Con cierta frecuencia encuentro personas que me dicen: ¡Tan rico tener un negocio propio, independizarse, trabajar en lo de uno! Pero yo no sabría qué negocio poner o qué podría ponerme a hacer.  

Vienen a mi mente muchos pensamientos cuando escucho este tipo de expresiones:

  1. Si en realidad quisieras emprender, tendrías una idea en mente de qué negocio quisieras poner o te darías a la tarea de explorar alternativas.
  2. El primer paso para emprender es conocerte a ti mismo. A veces estamos lejos de conocer nuestras principales pasiones y talentos.
  3. Las personas no solemos enfocarnos en el proceso, sino en el resultado. Nos gusta ver, imaginar y recibir las recompensas, pero no asumir los precios. 

 Aprender a rendirnos a los procesos de la vida es un acto de enorme sabiduría.

Si tu eres de esas personas a las que les gustaría probar las mieles de la independencia, tener un negocio propio, con lo bonito, lo regular y lo feo, te recomiendo leer este artículo, que podría precisarte algunas de las tareas previas a cualquier intento de emprendimiento.

La diferencia entre interés, curiosidad y convicción

Para emprender se necesita algo más que un mero interés. No basta con decir ¡Ay tan chévere! Realmente si tú tienes un empleo “estable” (¡Ojo! Ni tú ni nadie tiene su puesto de trabajo garantizado) se necesita algo más que un gusto, o una percepción positiva del emprendimiento, para dejar la sensación de estabilidad que te brinda tu empleo.

Cuando las personas tienen una convicción genuina de desempeñarse en otro ámbito, dan pasos concretos en ese sentido. Por ejemplo:

  • Invierten en formación o estudios en temas no necesariamente relacionados con su actividad laboral.
  • Desarrollan un gusto, hobby o práctica que con el tiempo se incorpora a sus rutinas y su cotidianidad.
  • Se forman de manera autodidacta en algún tema específico, para dominarlo conceptualmente, practicarlo o, por qué no, invertir en el mismo.
  • Pueden incluso empezar a coleccionar, ofrecer y vender productos o servicios específicos relacionados con este asunto de particular interés.
  • Entre otros.

Para resumírtelo, ¡toman acción! Experimentan una especie de llamado que convoca sus energías y los mueve a acercarse a ese asunto que les interesa, por encima de la media de las cosas que ven.

Por eso resalto la diferencia entre interés, curiosidad y convicción. Nos pueden parecer interesantes muchas cosas y no mover un dedo en pro de estas. Podemos experimentar genuina curiosidad y ganas de conocer de muchos temas. Pero, sólo aquellos que generen un interés consistente, una destinación de tiempo específica y un esfuerzo personal, podrían considerarse materia prima para un emprendimiento.

Deja de buscar afuera y encuentra tus propias respuestas

Cualquier emprendimiento se compone de una idea, ensayo y error, aprendizaje y una gran dosis de esfuerzo, esfuerzo reiterado y consistente, mejor llamado disciplina. Este ciclo que te acabo de describir puede repetirse millones de veces. Y cabe anotar que no nos educan para sentirnos cómodos con la equivocación o el error y verlo como una oportunidad de aprendizaje. Pasa todo lo contrario, tendemos a ver las equivocaciones como fracasos y a decaer en energías cuando los experimentamos.

Para darle la vuelta a este paradigma, ver los errores como enormes oportunidades, no como puertas que se cierran en nuestra cara, hay que entrenarse. ¡No hay de otra!

Recuerda, es mucho más probable que estés dispuesto a insistir y persistir si tu emprendimiento se conecta con algo que te apasiona y para lo cual tienes aptitud. Difícilmente vas a recargar tus energías sistemáticamente, si estás emprendiendo en algo que no te gusta, con lo cual no conectas y para lo cual te sientes torpe.

De hecho, casi siempre la gasolina, para pasar de medianamente competente a maestro en alguna actividad, suele ser pasión y disciplina. En consecuencia, invierte tu tiempo, energía y si es necesario dinero, contante y sonante, en descubrir qué te gusta y para qué eres bueno.

Tiendo a creer que montar un negocio basado en lo que está de moda, en lo que está en auge, en lo que marca tendencia, es tan impersonal como pedirle a tu asistente que te compre la ropa interior o te haga las tareas del postgrado (he visto cosas así). Si eliges emprender de esta manera, de seguro habrá alguien que sí sentirá genuina pasión por eso que tú haces mediocremente a gusto, y frente a esa persona, sin duda, tú estarás en franca desventaja.

Así que escuchar tu voz interior, observarte, darte la licencia de percibir dónde te sientes bien, se vuelve innegociable para definir ese anhelado negocio que quieres crear o poner.

Haz las paces con la incertidumbre y suelta el auto sabotaje

También he escuchado la siguiente frase “yo emprendería en algo en lo que tuviera la certeza de que me va a ir bien”. ¿Sabes algo? Esa certeza no te la da nada en la vida. Nada.

A veces no hemos dado el primer paso, no hemos recorrido la más mínima curva de aprendizaje, no hemos disfrutado de las mieles del proceso y ya estamos decretando que no va a funcionar o inmovilizándonos por lo que podría ser, cuando la única manera de que sea es si nosotros somos la persona que dará a luz a ese proyecto, esa iniciativa o esa idea.

Si desistiéramos de hacer las cosas que queremos hacer en la vida porque desconocemos el desenlace de estas, no haríamos nada, no estudiaríamos, no tendríamos una pareja, no aceptaríamos un trabajo, no seríamos padres, no compraríamos una casa, etc.

La mejor manera de garantizar un resultado es enfocarnos en el tipo de proceso idóneo para gestarlo, los pasos previos, las pequeñas victorias que anteceden a ese gran triunfo o a esa meta que parece inalcanzable.

Así mismo, enfocarnos en ajustar el plan, reencauzar los esfuerzos sobre la marcha, aprender del camino recorrido.

Aprender a rendirnos a los procesos de la vida es un acto de enorme sabiduría. O acaso ¿una semilla germina la víspera?, ¿una mujer gobierna cuando le llega o se le va su periodo? La naturaleza nos muestra todos los días la importancia de rendirnos a los procesos.

Déjame saber si encontraste valor en este artículo. Si te viste reflejado o identificado. Si sientes que te ha apoyado a quitarte algunas telarañas de la cabeza y te ha dado ideas de qué negocio crear o poner. Para más información de mi práctica como coach, visita mi página web: www.catalinavega.co

Catalina Vega

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *