Ser, Hacer, Tener

Ser, hacer, tener es una de las lecciones que aprendemos en la carrera de Coaching. Los seres humanos nacemos totalmente despojados y vulnerables. En el camino del crecimiento nos vamos «contaminando» o «nutriendo», depende de cómo sea la calidad de lo que ingresa a nuestro cuerpo y mente.

Crecemos en un mundo que tiene un sistema económico-político-social predominante. Y son muy pocas las personas que se avientan a vivir por fuera del «sistema». Así y todo, en algún momento esas personas recurrirán al sistema para algo que estén necesitando. En esa vorágine que propone el sistema, hay quienes se montan en una carrera por el hacer y el tener, dejando de lado el ser.

¿Cuántas veces sentiste que lo que estabas haciendo no te satisfacía? ¿Cuántas veces pensaste en «para qué me esfuerzo tanto si no llego a ningún lado»? Y es que con esta carrera del hacer y del tener, también vienen de la mano la sensación de frustración y de insatisfacción. Además, esta situación te lleva una y otra vez a circular en una «rueda del ratón» de la cual, a veces, es difícil escapar. «Como no logro resultados (no tengo), dejo de hacer y si no tengo, no soy nada».

Salir de la «rueda del ratón»

Puedes quedarte toda la vida girando en esa rueda, o puedes tomar decisiones que te lleven a salir de ahí y construir otro camino con más posibilidades. Parado/a en la queja nada lograrás. Sólo atraerás más de lo mismo. Para generar cambios debes ser disruptivo/a. Salir de la «rueda del ratón» implica salir de la zona de confort. Y para eso hay que enfrentar a tu peor enemigo: vos mismo/a.

Somos los primeros en autoboicotearnos cuando estamos emprendiendo algo. Y es allí donde hay que hacer foco en el ser. Para dejar de imponernos impedimentos y excusas que van en contra de nuestros propios deseos y necesidades, y por ende, no nos permiten avanzar.

Hay un autosaboteador interno que se guía por nuestros instintos primitivos, buscando la satisfacción a corto plazo e ignora la parte más racional. Se maneja por el impulso de la parte límbica de nuestro cerebro, aquella relacionada a las emociones, y se traduce en decisiones tomadas desde el impulso que genera la emoción del momento.

También tenemos un autosaboteador interno que es limitante. Se guía por pensamientos negativos y creencias limitantes, que están relacionados a miedos preexistentes y baja autoestima.

Ser para hacer y tener

Una de las primeras tareas que debes emprender es derribar aquellas creencias que te están limitando. Pensar en que, porque lo intentaste una o dos veces, y no lo lograste, va a sucederte nuevamente una y otra vez, es una creencia limitante.

Incluso, si piensas que tendrás éxito también puede aparecer un pensamiento sobre que eso atraerá envidia y tendrás miedo de disfrutarlo. Y aquí es donde también aparece la falta de merecimiento, el creer que no eres digno/a de que te sucedan cosas positivas.

Hay creencias limitantes acerca del dinero, de la abundancia, del merecimiento, del amor, de la amistad, y de todas las áreas que componen nuestra vida. Pero todas ellas apuntan a un mismo punto: vos mismo/a. Quizás hasta ahora pensaste que debías hacer cosas para tener cosas y al fin poder «ser alguien» en la vida. Déjame decirte que el foco siempre estará en el ser. Y que los cambios que estés esperando ver en tu vida comenzarán desde adentro tuyo para proyectarse hacia el exterior.

Ve hacia tu interior. Busca qué quieres sanar. Sana. Sé quién quieras ser, despójate de las creencias y las máscaras que te has ido poniendo. Sé la persona que te gustaría que «haga y tenga» aquello que anhela. Empieza por ti.

«La felicidad es interior, no exterior. Por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos». (Henry Van Dyke).

#poradultossanosemocionalmente

Deby Q.

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