Promesas de año nuevo y algunos autoengaños
En estas épocas decembrinas y de cierre de año abundan los: – A partir del primero de enero voy a empezar a (…) – Está decidido que el año entrante si o si, voy a hacer (…tal cosa)
A mí me hacen gracia ese tipo de afirmaciones porque siempre percibo en ellas una dosis de procrastinación y autoengaño, de posponer aquellas cosas que: o sabemos que debemos hacer, o sabemos que nos beneficiaría hacer, pero que simplemente no nos da la gana hacer, sea por la razón que sea, pereza, indisciplina, miedo, entre otros.
La cuestión es que nadie nos garantiza que vamos a llegar al primero de enero con vida, y no lo digo por la temporada de pandemia, lo digo para la vida en general, no tenemos garantizado un mañana, sólo tenemos el ahora. Así que deberíamos tener el buen habito de hacer lo que queremos hacer ya mismo, hoy.
Si quieres comer saludablemente, hazlo hoy; si quieres iniciar una rutina de ejercicios, hazla hoy; si quieres dejar de fumar, para hoy; si quieres una mejor relación con tu pareja, esmérate en ser la mejor novia o esposa hoy; si quieres cambiar de empleo, arranca a buscar hoy.
Con esto no digo que no valga la pena trabajar las intenciones de año nuevo, o hacer un mapa de sueños 2021, o planificar tu agenda o cronograma para alcanzar las metas que te has trazado para el año que viene, sólo te reto a que no postergues los cambios que quieres operar en tu vida, ¡que no te prestes al juego de que se te enfríen las intenciones y las convicciones! Que seas coherente, porque si la tienes clara vas a actuar conforme a tu propósito, de lo contrario seguirás en el terreno del autoengaño.
Las grandes decisiones a favor de tu vida, no se toman la víspera, ni se toman mañana, se toman cuando tu voz interior lo dicta. Pero, si ya hay algo dentro de ti que te señala un nuevo curso de acción, ¡por favor escúchate! y opera con sentido de urgencia.
Si viviéramos nuestra vida con la certeza de que la muerte nos acecha a cada minuto, que nos respira en la nuca, como una compañera silenciosa y eterna, estaríamos más claros que lo que queremos para nosotros, lo queremos hoy, no mañana, ni pasado mañana. Que cada minuto menos, es una posibilidad perdida o una plenitud desperdiciada.
Siempre que experimentes que el tiempo se agota, tendrás la posibilidad de preguntarte si en el entretanto tu obtienes de tu vida y de tus resultados lo que genuinamente estás deseando. Así que ya, sin titubeos, sin tantas vueltas, lo que sea que quieras, ¡hazlo ahora!
Tu eres el artífice de cada uno de tus sueños, el autor indiscutible de tu vida. ¡Métete un volador… ya sabes dónde!