos detenido a observar aquello por lo que estamos atravesando, física, mental, emocional, intelectual, energética o espiritualmente, de modo de reconocerlo y aceptarlo como la realidad que es, y, por tanto, mucho menos nos estamos tratando con amor y, en consecuencia, con Karuna (compasión).
En efecto, es el ego quien habla (y controla), pretendiendo superficialmente que en ese estado esta bien simplemente no hacer nada, y que “decidir” esa inactividad sería un acto de “liberación” de una “responsabilidad”. Cuando en realidad lo que está aconteciendo es un centramiento en el propio falso yo, en este caso en el pobrecito yo.
Nada más alejado de la verdad creer que si el cansancio y la fatiga nos afectan, hacer yoga nos haría sentir mal o peor, más cansados y fatigados. ¡¡¡Todo lo contrario!!!
Recordemos que Karuna viene de “Kara”, que se traduce por “hacer”, y a la sazón hacer aquello que es justo y debido hacer.
El yoga, como otras prácticas cercanas, están asociadas con el bienestar, y ello desde dos vertientes, la de mantener el bienestar que con gratitud vivimos, y la de recuperarlo cuando por alguna razón lo hemos perdido. El yoga tiene entonces una perspectiva que podemos llamar preventiva y otra curativa. La primera persigue trabajar por el aseguramiento de la sensación de bienestar, y la segunda se destina a su reobtención, y todo ello en provecho de ofrecerse el practicante una sana calidad de vida, desde lo físico, pero también desde los psíquico, lo energético, lo espiritual.
De hecho, no olvidemos que la palabra yoga quiere decir “unión”, pues tiene como objetivo restablecer la reunificación de esos tres aspectos cruciales del ser humano, el corporal, el mental y el espiritual, de cuyo desequilibrio o división, según el ayurveda, la medicina tradicional china y el mismo yoga, sobreviene la enfermedad tanto física como mental.
Y téngase presente que no estamos hablando aquí de los tipos de yoga que se conocen como yoga restaurativo[1] y como yoga terapéutico[2], que obviamente no se excluyen dependiendo de las circunstancias personales del practicante y lo que más le convenga para su bienestar, sino de los beneficios de todo tipo asociados a la ejecución regular (y mejor cotidiana) de posturas de yoga o âsanas, en el viejo y sabio Hatha Yoga, desde la intención y el sentir del practicante, y la concentración en el aquí y el ahora.
Así, fuera de secuencias enteras de clases que se pueden dedicar a superar o mitigar el cansancio y la fatiga, enumeramos a continuación algunas posturas o técnicas de control de la respiración o pranayamas, que por sí solas contribuyen con ese efecto benéfico.
Citamos en primer lugar Viparita Karani, de 5 a 10 minutos con las piernas alargadas apoyadas contra la pared, con las nalgas lo mas cerca posible de la pared, e incluso con un pequeño cojín bajo las caderas. En segundo lugar, la respiración alterna Nadi shodhana, sentados con la espalda bien derecha, la mano izquierda sobre el muslo, los dedos índice y medio de la mano derecha en punta contra el entrecejo, ojos cerrados, con el pulgar derecho tapamos fosa derecha para inspirar por la izquierda, con el anular derecho tapamos fosa izquierda para espirar por la derecha, luego inspiramos por la derecha y espiramos por la izquierda, y iniciamos otro ciclo inspirando por la izquierda, y así varios ciclos, concentrados en el flujo del aire. En tercer lugar, Balasana o la postura del niño, sentados sobre los talones, pecho sobre las rodillas, cabeza relajada y brazos a lo largo del cuerpo. Y, dentro de muchas otras, obviamente Savasana o la postura del cadáver, con la que se suelen terminar las clases de yoga, tumbados boca arriba sin ninguna actividad y abandonados al suelo, ojos cerrados.
Seria interminable citarlas y describirlas todas, y no podríamos en este espacio colocar fotos de cada una, pero una sencilla investigación por internet nos permite descubrirlas y maravillarnos.
Y todo esto sin olvidar, para terminar, que tanto puede ser reconfortante el yoga desde el punto de vista del descanso, que al igual que hay secuencias que se diseñan para generar un resultado energizante, también hay secuencias de yoga para propiciar un buen dormir tras un día agotador, pues relaja la mente, disminuye el estrés, afloja las tensiones musculares, suaviza la respiración. En definitiva, el yoga incide sobre el sistema nervioso parasimpático, reduciendo la presión sanguínea y la frecuencia cardiaca, y facilitando la digestión.
Si estas cansado o fatigado, has yoga.
[1] «Es una técnica muy distinta a los tipos de yoga convencionales. Se trata de reducir la velocidad y abrir el cuerpo y la mente a través del estiramiento pasivo. En una clase se hacen unas pocas posturas (5-6) manteniéndolas por un espacio de tiempo de entre 5 a 15 minutos» https://www.womenshealthmag.com/es/fitness/a32400034/yoga-restaurativo-beneficios-relajacion-cuerpo/
[2] “Es un tipo de terapia que utiliza posturas de yoga, ejercicios de respiración, visualización y meditación, orientada para mejorar la salud mental y física. El enfoque holístico del yoga terapéutico fomenta la integración de la mente, cuerpo y espíritu y abarca una amplia gama de modalidades terapéuticas que incluye elementos de la fisioterapia, como de la psicoterapia” https://www.relajemos.com/yoga-terapeutico/
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