Escrito por El Dienteperro
diciembre 28, 2020
Hola Ariel. Ante todo quiero felicitarte por el nuevo año y desearte lo mejor para el 2021. Como es lógico, también te anuncio que el tema de hoy es la celebración del Fin de Año, festividad, que si bien es una jornada que abarca varios días, en Cuba tiene su momento cumbre el 31 de diciembre.
Como se amanece el 31 de diciembre en una casa cubana ??? Claro, tú lo sabes. Tirando agua. Pero no un poco de agua, AGUA !!!, mares de AGUA !!! Si a las 6 de la mañana no estás de pie, corres el riesgo de que tu mujer te lance un cubo de agua encima. Ese es el día de baldear la casa y de que no quede un rincón sin la higiene adecuada. Al hombre de la casa lo que le corresponde es mandarse a correr para comprar aquello que no resolviste antes. En consecuencia, ese día verás a mucha gente en la calle, con los ojos salidos y cara preocupada, comprando la libra de tomates a 50 pesos y la de cerdo a 100.
Otra cosa que no para ese día es el teléfono. Si se te queda un familiar, un compañero de trabajo, un vecino o un perro callejero sin llamar, será tu enemigo para toda la vida. No hay peor desaire que no recordar a alguien el Fin de Año. Eso sin hablar que a veces ya ni quiero salir a la calle, solo por no tener que decir felicidades a todo el mundo. Hay gente que normalmente tú ni saludas. Sin embargo, ese día te sientes en el sagrado deber de decirle felicidades. Hasta en la guagua si vas a pedir el vuelto, recuerda felicitar al chofer primero, de lo contrario eres un grosero.
Pero no hay que ser pesimista Ariel. Si bien el trabajo es intenso desde temprano, el 31 de diciembre desde que amanece es una fiesta total y completa. A la par de los quehaceres, la música y el consumo alcohólico rompen en todas las casas desde que sale el sol. Si alguien no lo hace, ponle el cuño que se está reservando para la noche.
Ese día se desencadena la fiesta reina de la gozadera en Cuba y se rompen todos los frenos y ataduras. Todo está permitido el 31 de Diciembre. Tío, emborráchate sin pena, total, es fin de año. Suegra cómase media olla de yuca usted sola, total, es fin de año. Mi princesa, claro que puedes decirle a tu novio que venga, total, es fin de año. Amor, tolerancia y aceptación total. Pero no te confundas. Al amanecer del día 1 ya es otra cosa. Con la salida del sol se rompen las hostilidades. Es como una desintoxicación de la armonía.
Ya empiezan las malas caras. El tío será un borracho asqueroso, tu suegra habrá comido como una puerca y clarooo, dile a tu hija que se ponga una ropa decente y que arranque con el vago ese de aquí. Y ni hablar de que ya se impone nuevamente el tema de la política. Hazme caso Ariel. No te dejes llevar por el espíritu navideño, y si la pasas fuera de tu casa, y puedes, regresa a la tuya esa misma noche. De lo contrario, levántate bien temprano y desaparece a tiempo.
Otro detalle es que la noche de fin de año siempre que se pueda se pasa en familia. Lo peor que puede pasarle a un cubano es no tener a nadie con quien pasar en familia esa noche. Ese ser humano esa madrugada se siente más solo que un náufrago en una balsa en medio del océano. Aunque sea una familia que no se habla o que se la pasen peleados, el 31 de diciembre hacen un alto en sus rencores y desde que se ven por la puerta, se dicen, hoy no, si quieres mañana empezamos, pero esta noche todo es paz. Y pasan la noche dándose besos y abrazos.
Fin de Año que se respete en Cuba tiene que tener carne de cerdo, turrón, tamales, congrí y tostones. Tampoco puede faltar la botella de ron o cerveza y claro, a las 12 de la noche la botella de Sidra va que es un cañón. En lo personal no me gusta mucho la sidra, pero no tenerla a esa hora mágica casi que te quita el certificado de cubano.
Hay lugares, sobre todo en las regiones de campo donde el tema de la carne de cerdo implica matar un animal y dedicarle el día a asarlo. Todo el día gira alrededor de asar el animal, enfriar la cerveza, hacer el congrí y ablandar la yuca. Es todo un ritual. Todo el mundo está en lo suyo, pero nadie olvida pasar aunque sea una vez por donde se asa el pobre animal. Puede ser a pedir un pedacito del pellejo, a embarrar un pan en la grasa que gotea, o simplemente para solidarizarse con el encargado del asado, el cual, ese día es la estrella del carnaval. El corazón de la fiesta. Pero eso sííí. Que le quede bien!!! Como se le queme o le quede crudo de esa noche no pasa. Para siempre será el que jodió el fin de año.
Ya son las 10 de la noche del 31 de diciembre. Donde está toda la familia ?? Pues metida en el baño y en los cuartos. Haciendo que??? Acicalándose. Pasaron el día entero limpiando, haciendo compras, cocinando y haciendo el muñeco, por lo tanto no ha habido tiempo para más. A esa hora todo el mundo tiene un churre encima que parece que estuvieron arreglando un motor de guagua y claro, el Fin de Año se espera limpio, perfumado y con la mejor de las ropas posibles. Si es nueva mejor. Así que verás a todo el mundo corriendo y metiéndose cañona para entrar al baño.
A la medianoche ya es otra historia. Por lo general en todas las casas se pone el televisor y a las 12 en punto corren a abrazarse, besarse, felicitarse y desearse lo mejor para el próximo año. Este año juro que voy a tirar un hectolitro de agua por el balcón y los abrazos y felicitaciones serán de leyenda. El año pasado autocríticamente no le puse mucho sentimiento al tema y mira lo que nos pasó en el 2020.
Otra tradición muy cubana es la de lanzar un cubo de agua por el balcón o por la puerta. Pero donde esa tradición alcanzó su máxima expresión es precisamente en Centro Habana. En ese municipio hay muchos barrios donde la gente lo que hace es salir a tirarle agua a los desafortunados que vayan pasando por la calle en ese momento. Yo los he visto que después de entripados quieren hasta fajarse. Pero con quien vas a fajarte cuando hay cientos de personas tirándote agua al unísono??? Así que si te sorprenden las 12 de la noche en la calle en Centro Habana, solo relájate y trata de disfrutar la ducha.
Otra tradición que se las trae es la de quemar un muñeco que simbolice el año viejo. En principio suena bien, pero lo malo es que hay entusiastas que lo hacen, lo mismo en una casa de las afueras que en el medio de la Habana Vieja. La consecuencia es que después pasas tres días con el olor a quemado metido por toda la casa. Eso sin hablar del tizne que echará a perder la limpieza que ese día hizo tu mujer desde el amanecer.
Además, con el tema de la quemadera puedes retrasarte y no poder salir con la maleta a darle la vuelta a la manzana que es otra cosa que piden mucho los cubanos cada fin de año. Un viajecito, aunque sea pequeño, que ayude a levantar la economía familiar.
En fin Ariel, que el fin de año es un momento de familia, amistades, paz y amor y es el momento de hacer un alto en nuestras vidas para tomar energías y entrarle al nuevo año con fuerzas renovadas. Una vez más, muchas felicidades, éxitos y prosperidad en este 2021 y recuerda que por sobre todo, te quiere, como siempre, desde la orilla, el Dienteperro.
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