Las modificaciones del organismo materno tienen como único objetivo asegurar un adecuado ambiente para el crecimiento y desarrollo fetal preparando las mamas para la lactancia.
Aumento del peso corporal
Conforme avanza la gestación, el aumento de peso disminuye drásticamente la capacidad de la mujer para mantener la intensidad en la práctica de sus ejercicios.
Aunque la ganancia de peso es menor en la mujer que realiza ejercicio físico regularmente a lo largo de su vida que en la sedentaria.
El aumentar de peso en las modificaciones del organismo materno es inevitable, esto sin duda alguna repercute en el rendimiento del ejercicio de cualquier modalidad.
Sin embargo, la mujer embarazada no debe realizar ningunas restricciones dietéticas o aumentar la intensidad de los ejercicios para intentar disminuir la ganancia de peso.
Relajación articular
La progesterona y la relaxina son hormonas que se implican durante esta etapa para favorecer la laxitud de las articulaciones y ligamentos durante el embarazo.
La laxitud articular es una alteración que se caracteriza por una mayor distensibilidad de las articulaciones en movimientos pasivos y movilidad aumentada en los activos.
Esto aumenta el riesgo de padecer lesiones como esguinces (lesión de los ligamentos) y luxaciones (dislocación), cuando ocurre la relajación articular aparece la inestabilidad pélvica.
La mujer compensa esta situación cambiando su forma de caminar y evitando o restringiendo ciertas actividades (esto no debería llevarla a abandonar su actividad física).
Los cambios en las pautas de entrenamiento para compensar los ejercicios que no se pueden hacer por otros, tienen que estar dirigidas por un profesional.
Postura corporal
Otras modificaciones del organismo materno: aumento del volumen mamario y crecimiento del útero que desplazan progresivamente el centro de gravedad corporal en dirección anterior y craneal.
Desde la semana veinte de gestación la mujer tiende a caer hacia adelante y lo intenta compensar mediante la rotación progresiva de los huesos pélvicos.
Cambios cardiovasculares
Cuanto más intenso es el ejercicio más aumenta el gasto cardiaco y en aquellas actividades deportivas que requieren que la mujer mantenga su peso corporal.
Cambios respiratorios
Durante el embarazo y durante el ejercicio aumenta el volumen ventilatorio por minuto y el consumo de oxígeno, la mujer embarazada realiza un aumento adicional.
Con el ejercicio moderado, la mujer embarazada realiza un aumento adicional de la ventilación-minuto y del consumo de oxígeno para satisfacer la mayor demanda.
Cambios metabólicos
El embarazo y el ejercicio requieren de un alto consumo de energía, durante los dos primeros trimestres del embarazo se recomienda el ingreso adicional de:
150 calorías por día y durante el tercer trimestre de 300 calorías por día, la demanda de energía con el ejercicio es también más intensa.
Cambios en la temperatura corporal
Con el ejercicio intenso aumenta la temperatura corporal hasta los 39ºC y aún más cuando la temperatura y la humedad ambiental son más altas.
Teóricamente, cuando se combinan el ejercicio con el embarazo, el aumento de la temperatura materna puede disminuir el gradiente término fetomaterno.
También disminuye la disipación del calor fetal hacia la madre, sin embargo, en contra de lo que cabría esperar durante las modificaciones del organismo materno:
La temperatura corporal materna disminuye incluso hasta 0,3ºC durante el primer trimestre y sigue descendiendo 0,1ºC cada mes hasta el término de la gestación.