Es un hecho que para emprender como profesional independiente, se hace necesario que tengas claro qué problema puedes resolver y para quién. Así podrías vender tu conocimiento o crear infoproductos. Difícil avanzar por esta línea si no te sientes en capacidad de responderte estas dos preguntas. ¿Qué hacer si no te sientes experto en nada como para enseñar de algo?

La experiencia me ha mostrado que muchas personas tienden a creer que no tienen ningún conocimiento o experticia para compartir. Eso obedece más a motivos de inseguridad o baja autoestima, que porque realmente no tengan nada de valor para compartir o enseñar.

El síndrome del impostor

Con suma frecuencia las personas padecemos del famoso síndrome del impostor. La creencia de que somos poco aptos o no estamos suficientemente preparados para entregar a nuestra audiencia algo que sea de utilidad o de valor.

Ese famoso síndrome del impostor es el que nos hace pensar que debemos hacer millones de cursos para sentirnos seguros de nosotros mismos. O no estar seguros de compartir nuestro conocimiento u oficio. Es un patrón con grandes elementos de auto sabotaje que a muchos nos acecha de cuándo en cuando. Y que nos impide lanzarnos al ruedo.

Para tener en cuenta

No obstante, quiero compartirte algunas reflexiones al respecto:

  • La primera, lo que para ti puede ser una obviedad para otros puede no ser tanto. Lo que tú haces con inmensa facilidad porque es algo que ya dominas, podrías tender a subestimarlo, o creer que no es gran cosa. Pero eso es tan sólo tu punto de vista, no la realidad. De manera que, si salieras a preguntar, probablemente habría muchas personas que no dominan ese conocimiento o ese oficio, a las cuáles podría servirles mucho que tu se los enseñaras.
  • La segunda, tiendo a creer que es imposible que una persona que tenga años de experiencia profesional y una formación de pregrado, como mínimo, no tenga algo valioso que enseñar o compartir. Lógica simple, hay millones de personas que jamás han tenido un trabajo, que tampoco se han estrenado en el mundo laboral, a las que de seguro tienes algo de utilidad para entregarles.
  • La tercera, con esto no estoy diciendo que cualquiera puede salir a enseñar pobremente cualquier cosa, todo lo contrario, compartir conocimiento o enseñar es una inmensa responsabilidad que debe asumirse con compromiso de permanente formación y actualización, pero todo en la vida tiene un comienzo. Y el punto de partida de cualquier comienzo es creer en ti.
  • La cuarta, una frase que me han escuchado muchos amigos, es mejor hecho que perfecto o lo perfecto es enemigo de lo bueno. Cuando nos atrevemos a intentarlo, poner nuestro empeño y asumir el riesgo de exponernos, siempre tenemos más posibilidades de aprender sobre la marcha -tanto de nuestros errores, como del feedback que recibimos, como de nuestros aciertos- que si nos paralizamos de miedo a dar el primer paso.

      De manera que, con este artículo, tengo la firme intención de invitarte a cuestionar tus creencias. Si te acompaña esa idea de que no tienes nada muy valioso para enseñar o compartir, pregúntate:

      • ¿Realmente no tengo nada valioso para mostrar de mí?
      • ¿Realmente no estoy en capacidad de resolverle un problema satisfactoriamente a nadie?
      • O será más bien que ¿Me falta confianza y seguridad en mi mismo?
      • ¿Acaso tiendo a subestimar mis capacidades?

      Si encuentras valor en este contenido, visita mi página web www.catalinavega.co y suscríbete a mi newsletter.

      Catalina Vega

      0 comentarios

      Enviar un comentario

      Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *