YOGA: Una disciplina viva que se adapta a los tiempos.
Mediante el yoga podemos atenuar las seis perturbaciones emocionales que nos causan tanta angustia: lujuria, orgullo y obsesión, cólera, odio y codicia. La psicología occidental las llama emociones negativas, y para el cristianismo son pecados mortales. – BKS Iyengar (Luz Sobre la Vida)
¿Te inspira algo cuando lees o escuchas la palabra YOGA?
Quienes lo trasmitimos estamos familiarizados con la palabra, el idioma, su significado y su historia.
Sin embargo, para muchas personas, es algo que está muy alejado de su día a día.
En el sentir popular sigue viva la creencia de que el yoga es algo raro que viene de lejos y que sólo es para personas flexibles, jóvenes, atléticas y sanas.
Muchas de mis alumnas llegaron pensando que Yoga son posturas raras y complejas, y, que en el mejor de los casos éstas son ideales para hacer una foto.
A veces solemos asociarlo con una actividad beneficiosa de practicar si estamos nerviosas, estresadas o embarazadas
Y es que, pesar del boom publicitario y del bombardeo de posturas avanzadas que vemos continuamente en las redes sociales, el yoga sigue siendo algo para unos pocos.
¡Ya hay 500 millones de practicantes en el mundo! y continúa siendo un negocio en alza en la industria en forma de ropa, accesorios, libros, formación, centros de yoga, retiros, viajes, etc.
Industria, por cierto, enfocada a las élites sociales.
Lo cierto y verdad es que la palabra yoga aún impone mucho, y, si lo comparamos con la población mundial activa, aún nos queda mucho trabajo por delante.
Esta antigua disciplina de aproximadamente 5000 años nace de los textos sagrados de la cultura hindú en el valle del Indo.
Es un de las herramientas más completas, y en pleno siglo XXI, en esta sociedad enferma en la que vivimos; tiene mucho que aportar y enseñarnos.
Cada vez hay más estudios que demuestran que el yoga es prevención y promoción de la salud.
Y es que somos nosotros, los estudiosos de esta disciplina, los responsables de atraer a las personas, de despertarles esta convicción de que es saludable y aporta bienestar.
Sin olvidar que el yoga es una filosofía, una manera de vivir. No es un deporte, y mucho menos sólo posturas.
Lo que verdaderamente hace del yoga una disciplina completa es su visión holística del ser humano.
Y en nuestras manos está, que sea un yoga próximo, cercano y cálido.
Comprendiendo que cada persona y cada cuerpo necesita de nuestra atención para adaptarlo a las necesidades del alumno.
No debemos de pasar por alto que somos los responsables de cada persona que viene a la sala, o que practica con nosotros y, no debemos dar nada por determinado ni presupuesto.
Las asanas no son milenarias, pero tienen el suficiente recorrido para garantizarnos bienestar si atendemos a los cuerpos y circunstancias personales que tenemos delante de nosotros. Sin tratar de universalizar sesiones, en pos de tener más alumnos, y alentar riesgos innecesarios en pos de nuestro ego.
Además creo importante la enseñanza conjunta de la filosofía. Así como nombre de las asanas de yoga en formato píldoras, y, poco a poco; para que vaya calando con la menor cota de rechazo posible.
Así como la respiración y la meditación característica de esta disciplina.
Una vez que el yoga llega a nuestra vida podemos practicar hasta nuestra muerte.
¿Es el yoga clasista o elitista?
En la antigüedad, en su origen se evidencia un pasado minoritario, ya que su práctica llegaba sólo a unos pocos que tenían que ver con el sector de estudiosos, filósofos y religiosos. Fuera de estas fronteras poco se sabía del yoga.
Sin duda bajo nuestro criterio actual era ciertamente sectario. Incluso a nivel de género ya que no consta que las mujeres lo practicaran. A pesar de que hoy son su más grandes consumidoras y de que no hay lugar en sus textos que indiquen que no pudieran.
Hace aproximadamente 100 años entró en Occidente, a través de Krishnamacharya, quien creó y popularizó, el yoga que actualmente conocemos con ayuda de Krishna Raja Wadiyar IV (Maharaja de Mysore).
Curiosamente fue una mujer de origen ruso (Indra Devi, 1947), quien creó la primera escuela de yoga postural contemporáneo en EEUU. Apoyada y acompañada por dos grandes maestros, que remodelaron el yoga para adaptarlo a Occidente, y construyendo la base de las asanas que hoy conocemos.
Pasó a ser una disciplina para personas vanguardistas, artistas, famosos, políticos, o quienes pudieran disponer de más recursos.
Entrando con cierto aire de divino, de rareza, misticismo, secta, religiosidad.
Quizás ha influido también en qué en aras de mantener un cierto distintivo social los maestros de yoga mantuvieron cierto lenguaje complejo y distante defendiendo en todo momento su sello de identidad por encima de la sencillez y la humildad.
Humildad que por otra parte promulga el yoga en sus preceptos.
Desde todo sus ángulos el yoga es una disciplina universal de sencillez, y austeridad.
Depende también de nosotros que lo transmitamos con la misma coherencia con la que fue creado.
El yoga dice que a través de la práctica y el desapego aprendemos a evitar rebotar entre los extremos de placer y dolor. – BKS Iyengar (Luz Sobre la Vida)
Te invito a conocer un poco más esta disciplina, abrazos
Instructora yoga Iyengar
Experta Yoga Terapéutico
Diplomada en Terapia Ocupacional
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