¿Hay algo que sea más significativo?
Trascender de manera positiva y vital es expandirse, es comunicarnos mejor con nosotros mismos y con lo que nos rodea.
Se trasciende a partir de lo que uno es capaz de vencer en sí mismo. Es superar los límites impuestos o autoimpuestos que todos tenemos.
Es dominar el ego, la soberbia, la envidia, los juicios y las luchas de poder. Es dejar de aburrirnos frente a la vida.
Trabajar frente a la frustración, abandonar la obsesiva práctica de mirar más hacia la vida de los demás que hacia la propia; es dejar de competir y hacer comparaciones. Es dejar de valorar a los otros por lo que tienen y no por lo que son.
Trascender de manera positiva es que te recuerden por cómo has sido y cómo has vivido y no por un solo golpe de planeación, de suerte o por pro- ducto del destino.
Se confunde, cuando se le busca en la opinión y en la apreciación de los demás.
Dentro de la búsqueda de conectar con más plenitud y consciencia no sólo está cómo vivir, sino como quieres que te recuerden.
Imagina cuando ya no estés y digan tu nombre, cuando los más pequeños de la familia te recuerden y te nombren, cuando un amigo o familiar piense en ti, que tu nombre venga unido a sentimientos bonitos llenos de luz y esperanza.
¿Con que palabras quieres verte asociada?
¿Te has parado a pensar que palabra quisieras que fuera unida a tu nombre?
¿Con qué palabra te gustaría que te recordarán?
A mí me gustaría que me asociaran con la valentía.
Como referencia tengo a mi abuela paterna, una de las personas más valientes que he conocido en mi vida. No se imaginen que era una aventurera nata. No se tiró en paracaídas, y, que yo sepa, tampoco escaló ninguna cumbre famosa.
Pero su valentía ante la vida era constante y firme. Era una creadora diaria de milagros; de esos que resuelven el día a día, que salvan las distancias, que te arropan y te acogen.
Milagros que son capaces de rescatarte, de aliviarte y permitirte que sigas viviendo ilusionada y confiada.
A veces mirándome al espejo fantaseo con la idea de parecerme a ella. Aunque sea un poquito.
Al llamarla y recordar su nombre, la palabra que me viene a la cabeza y desde el corazón es: “amor incondicional”.
Lo que ella me transmitió a mí, y a quienes la conocieron, sé que ha trascendido. Mi alma se siente en paz.
Me gustaría ser recordada como un ser humano en continuo movimiento y valiente, con esa valentía que te permite sintonizar contigo misma y continuar indagando en lo profundo de ti.
La que te da fuerza para enfrentarte con tus miedos más vitales, profundos y terroríficos, y salir fortalecida. Reinventarte una y mil veces para continuar buscando aquello que te llena.
Leí hace poco que la recompensa es para los valientes, los que se lanzan aun dudando, aun atemorizados, pero se lanzan, la mayoría de las veces al vacío, pero se lanzan.
El tiempo va dejando huellas, físicas y emocionales, pero también nos dota de más sabiduría, de más estrategias, de saber que sin duda todo pasa, y a veces necesitamos parar, o incluso retroceder un paso para atravesar las situaciones y seguir avanzando.
No importa hacia dónde dirigir tus pasos, pues quizás no tengamos una meta, o proyecto concreto, pero lo que verdaderamente importa es movernos, continuar, y seguir caminando.
En ese proceso estoy, y vuelvo a atravesar una capa más, vuelvo a perder la piel para enfundarme en una nueva, con un diseño maravilloso por dentro y por fuera.
La estoy imaginando de mil colores y me permitirá vivir más intensamente y estará brillante y dentro de ella vivirán mis sueños y recorreremos muchos caminos nuevos, motivadores y de crecimiento y esta etapa será una vivencia más. Una que me sirva para hacerme más fuerte, más sensible, más flexible, y más comprometida conmigo misma.
Porque quedarnos en la zona de confort es estar paralizados. No actuar limita tu potencial, que sólo crece moviéndote.
Al movemos generamos energía una energía que deja huella. Trascender es estar conectados, es ir más allá.
Pero antes de poder trascender, debemos ser capaces de transmitir, debemos dejar huella, pisar fuerte, abrazar todas las capas que hemos ido formando a lo largo de la vida y, ser capaces de desprendernos de aquellas capas que ya no reconocemos cómo nuestras.
Porque dentro de la vida de una persona las capas podrían significar las etapas vivida. Y, si bien son referencia de quienes somos en el presente, también pueden pesarnos para continuar nuestro camino. Tenemos que ser capaces de soltar.
El mejor y mayor legado que podemos dejar es el de una vida bien vivida, una vida donde prime el espíritu de superación. Recordando siempre quienes somos, que hacemos, como lo transmitimos y con quién lo compartimos.
Por eso hoy te invito a trascender, a vencer cada límite y cada obstáculo que te impide ser feliz y sentirte pleno.
Explorar y explotar su esencia e ir más allá, porque ésa es la aventura más maravillosa de la vida: la transformación, el descubrimiento y la vivencia de esa potencial que todos somos y tenemos.
¡Muy agradecida siempre a aquellos que me leen, me siguen y comparten conmigo las ganas de trascender de manera positiva!
Gracias
Maravilloso texto, escrito con tanta elocuencia y sinceridad
Precioso texto, me identifico con cada palabra.
Valiente te define, puedo ser la testigo más fiel, desde hace 50 años.
Una forma de trascender es a través de las amigas. Esa amiga sabrá decir quien fuiste.
Igual hay que ponerlo en práctica, reconocerte en el tiempo.