La práctica del yoga debe estar presente en la totalidad de la vida, por lo que expone diversos principios éticos y reglas para vivir en sociedad.
Los Yamas y Niyamas se pueden considerar pautas de sentido común que conducen a una vida más sana y feliz.
En este artículo nos centraremos en los yamas.
Los yamas son leyes universales de la vida.
Son pautas para interactuar con el mundo exterior, disciplinas sociales que nos guían en nuestras interacciones con los demás, para crear una convivencia y coexistencia armoniosa
Hay cinco Yamas:
AHIMNSA, no violencia.
No violencia en ser, pensar, actuar, practicar.
Imagínate tu vida con este principio de no dañar, ni a ti ni a tu entorno. No sólo físicamente, también de palabra.
Y contigo mismo, ¿lo aplicas?, ¿te hablas con amor?
SATYA, veracidad.
Necesidad de coherencia. Vivir tu verdad. Alineación de pensamiento, palabra y acción.
¿Eres coherente con lo que dices y lo que haces?
Imagínate pudiendo ser quién eres.
ASTEYA, integridad, no robar.
No se refiere solo a cosas materiales sino cualquier cosa, una idea, un pensamiento, un logro, una emoción.
Estamos aquí para ofrecer algo al mundo, no para quitárselo.
BRAHMACHARYA, moderación, evitar excesos.
Tradicionalmente, el Brahmacharya significaba celibato en un contexto monástico. A día de hoy se corresponde con contener y respetar tu propia energía.
Tener conciencia de con quién la compartes y pensar en la energía que recibes, si te suma o te resta.
APARIGRAHA, generosidad, no posesión.
Es el desapego a todo, personas, cosas, pasado, presente, futuro, acciones, resultados, evolución, emociones, lugares, partes de la personalidad de uno mismo. Es poder desprenderse de eso que creemos que somos, y de lo que conforma nuestras vidas; aceptar que nada es permanente.
Estos son pues los yamas. Ahora que los conocemos podemos imaginarnos lo diferente que sería el mundo si todos los pusiéramos en práctica.
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