Haz de tu misión, que tu seguridad sea una condición

  Como mujeres yoguinis en pleno siglo XXI nos enfrentamos a ciertas situaciones que nos dan miedo, nos preocupan, y nos alejan fuera de nuestro eje.

 Desequilibrándonos y expulsándonos de lo que debería ser nuestro foco: el enseñar y transmitir yoga a otro ser humano.

Quiero en esta oportunidad hablar por, y para mis compañeras más jóvenes.

Al final de esta reflexión dejaré algunos TIPS que igual pueden ayudarte.

 Este artículo no va de alarmismo, ni es para asustarte.

Surgió de una charla que tuve con mi compañera y amiga Eva Jiménez de evabelen. yoga

Con ella grabamos un podcast, en su espacio de Un Yoga para ti, al que podéis acceder en este enlace.

Los retos de una yoguini en el siglo XXI son una realidad y esta humilde reflexión es para dar voz y para denunciar cosas que pasan en algunas ocasiones. Y cómo mujeres hasta nos da vergüenza comentar.

Una de las salidas profesionales que tiene el yoga es ofrecer sesiones particulares a domicilio.

Si somos mujeres y sobre todo en cierto rango de edad y nuestro cliente es hombre, puede ser un factor que nos genere cierta ansiedad o preocupación. Un nuevo reto se acerca.

Nos ponemos en situación:

Con gran ilusión abres tu abanico de productos y posibilidades.

 Decides dar el paso, y ofrecer tus servicios a domicilio. Sin embargo, cuándo escuchas al otro lado del teléfono una voz de hombre titubeas, dudas entre seguir adelante, o darle una excusa, y dejarlo estar.

Si a pesar de todo, decides seguir, convenciéndote a ti misma que no pasará nada, apuntas su dirección y cierras el trato.

A medida que se acerca el día sientes más nerviosismo, lo comentas en tu círculo y te advierten que igual estás confiando demasiado ¿Cómo no hacerlo?, si eres yogui?!

Te das cuenta de que además de su número y su dirección no sabes nada mas de esa persona, a la que evidentemente has discriminado sólo por ser hombre…

Pero es que se escuchan tantas cosas…

¿Qué querrá realmente? ¿Será seguro ir sola a su casa? Evidentemente si fuéramos hombres ni nos lo plantearíamos.

Pero no sería la primera vez que podríamos pasar un mal trago, y sólo por decidir dar un paso en buscarnos la vida.

Sabemos desde hace años que no todas las personas son buenas, y, sería conveniente tomar ciertas medidas que nos hagan sentir más tranquilas y seguras.

Porque llegar al domicilio de un desconocido varón, que tú no sabes quién es, crea mucha ansiedad.

Se te pasan por la cabeza ideas muy negras.

¿Quién será? ¿Cuál será su finalidad? ¿Por qué te ha llamado a ti? ¿De dónde saco tú número de teléfono? ¿Cómo vas a acercarte a corregirlo? ¿Como te dirigirás a él?

¿Cómo mantener la distancia justa entre cordialidad, profesionalidad, y seguridad personal?

¿Qué hacer en caso de sentirte incomoda?, Si pasa algo que no te cuadra? ¿Qué hacer? ¿Acaso tienes que ir con un spray pimienta?

Sinceramente yo ahora me siento a salvo, la edad que tengo me ha convertido en invisible, pero durante décadas sufrí en silencio y llena de vergüenza, miradas, manoseos e intenciones que me llenaban de rabia, frustración e impotencia.

Mientras mantenemos la conversación informativa para preparar en consecuencia la sesión andamos ya pensando que igual deberíamos no ir, que mejor vaya otro, que como hacer para protegerte, etc.

Y es algo totalmente normal además con somos profes de yoga, y del “buen rollito”, te da palo preguntarle mucha cosa, o pedirle el DNI, y, evidentemente, no tienes ni su nombre completo, ni una foto en la mayoría de los casos.

Si tu Dharma es dar clases de yoga, no tienes por qué renunciar a ello, pero puedes tomar ciertas medidas, y esto puede interesarte.

Si conoces a alguien que lo hace, puede interesarle a ella.

TIPS PARA UN YOGUINI A DOMICILIO

Como regla general quién contacte contigo pidiendo sesiones a domicilio debería de rellenar:

Un cuestionario que como mínimo debería de contener los siguientes ítems:

  • Nombre completo
  • DNI
  • Foto
  • Dirección
  • Teléfono
  • Dolencia o patología
  • Motivo de la consulta/sesión
  • Donde te ha conocido

Concertar una video llamada, de aproximadamente 30´/40´ donde tengáis una charla, os presentes y se prepare un guion para escribir los motivos por los cuales contactó contigo y en que está interesado

(muy útil y aclarador en muchos aspectos como los objetivos o posibles dolencias, y también te dará una idea de lo que te vas a encontrar a nivel personal).

Pago por adelantado, mediante bizum o transferencia, (esto te ahorrará multitud de posibles malos tragos).

Agenda este formulario completado en tu agenda y compártelo con tu persona de confianza, pareja, amiga o familiar. Qué, además esté informado del día/hora/lugar en el que estarás.

Al llegar al domicilio envía ubicación a esa persona de confianza, y recuérdalo que esté atento posibles avisos.

Sigue a tu intuición y a esa puntada de miedo que te mantendré alerta.

Agenda teléfono de emergencia o policía.

Comprueba que tu móvil esté con la batería bien cargada y lleva batería externa de repuesto.

Reconoce el espacio por donde te vas a mover.

Lleva tu propia agua.

¿Es exagerado? Nada me haría más feliz.

Por cierto, me gustaría aclarar que no tengo nada en contra de los hombres, que tengo relaciones sanas con muchos de ellos, que tengo nietos, hijo, y un increíble compañero de vida.

Pero toca estar alerta, y toca hablarlo porque estas cosas pasan, y no solemos denunciarlas, sólo queremos olvidarlas.

Pronto es el día internacional de la mujer, día que hace visible la problemática de ser mujer en el mundo y su vulnerabilidad.

2021 España. – 43 mujeres asesinadas por violencia de género.

En todo el planeta. – las estimaciones mundiales publicadas por la OMS indican que alrededor de una de cada tres (30%) mujeres en el mundo han sufrido violencia física y/o sexual de pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida.

Como seres humanos utilicemos este día para la reflexión, y ayudemos entre todos que otras mujeres no pasen por esto, que nuestras hijas, nietas, hermanas, amigas, compañeras, vivan sin miedo.

Un abrazo, GRA

1 Comentario

  1. VANESSA

    Que artículo más interesante y de gran ayuda.
    Como en todas las profesiones, en la nuestra, también hay situaciones en las que nos hemos sentido acosadas o con miedo.

    En mi caso, al tener un Centro de Yoga, no me ha surgido dar clases particulares. Aunque en una ocasión, contactó un chico conmigo por Instagram, que no conocía, para que le diera clase particular de Yoga, a cambio de una cesta de frutas, ya que se dedicaba al campo (algo surrealista) no acepté por supuesto.

    En mi propio Centro de Yoga, también me sentí acosada por un alumno que me mandaba WhatsApps después de clase, diciéndome lo guapa que estaba en clase y mandándome besos y frases fuera de lugar, cuando yo no le había dado esa confianza.

    Nos callamos a veces por vergüenza, cuando deberíamos contarlo para que otras compañeras, sobre todo más jóvenes como dices, se sientan arropadas.

    Y por cierto, he leído que ahora ya eres invisible. Para nada amiga. Sigues siendo bella por dentro y por fuera.

    Gracias Graciela por ponernos voz a las profes de Yoga y mujeres en general?

    Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *