VENCER AL MIEDO

El miedo es necesario. Como lo oyes. Sin miedo nuestra estimación de vida sería bastante corto.

El miedo lo asociamos como una emoción negativa. Principalmente por la angustia que sentimos cuando lo experimentamos.

Pero el miedo realmente, es la reacción que se produce, ante un peligro inminente. Nos hace estar alerta ante el peligro. Esta alerta provoca una reacción, que hace que nos salve la vida.

Si la gacela no tuviera miedo cuando el león se acerca. No hace falta que cuente lo que sucedería.

Si fuéramos por la vida sin ningún miedo. Por ejemplo, al cruzar una carretera. El final sería similar al de la gacela.

El miedo que nos avisa y nos mantiene alerta ante el peligro, es bueno. Nos protege de las catástrofes.

El problema empieza cuando el miedo se vuelve irracional. Cuando nos supera. Nos controla.

Esto puede suceder ante situaciones inesperadas. Las que nos vienen por sorpresa y por mucho que quieras no te da tiempo a reaccionar.

O cuando es un miedo infundado. Cuando nuestra imaginación supera la realidad. Pensamos que todo lo malo nos puede pasar.

Cuando el miedo se convierte en obsesión. Ahí es peligroso. Nuestra vida gira en torno al miedo. Todo lo que hacemos está coaccionado.

El miedo prolongado en el tiempo es muy perjudicial para nuestra salud. Lo primero mental y también física.

Los efectos principales físicos y mentales del miedo son:

– Aumento de la presión cardiaca y taquicardias.

– Sudoración.

– Dilatación de pupilas.

– Descenso de la temperatura corporal.

– Sobresalto.

– Agarrotamiento muscular.

– Malestar.

-Preocupación.

– Sensación de pérdida del control.

Si estos efectos y algunos más se prolongan en el tiempo. Pueden tener consecuencias para nuestra salud severas:

• Trastornos obsesivos compulsivos.
• Trastornos de ansiedad.
• Ataques de pánico.
• Síndrome de estrés postraumático.
• Fobias. 

La clave está en intentar comprender y aceptar el miedo.

El miedo forma parte de nosotros. Es una emoción más y la aceptamos como tal. No es algo externo. Se produce por una situación y reaccionamos de este modo. No digo que sea fácil aceptarlo. Pero es el primer paso para superarlo.

Evitar el miedo no hará más que posponer esa sensación. Tarde o temprano saldrá a la superficie.

En el momento en que lo aceptamos y aprendemos a convivir con él, por así decirlo. Podremos retarlo. Enfrentarnos a él. Aunque nos resulte incómodo o desagradable.

Imagínate que el miedo es un dragón. Vamos a retar al dragón. Y ver qué pasa. Aunque sea por unos instantes. Después podemos huir. Pero primero intentarlo. A lo mejor te sorprendes. Puedes vencer al dragón. O vivir con él y domesticarlo. Lo más importante es no huir

inmediatamente del miedo.

Es importante intentar entender, qué nos quiere decir el miedo que sentimos. Distinguir y analizar si es real o infundado.

Si es real, tomaremos decisiones. Si es infundado porque no es proporcional a la realidad que vivimos. Nos daremos cuenta y será más fácil vencerlo.

Por supuesto que estos son consejos que te pueden ayudar a tranquilizarte. Normalizar el miedo.

Pero cuando estamos en una situación desbordada. La ayuda externa es fundamental.

Técnicas para trabajar el miedo. Como visualizaciones, meditación. Y los profesionales de la mente como los psicólogos. Van a ser nuestros aliados. Nos darán herramientas y pautas para superar este trance.

Conclusión:

No tengas miedo al miedo. No te sientas mal por tener miedo.

VALOR ES RECONOCER QUE TENEMOS MIEDO.

EL MIEDO DEBE SER PASAJERO Y NO COMPAÑERO.

V.M

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Vanessa Martín Ardanaz