Mi viaje a la India: «Los sueños sí se realizan»

Y el día llegó, aún lo recuerdo,28 de diciembre del 2012. Esa mañana desperté muy feliz. Había renunciado a mis dos trabajos, por un sueño, por una aventura, que sería inolvidable. 

Era 2009, era un practicante de Yoga aficionado. Y me encantó el significado de esta palabra en el diccionario, dice así: 

 aficionado, aficionada 

adjetivo · nombre masculino y femenino 

  • 1. [persona] Que gusta de una cosa o tiene interés por ella. 
  • 2. [persona] Que practica por placer una actividad, generalmente deportiva o artística, sin recibir habitualmente dinero a cambio. 

Eso era yo, un aficionado en el Yoga, un soñador. Había leído tiempo atrás el que fuera mi primer libro por elección: “El Alquimista” de Paulo Coelho, y mi vida cambió por completo, pero no exteriormente, pues seguía siendo el mismo por fuera para todo el mundo, incluso para los más cercanos, pero por dentro algo había cambiado en mí, una nueva energía corría por mi cuerpo, una luz brillaba dentro, y por primera vez en mi vida, tuve claridad, tuve coraje, y supe lo que quería: viajar a la India. En el libro El Alquimista, un muchacho, un pastor simple, deja todo, por un sueño, y comienza un viaje hacia las antiguas, famosas y misteriosas Pirámides de Egipto. Ese libro fue mi inspiración. 

 El Yoga llega a mi vida, de casualidad (o mejor dicho por causalidad), en una crisis (o mejor dicho en un cambio radical) vocacional. Fue amor a primera vista (o mejor dicho a primera práctica), desde allí nunca dejé de practicarlo. Las cosas en mi vida cambiaban, pero el Yoga seguía. Poco a poco descubrí mi vocación, quería ser Profe de Yoga, y no abogado. Y quería viajar a la India. Nunca antes había tomado un avión, nunca antes había viajado hacia otro país. Mi primer viaje fue hacia la Espiritual y muy lejana India.

Que sueño, que viaje me pedía en voz alta mi corazón, cuando se me pasó por la cabeza esta “locura”, no tenía ni recursos ni coraje, pero algo me decía que era posible “lo imposible”, obviamente muchos se rieron de mí, muchos me decían que estaba un poco loco, y no estaban locos, solo usaban la lógica cuando veían mi timidez y mi vida simple y austera, sin recursos, solo los suficientes para sobrevivir.

 Había escuchado por allí que hay que enviar en silencio al Universo nuestro deseo (y olvidarnos de ello, y confiar), pero no con los labios, ni con la mente, sino con el corazón, creer en ello sin dudar. Y así lo hice, y confíe al Universo mi sueño. Un día sin saber cómo me ofrecieron un trabajo y quedé entre los postulantes. Al año me enteré de otro puesto de trabajo, me presenté y quedé también. Ahora tenía dos trabajos, dos sueldos, ahora el sueño ya no era tan imposible, si seguía trabajando duro y pacientemente en el tiempo, sin dormir tanto, sin gastar tanto, ahorrando mucho. Se abrió una posibilidad, y decidí no dejarla escapar, era la oportunidad.

Trabajé mucho y dormí poco, gasté poco y ahorré mucho. Viví simple, muy simple, pero yo amo lo simple, no me costó, la felicidad de viajar a la India era mucho más fuerte en mí que cualquier obstáculo, no era tiempo para retroceder, solo quería avanzar, caminar día a día hacia lo que soñaba.

Retomando, era 28 de diciembre,5 a.m., estaba ya sin trabajos, estaba libre para viajar. Esa mañana con lágrimas en mis ojos, escribí en mi diario personal (mi primer diario): Hoy es el día, el día soñado, el día imposible 3 años atrás, el día más esperado por mí. Esa mañana tomé mi primer avión hacía Buenos Aires (desde Córdoba), luego a Brasil, luego a Doha en el Golfo Pérsico, y de allí a India.

Mi viaje a la india

Elegí ver el 2013 en India, pasar el Año Nuevo allí, pues amo el número 13, lo considero de suerte para mí. Es más, el 2013 fue el año donde más sueños realicé.

30 de diciembre de 2012 estaba en India, viviendo mi sueño imposible según los que me decían que estaba “loco», y se reían de mí al ver la foto del Taj Mahal en mi puesto de trabajo, lo que hacía aún más imposible lo que soñaba, para ellos claro está.

 Cuando vi en el aeropuerto de Nueva Delhi “WELCOME TO INDIA” mis ojos se inundaron de lágrimas y esperanzas en los sueños, en el poder que tienen, en el corazón, en el Universo que ayuda a los que sueñan como dice Paulo en El Alquimista.

Cinco días más tarde mis ojos miraban al Taj Mahal, y mis manos lo tocaban. En ese instante eterno, sin tiempo, recordé mis pasados tres años, mis sacrificios, mis trabajos que no me gustaban, la gente que me alentaba y la que no, mis horas sin dormir, mi libro, el Yoga, mis pelis de India, las canciones en tamil (lengua del sur de India que se habla en Tamil Nadu) que tanto me gusta. Allí descubrí que un sueño es todo, y que comienza desde que lo sueñas, desde el primer paso, es un camino, como el Yoga.

Mi viaje a la india
Mi viaje a la india

Respecto a India, me sentí en casa, era familiar para mí, ya estaba en mi alma, como cuando te enamoras de alguien y sabes que ya la amas, que se conocen de otras vidas tu alma y su alma, aunque no todo esté en orden todavía, aunque todo parezca imposible, lo sabes, porque lo sientes. Conocí alrededor de 15 ciudades de India, del Norte, Sur, Este y Oeste. Toqué el Ganges (rio Sagrado de India), me bañé en él, en Varanasi y en Rishikesh. Fui al cine en Chennai (Tamil Nadu) y vi el estreno de la película de mi actor tamil favorito en lengua tamil, aunque no se nada de tamil, pero amo como suena. Estuve en la casa de Mahatma Gandhi, vi sus gafas y su bastón

Visité la casa de la Madre Teresa en Calcuta y vi su habitación, tan simple, tan austera, tan llena de amor y fe. Practiqué Yoga con profes indios. Entré a templos. Comí la sabrosa y vegetariana comida india (soy vegetariano y fue tan bello ver todo vegetariano, tantas especias, colores, sabores, muchos nuevos para mí, el picante). Conviví cada día con los animales como elefantes, vacas, monos, cobras, cuervos, ardillas, etc.

Estuve 4 meses en India. Llevo a India en mi alma, es como mi madre. Tengo amigos de India, bellos recuerdos, y muchas fotos. En India fui feliz. India es maravillosa, increíble, eterna, misteriosa, colorida, perfumada. India es única. E India te llama cuando es el momento de conocerla personalmente.

India fue un antes y un después. Después de India me animé a seguir soñando, a seguir viajando, aunque parezca seguir siendo “imposible”. Creo que, si fuera tan fácil todo, no tendría tanto impacto en mí. Cuando algo cuesta un poco, uno lo disfruta más al conseguirlo.

«Los sueños sí se realizan»

No abandonen sus sueños

Saludos

Chris