Volver a mirar hacia adelante
Luego, después de haberme despedido nuevamente de mis amigos, de repente sentí en mí una fuerte necesidad de volver a mirar hacia adelante.
Recuerdo perfectamente cada retiro vivido en el monasterio de Montserrat, desde el primero del 2014 hasta el último que terminaba hoy.
La belleza de ver la inmutabilidad del paraíso y la percepción personal que cambia porque en cada instante la vida nos lleva a nuevas perspectivas.
En la montaña sagrada entendí que era tiempo de levantarme después de ese tremendo choque que la vida me regaló…
Sentí el nacer instintivo del niño que deseaba absolutamente volver a ponerse de pie y seguir jugando.
Entonces comprendí lo que tenía que hacer.
Empezaba un nuevo período para mí, una oportunidad única para poder vivir un gran renacimiento escuchando el fluir de mis emociones.
Volver a vivir el presente de mi vida con Amor y con-Pasión.
A veces es crucial perderlo todo para encontrarte a ti mismo.
Preparaba la maleta reflexionando sobre las palabras de Padre Pio:
“La paz es un equilibrio entre nosotros y nuestra vida. Por eso es fundamental encontrar un lugar ideal que nos permita estar presentes en la búsqueda continua del equilibrio siempre cambiante.
Es un juego que dura toda la vida.
En la vida monástica he pasado mi vida en busca de este frágil equilibrio.
Y solo con mucha paciencia y perseverancia podremos, cada vez que nos perdamos, volver a enfocarnos para encontrar el equilibrio, sin parar y para toda la vida.
El secreto está en no buscar conflictos innecesarios.
Por eso el silencio es fundamental porque es una forma primitiva de no entrar en conflicto pero que al mismo tiempo respeta.“
Lo que veía claro desde la montaña era que pasar una etapa de la vida junto al parque natural de Es Grau y luego volver a vivir el ritmo de la ciudad no fue fácil de digerir para un amante de la Naturaleza.
Tuve una clara dificultad para aceptar el cambio y volver a mirar hacia adelante.
Sentí que no me sentía cómodo, alineado, integrado con el mundo de la península.
Me costó un tiempo entender que independientemente de la situación del momento, el contexto social, cultural y económico, soy yo que decido si quiero vivir en plenitud o en la desesperación.
Nadie puede hacerlo por mí.
Y si prefiero conscientemente apartarme un tiempo de estos esquemas sociales, siempre lo haré con la personalidad adecuada.
En silencio y con respeto…
“Sé triste y taciturno, pero con exuberancia” dice Roberto Benigni en uno de sus monólogos.
No permitas que nadie ni ninguna ocasión te haga sentir pequeño.
Muéstrale al mundo tu presencia, no escondas tus sentimientos, no niegues a tu corazón la posibilidad de expresarse por ti.
No te disculpes por estar en esta vida.
Es el don más precioso y te mereces vivirlo según tus placeres y siguiendo el camino de tu propósito.
Goza del placer de sentirte realmente participe del juego de tu Vida, sea cual sea tu estado de evolución personal, en cualquier momento emocional, incluso cuando todo parezca venir sobre ti, no bajes nunca la cabeza.
Mantente con la cabeza bien alta.
Y cuando parece haberlo perdido todo, te darás cuenta que te has encontrado a ti mismo y a mirar hacia adelante, que es el regalo más importante que puedes recibir de la Vida.
Sentirse solitario en medio de millones de personas…
Empieza la verdadera fase “on the road”…
Porque sé que es allí que se encuentran las oportunidades y es allí que puedes mejorar tu autenticidad, comunicando tu talento a través de la espontaneidad.
Si sientes que estás perdiendo motivación o actitud, busca la manera de reencontrar los estímulos y los momentos que te hacen sonreír.
Y cuando sientes que tienes ganas de sonreír estás en el sitio correcto.
Busca esta sonrisa…
Tendrás que salir de la zona de confort, preparar una piccola maleta repleta de esperanza, soltar cada pensamiento saboteador, desconfiar de quien no confía y entregarte a la vida…
Confía en la magia… en las personas que te quieren de verdad… en tu instinto… en el corazón…
Confía en ti mismo y no olvides nunca de volver a mirar hacia adelante…
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