El Agotamiento

El agotamiento nos hace estar irritables, cansados, sin energía, de mal humor, incluso puede llegar a quitarnos el apetito. Nos mantiene en un estado de tensión, nervios y estrés que son provocados en su mayoría por nuestra mente que no gestiona bien la falta de descanso.

Cuando estamos agotados no pensamos con claridad, lo vemos todo gris, incluso algunas veces totalmente negro, no somos capaces de encontrarle sentido a nada y en gran medida nos quejamos por todo dejando de ver el lado bueno de las cosas que nos rodean.

El agotamiento llega a nosotros en muchas casos para quedarse definitivamente, esto pasa en los momentos de la vida en los que nos dejamos ir, nos abandonamos y preferimos alimentar esa sensación de hastío e ir de víctimas por la vida. Nos acomodamos a ese papel de sufrimiento y poco a poco y sin darnos cuenta estamos inmersos en una dinámica de destrucción que solo nos llevará al fracaso personal, al vacío existencial y al agotamiento de pertenecer en muchos momentos a este loco mundo. Si estás en un proceso así, de haberte olvidado por completo de quién eres y cuales eran tus sueños, tendrás un largo camino que recorrer, mucho que limpiar, sanar y redirigir, para volver a encauzar tu vida y tu energía hacia el camino que te lleve de nuevo a la verdad, tu verdad.

Lo podrás conseguir solo, si intentas con todas tus fuerzas (las pocas que tengas) que, te darán el tesón necesario y la valentía suficiente de echar hacia adelante sin mirar atrás en ningún momento. Tu proceso durará más o menos, según tu constancia, pero cada día empezarás a recuperarte a ti mismo y eso te dará la pauta para seguir en tu camino de liberación y paz.

Si por el contrario tu agotamiento se debe a que estás atravesando un momento personal en el que hay muchos cambios en tu vida y no acabas de ver la luz y la claridad en los pasos que dar y sientes que eso te paraliza en algunos momentos o te bloquea, solo tienes que recordar que cuando llegues a ese punto de caos generado por tu agotamiento, lo mejor que puedes hacer es parar, respirar, sentirte y escuchar desde la quietud que es lo que estás no digiriendo bien en este proceso duro de cambio, en el que está transitando tu vida.

El Agotamiento

Normalmente no somos capaces de integrar todo lo que nos pasa en estos momentos meneo emocional. Eso provoca en nosotros mucho agotamiento a todos los niveles físico, mental, emocional y energético. Seguramente te puedes sorprender a ti mismo llorando sin sentido aparente, gritando por razones muy absurdas o perdiendo los papeles por cualquier estupidez que colma absolutamente tu vaso, llegando a sentir que cruzas todos tus límites. Esa sensación es horrible y te hace sentir culpable de no estar haciendo las cosas bien. Pero tranquilo, no eres tú es tu agotamiento manifestándose y diciéndote que ya no más, que pares y te hagas cargo de gestionar mejor tus procesos, respetándote y otorgándote tú mismo la calma que necesitas para mirar objetivamente tu vida sin ponerle tanta tensión que te haga sufrir más de lo necesario puesto que todos los cambios son siempre para mejor, absolutamente todos.

Cuando tu agotamiento es provocado únicamente por lo que pasa a tu alrededor y no por algo que concierne a tu propia vida, simplemente es que te dejas manipular demasiado por todo, olvidándote de ti y de lo que realmente es importante para sentirte bien. Te sientes con el deber o la obligación de tirar del carro sin darte la oportunidad de vivir tu propia vida, muchas veces incluso, porque no sabes qué hacer con ella, puesto que desde que tienes memoria, te dedicas a ayudar a abastecer y proteger a los demás y llevas tanto tiempo en esa dinámica que se te olvidó quién eras tu.

El Agotamiento

Dejaste de plantearte a ti mismo la opción de cambiar las riendas de la vida que realmente deseas vivir. En estos casos es complicado el cambio, porque la persona que entra en esta dinámica de autodestrucción y agotamiento cree que sin su papel en la vida de los demás el mundo no giraría igual, ahí entra también el ego y la sensación de sentirse invencibles cuando en realidad están agotados, rotos y vacíos.

En todos los casos llegar hasta el punto de sentir que no puedes más es haber dejado de lado a tu Alma, haberte alejado de tu sentir y no haber tenido consciencia de estar rebasando todos tus límites. Cuando uno deja de respetarse y amarse llega el agotamiento para recordarte que algo no está bien. Que hay que cambiar, que llegó la hora de despertar para vivir la vida que abandonaste en algún momento y ser el guardián de tus propios sueños, para que nada ni nadie, ni siquiera tú mismo puedas boicotear tu existir.

Ámate, respétate y respira.

Adriana Casanovas Morales

E-mail: adriana_casanovas@yahoo.es

1 Comentario

  1. Virginia

    Que maravilla de artículo ?. Me encanta toda la verdad y la sabiduría que lleva.??

    Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *